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Catherine Baker.

Hoy se cumplen siete meses de mi embarazo, todo a marchado bien, sin contar el inagotable crecimiento de mi vientre, el dolor en mis pies por el peso de mi barriga, los antojos que luego terminan en náuseas y vómito.  En fin, cosas de embarazada.

Tome mi bolso y salí de el apartamento que compartía con Jen, esta no estaba ya que se había ido unos días a Rusia para estar con Anton.  Entre en el auto y empecé a conducir camino al gym, bueno gym en sí no era, era como un gym especial para embarazadas ¿no se si me explique bien?  En fin llegue y hice lo que me dijo la entrenadora y luego de dos horas salí de la clase, fui al centro comercial ya que tenía ganas de comerme un helado de yogur. Lo pedí y luego empecé a caminar viendo las tiendas. Llegue a una tienda de bebes, inconscientemente entre y comencé a observar todo lo que había, una señora se me acerco y me saludo.

—Buenos días linda ¿que buscas? —dijo sonriente.

—Buenos días, tengo que empezar a comprar cosas. — reí y toque mi vientre.

—Oh, felicidades.— dice tocando mi pancita.

Yo sonrió y ella me mira.

—Y ya sabes que será? — pregunta.

—Oh no, he querido mantenerlo en secreto hasta que nazca.

—Tu y tu esposo deben de estar muy felices.

Baje mi cabeza y la señora captó.

—Oh, lo siento. — se apresuró a decir. — No debería decirte pero parecen  gemelos. — añadió feliz.

—¿Gemelos? —pregunta impactada.

—Antes era obstetra. — dice sonriente. — por el tamaño de tu vientre puedo decir que serán gemelos, mellizos o quizás el bebé será alto.

La idea de gemelos o mellizos me aterraba, si eran gemelos serían dos y no uno. Pobre de mi.

La señora y yo seguimos conversando, luego de un rato comprar algo de ropa para el o los bebés, aunque todo eran colore pasteles y que sirviera por si era una niña o un niño. 

Después sali de la tienda y empecé a caminar con bolsas en mis manos, iba muy pendiente de mi mundo cuando choque con alguien. 

Levante mi vista y era.. Tyler.

Estaba igual de hermoso como la última vez, incluso creo que estaba más alto.

—¿Catherine? — pregunto.

—Si, soy yo.

Espere que no me dijera nada y se fuera pero en vez de eso me abrazo fuertemente, sentí mi hombro húmedo, ¿Tyler estaba llorando?  Correspondi a su abrazo y sentí que estaba a punto de llorar. 

—Te extrañe tanto. — susurro en mi oído.

Cerré los ojos y aspire su perfume, después de tantos meses aún seguía usando el perfume que le había comprado. 

—Aún sigues usando el perfume que te di. — susurré con una sonrisa.

—Si. — río. — te extrañe tanto.

—Yo igual. — dije siendo sincera.

Nos separamos y el tomo mis bolsas.

—¿Quieres ir por un café? — pregunto.

—No, no puedo tomar café. — dije sonrojandome.

El me miro y sonrió.

—Bueno, vamos por helados. — dijo.

Forbidden Voices |Martin Garrix| #FV1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora