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Catherine Baker.

—Los han liberado maldita sea.

Tal vez entre a la cocina donde mi papa y mi mamá estaban teniendo una conversación en mal momento. No había escuchado mucho, pero si lo suficientemente ¿a quienes han liberado?

—¿Que sucede aquí? — pregunto.

—Caty mi amor..tu madre y yo..

La cosa no me estaba agradando para nada ¿Que demonios sucede?

—Responde papá.

—Basta ya.. Hay que decirle ya..hija, los liberaron.

La mirada de mi madre me hizo entender a quienes habían 'liberado' siento como pierdo el equilibro y me agarró de la mesa. ¿Los han soltado? Ellos han volado y maltratado a una pobre chica de 15 años joder, es para que mínimo estuvieran 30 años en la cárcel cada uno de ellos.

—Catherine créeme que trate de hacer todo lo posible, pero sus abogados consiguieron libertad condicional por buen comportamiento.

Cada palabra que mi padre decía me destrozada el alma.

—Trataré en todo lo posible para volverlos a meter en la cárcel.

—Mientras ten mucho cuidado cuando salgas Cat, ve siempre con alguien nunca sola.

Mi madre y mi padre me miraban, supongo que estaban esperando mi reacción. Pero no podía hacer o decir nada, los habían liberado.

[.....]

Oye Liam estas seguro que este es el mejor camino? Este callejón se ve peligroso.

Liam me miraba, sus ojos cafés oscuros eran penetrantes e intensos.

Si lo es cariño, además. Son como las 12 de la noche, no creo que a tus padres les agrade saber que de te escapaste.

Él me tomo de la mano y juntos nos adentramos en aquel callejón, entre la oscuridad la cínica sonrisa de Liam se hizo presente. No entienda el porque sonreía.

Luego empecé a escuchar sonidos extraños, le solté la mano a Liam y me di la vuelta a ver que causaba aquel ruido.

De entre las sombras los vi.

Cuatro chicos eran los amigos de Liam, pero no entiendo que hacen aquí. Empecé a escuchar sus palabras morbosas mientras me acorralaban poco a poco a el final del callejón.

Oh vamos mi amor..

¿Por que tan solita? podemos hacerte compañía.

de mis mejillas empezaron a salir lágrimas, ellos empezaron a sonreír.

—¿Acaso no quieres jugar bebé?

Tienes esa carita de Santa que tanto me encanta muñeca.

Vamos amor.. ¿no me darás tu prueba de amor? — sus palabras rompieron mi corazón.

Los cinco me acorralaron y empezaron a golpearme, por todas partes, no tenía escapatoria, de mi cabeza salia sangre y mi vista empezó a nublarse.

Veo como me inyectan un líquido, arde como el demonio, aún sigo consiente, pero no soy capaz de mover ningún músculo de mi cuerpo.

Ellos me llevan a una especie de habitación, paredes blancas, una gran cama bien tendida y una sola ventana en la habitación.

Forbidden Voices |Martin Garrix| #FV1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora