V: Emociones, sentimientos y palabras hirientes.

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-Un trabajo muy bien logrado, McGarden- me dije sarcásticamente.

Todo era un enredo de magnitudes catastróficas.

Para resumir: en un inicio lo odiaba, más que por lo que me había hecho, le guardaba rencor por lastimar a Jet y a Droy, por todo el daño que le hizo a Fairy Tail y, en especial, por haber lastimado de esa manera a Lu-chan. Cuando el maestro lo reclutó sentí verdadero pánico, pensaba que en cualquier momento nos traicionaría y atacaría, lo cual me tenía en alerta máxima, sin embargo demostró todo lo contario al interponerse entre Laxus y yo aquella vez en la que este se volvió prácticamente loco.

Luego, cuando decidió ir conmigo a Tenroujima como equipo, surgió algo extraño en mi pecho, algo que se afianzó y mostró su verdadero rostro en el momento en el que me protegió de los miembros de Grimorie Heart: me gustaba mucho ese chico.

Al regresar de ese tiempo muerto de siete años pensé que todo volvería a ser como antes de los exámenes, yo con mi equipo y él con Lily, pero me equivoqué. Siempre me pedía ir a misiones juntos, se sentaba a mi lado en el gremio e incluso me proponía acompañarme a casa al final del día. Debido a esto fue que, aquella vez en la que me tocó enfrentarme con Capricornio, confesé que me gustaba.

Y después vino ese año entero en el cual prácticamente vivimos juntos.

Me fui con él porque quería estar a su lado, él me lo propuso y yo lo acepté, a pesar de las múltiples súplicas de Jet y Droy. Conseguimos trabajo en el consejo y el resto es historia.

Cuando regresamos a Fairy Tail, y después de no conseguir ningún avance con Gajeel, tomé la decisión de dejar de lado todos esos sentimientos y concentrarme en el bienestar del gremio.

No contaba con que las acciones disparatadas de Gajeel alterarían de nuevo mí pensar.

Tomé una gran bocanada de aire y me incorporé del sofá, dirigiéndome luego al closet para buscar mi pijama, bañarme y de ahí a la cama. Lo mejor era dar por terminado el día, con la esperanza de despertar con la mente más despejada.

-¿No estás de broma?- exclamó Lu-chan.

-Shh, te puede escuchar- le susurré.

-P-pero... Levy-chan- comenzó a decir.

Desvié la mirada al café que me había dejado Mira en la barra, necesitaba la cafeína después de pasar toda la noche en vela y dando vueltas en la cama. A mi lado Lu-chan aún se recuperaba de lo que le acababa de contar. Me había resignado a confesarle a alguien más lo que me estaba pasando y quién mejor que Lu-chan, la mejor amiga que alguien puede pedir.

-No puedo creerlo- sentenció, impresionada-. Es decir, ¿tú y Gajeel?

-Baja la voz, por favor- le supliqué-. Aunque esté allá afuera puede escucharnos si hablamos muy alto.

Los chicos estaban en la piscina haciéndole mantenimiento y, aunque sabía que estaba lejos, Gajeel estaba al pendiente de todos mis movimientos y sé que esta conversación no se escaparía de su radar si se daba cuenta de qué hablaba con Lu-chan.

-Perdón, perdón- se disculpó-. Ahora en serio, ¿de verdad estás con Gajeel?

Guardé silencio por unos segundos, escogiendo muy bien mis palabras antes de expresarlas.

-No estoy con él- admití, para luego contarle-: Después de esa noche en la que Cana nos puso a jugar "verdad o reto", él me acompañó a casa y bueno... me besó... de la nada. Bueno, en realidad le ordené que se callara y él me acorraló contra la pared, diciéndome que lo callara y tanto me fastidio que lo... besé- confesé lo último con un murmullo.

¿Sólo amigos? ¿O amigos con derecho? >> GaLeWhere stories live. Discover now