Capítulo 83

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-¿Estudiaste para el examen de Historia?

Jenny pone los ojos en blanco mientras cierra de un portazo su casillero.

-Tengo una resaca del demonio ¿Me ves cara de haber siquiera abierto mi bolso?

Me encojo de hombros.

-Puede que ya hayas estudiado -digo y ella suelta una risotada-. ¿De que te ríes?

Niega con la cabeza y le resta importancia con un ademán. Jenny ha estado algo extraña luego de la fiesta del sábado. Al parecer la droga que ingirió le hizo efecto hasta el día de hoy, porque su comportamiento ha ido de mal en peor y no sé en qué punto nos encontramos de nuestra amistad.

Me preocupa que siga consumiendo drogas y llegue el punto en el que su cuerpo diga basta. No conoces el límite hasta que es demasiado tarde y no quiero que eso le ocurra a mi amiga.

Alguien choca mi hombro por detrás haciendo que mi bolso se me caiga al brazo.

Miro al responsable y veo que es... Hunter.

El aire se escapa de mis pulmones en cuanto lo veo y sus ojos se clavan en los míos, pero aparta la mirada.

-Mira por donde vas pringada -dice con ese humor de perros de siempre.

Frunzo el ceño.

Hace una semana que no lo he visto desde lo sucedido. Desde aquella noche que compartimos un momento demasiado íntimo para mi y que significó tanto que ni siquiera le he contado a Jenny. Nadie me ha visto desnuda y él es el primero en hacerlo. No olvido el modo en el que hizo que me olvidara de todo. Todo lo que giraba alrededor mío, del tacto que esos hombres dejaron, de sus huellas marcadas en mi mente. Hizo que me olvide de todo hasta que solo lo vi a él.

Me sentí...extraña cuando desperté en su cama vestida y envuelta en sus sábanas. Recuerdo que el sol de la mañana me había despertado ese día, y también que al mirar en la habitación, no había nadie. Me levanté en busca del dueño de la casa pero no lo encontré en ningún lado. Me dejo sola en su casa, sin notas, ni avisos, ni textos.

No esperaba que me diera explicaciones pero si algún indicio de su paradero.

Mi entrecejo se profundiza cuando los recuerdos me abruman.

-Fíjate tú, yo no iba caminando mirando mis pies -me atrevo a decir.

Hunter se detiene a medio camino.

No se que se me cruzó por la cabeza cuando lo dije, porque de repente los estudiantes que caminaban alrededor paseando o con su móvil, ahora se quedaron petrificados en silencio mirando la escena.

Mi torturador se gira, echando humo por las narices y no se si estar orgullosa o aterrorizada.

Supongo que las cosas entre nosotros no han cambiado en realidad. No significo nada para él.

-Repite lo que dijiste, por favor -dice acercándose y colocando su oreja en mi rostro.

-Dije que...

-Venga... -ronronea una voz ya familiar para mi-. Me voy por unas semanas y la pringada coge valentía ¿verdad? -dice Kendall.

Su ausencia ya me estaba haciendo raro, y no era por que la extrañara precisamente. Si no justamente la falta de sus burlas.

Miro al costado en busca de ayuda pero Jenny no está. Mierda ¿donde se ha ido ahora?

Kendall golpea el casillero al lado de mi cabeza y yo me sobresalto.

-¿Creíste que no volvería pringada? -hace un puchero-. Te aseguro que ahora que volví, será muchísimo peor -me guiña un ojo.

Aprieto la mandíbula intentando retener la rabia que sale de mi.

En SecretoWhere stories live. Discover now