12

1.6K 135 63
                                    

Abrí los ojos de golpe y la molesta luz del foco pegó de lleno en mis ojos, provocando un ligero pero molesto dolor, casi inmediatamente los cubrí con mis manos. Me sentí unos cuantos segundos desorientada y no tenía idea de qué demonios pasaba. 

—¡Vaya! creí que nunca despertarías —gritó muy cerca de mí, provocando que mi oído doliera. Ugh, odio que haga eso. 

—Cállate y déjame dormir ¿por favor? —hablé aún adormilada. 

—Oh, vamos, Shannie, se nos hace tarde —siguió molestando. 

Y lo conozco tan bien que sé que lo seguirá haciendo hasta que yo me ponga de pie y 1.-) le de un buen golpe y 2.-) le acompañe. Pero de verdad que mi cuerpo se sentía demasiado cansado como para poder levantarme, mis ojos no se podían mantener abiertos más de tres segundos, pues estaban pesados, mucho.  

—Si no te levantas tú, lo haré yo, y sabes que no te gustará —canturreó. 

Abrí bien mis ojos y lo miré con su estúpida sonrisa de ''já, te gané'' pegada en su rostro. Idiota. 

Con todo el cansancio que mi cuerpo poseía, me puse de pie, caminé hasta mi armario y me puse un pantalón y una blusa manga larga, sí, todo sobre mi pijama.  Caminé hasta el espejo de mi tocador y me miré, joder, me veía tan mal. Definitivamente yo no soy de las chicas que lucen radiantes cuando recién despiertan. 

Pasé mis manos por mi rostro muchas veces. Me quité las lagañas y me giré a ver al chico que me hizo levantarme.

—Aric, son las dos de la mañana. ¿Se puede saber por qué mierdas me despertaste? —pregunté un poco irritada. 

¡¿A quién se le ocurre despertar a las dos a.m?! Claro a Aric. 

—Ya lo verás, Shannie, ahora vamos, se hace tarde. 

Tomó de mi mano y me jaló fuera de mi cuarto. 

Demonios, creo que todo el mundo se aprovecha de que soy pequeña y liviana y me jalan de aquí para allá a su antojo. Salimos de casa y caminamos por las frías calles de la ciudad, acomodé mi gabardina que había tomado antes de salir de casa. Corría una ligera corriente de aire helado, mi nariz y mis mejillas estaban enrojecidas, al igual que las de Aric. Cuando lo vi caminando tan concentrado para no perdernos por el bosque, me di cuenta de toda la falta que me hizo este tiempo. 

—Hay un hoyo, no te vayas a cae...r —dijo, demasiado tarde, pues ya me había caído, llenándome de lodo, genial. 

—Ya lo noté —dije mientras él se burlaba de mí —, no te rías idiota. 

Lo golpeé y limpié el lodo de mi mano en su chaqueta, haciéndolo reír más. Confirmado, vivo rodeada de locos. 

Después de contener las risas, continuamos con nuestro caminar, ya sabía a dónde íbamos, claro ¿por qué no lo pensé antes? ah, sí, creo que estaba demasiado dormida como para pensar claramente. 

Tras un rato más de caminata en silencio, llegamos, a nuestro lugar especial. En medio del bosque que rodea la ciudad, hay un circulo perfecto, donde hay un par de pilares de piedra, Aric y yo solíamos venir aquí cuando la situación en casa era insoportable. Solíamos recostarnos en medio del circulo de pilares y mirar hacia el cielo, imaginando todo el mundo que hay allá afuera, y no me refiero al espacio, sino al mundo que hay fuera de Dublin.

Aric siempre quiso salir de aquí, siempre quiso explorar y conocer lo más que pudiera, y bueno, lo está haciendo, está viviendo su sueño, él salió de Dublin hace un par de años y ha recorrido gran parte del mundo, grabando vídeos y subiéndolos a Youtube. ¿Pueden creer que él se gana así la vida? 

Tear in my heart || Josh DunWhere stories live. Discover now