Capítulo 14

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•Dylan O'Brien POV•

–Amor, ya te dije que solo son unas chicas.–Explico por milésima vez a mi novia.

–De todos modos, sabes que no me gusta que la gente interrumpa nuestras vacaciones.

–Lo sé, Britt.–Afirmo llegando a su costado.

Beso la parte superior de su cuello justo al lado de su oreja. No obstante, ella se aparta.

–Vamos tarde.

–Esta bien, vamos.–Culmino diciendo a ella quien había recogido un par de bolsos para nuestra excursión de hoy, nuestro tercer día.

Esta vez, iríamos a una islita ubicada en el archipiélago menor del Caribe. Según el itinerario, la isla estaba bautizada como Bonaire y por lo que pude leer acerca de ella, posee unas playas espectaculares.

Salimos de nuestro camarote para adentrarnos al ascensor. Una vez dentro, una pregunta asaltó mi mente.

–Brittany.

–Dime, cariño.

–¿Dónde estabas ayer? Te busqué por todos lados.

–Estaba en el spa.–Contestó relajada y con una sonrisa suficiente.–La pasé tan bien...

–¿Así que divirtiéndote sin mí, ah?

–Bueno. Tú estabas ocupado con... ¿Cómo se llamaba? ¡Ah! Anabeth.

–Tenía que ayudarla. La pobrecita estaba muy mareada. Creo que a ella no le va bien con eso del oleaje y el movimiento marítimo.

Al menos eso era lo que me había dicho ella después de visitarla a su camarote. La verdad era que ella y su amiga me parecieron magníficas personas. Sin duda, el Max tiene mucha suerte.

Si bien es cierto que mi vida privada no es algo lo cual comparta con el mundo ni con mis admiradoras. Sin embargo, ellas me parecieron ser totalmente amigables. Además, aunque sé que por dentro estaban muriendo por conocerme, supieron controlar su emoción. Eso es algo que admiro mucho, ya que yo antes he estado en su lugar y sé lo difícil que es. Mi mayor y vivo ejemplo siempre serán los Mets. Es imposible no emocionarme ante la mención de mi equipo favorito, pero como persona adulta, debo controlar mis emociones. Eso es lo que espero de cualquier admirador que quiera acercarse a mí, ya que al fin y al cabo, soy un ser humano como cualquier otro.

Salgo de la laguna de mis pensamientos cuando la puerta del ascensor abre su paso.

La recepción estaba repleta de gente que al igual que nosotros, zarparían a la segunda isla.

A lo lejos, divisé a mi amigo Max y a sus amigas. De pronto, Brittany tomó mi mano.

Está celosa, pensé.

Es normal que ella sienta ese tipo de cosas. Yo soy un artista y estoy en el eje público al igual que ella. Por lo tanto, el ataque de chicas es muy común en mi espacio privado. Claro que ambos tratamos de ser precavidos y ser lo más breve posible con nuestros seguidores. Pero siempre habrá algo o alguien que interrumpa nuestros pocos momentos personales.

Sueño con O'Brien [Completada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora