Hoy es el principio del fin del verano

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—Mamá, no he hecho nada malo —se excusa Sole mientras entra por la puerta del comedor. Inés la mira sin entender demasiado bien lo que pasa. Acaba de levantarse y no se percata de lo sucedido. —Me estaban enseñando a hacer pan, y mira estos cruasanes. ¡Los he hecho yo! Pero luego... me quedé dormida en el horno. —¿Cómo que te quedaste dormida en el horno? ¿No estabas en tu habitación? «¡Me acabo de delatar!», piensa la chica, y añade:

—Lo que oyes, mamá, no quería hacer nada malo. Ayer estaba demasiado oscuro para llegar a la cabaña, me encontré con Álex y... —Y vuelves a casa a la hora del desayuno... No sé qué hacer contigo, Sole —dice su madre, decepcionada. La chica se queda callada. Lo único que puede hacer es resignarse y dejar que todo pase. No es una mala técnica: cuando los padres se enfadan, asumir lo que ha pasado suele salir más a cuenta que enfrentarse con ellos y montar una escandalera. Ayer fue una noche muy especial, y eso no se lo va a quitar nadie. Decide ayudar a la madre en la cocina. —Entonces ¿te lo has pasado bien esta noche? En cuanto piensa en ello le entra una sensación muy placentera e indescriptible que la hace sentir súper bien. Pero es una pregunta con trampa y, si no se sabe manejar, el preludio de una discusión segura.

—Mamá, lo siento. —¡Buenos días! —dice Andrés entrando por la puerta, desperezándose aún—. ¿Ya estás despierta? Cuando llegué no estabas en tu cama... Sole respira hondo. Ya casi tenía controlada la situación y ahora llega él a avivar el fuego. —Tu hermana no ha dormido aquí —dice Inés con tono serio. —¿Ah, no? —No. Sole, dile dónde has dormido. —A ver... No he dormido, técnicamente me he quedado dormida... en la panadería de Álex. —¿Cómo? —Se ve que ahora quiere ser panadera. Mira, este cruasán lo ha hecho ella. Inés le pone en un platito un cruasán un poco amorfo. —Eso se parece más a una boñiga de caballo. —¡Era mi primera vez!, ¿vale? —Pues podría colar como cocina de autor. Podrías llamarlo un mamotreto.

—¡Qué gracioso! —¿Y cómo has ido a parar allí? —Ayer quise ir al lago con vosotros a última hora, pero cuando llegué al atajo estaba demasiado oscuro y decidí regresar. Me encontré a Álex en el camino, y el fin de la historia se resume en esta boñiga. —No, el final de la historia se resume en que estás castigada —dice Inés. —¿Castigada? —Hoy te quedas en casa. —¡Pero si son las fiestas! —¡Ya me has oído! ¡Y no se hable más! La chica sube a su habitación y da un portazo. Desde la cocina se oyen sus sollozos. Andrés no dice nada. El aire se puede cortar con un cuchillo. —Venga, que tampoco ha sido para tanto. No vamos a echar a perder el primer día de fiestas del pueblo por algo así, ¿no? —dice el chico, intercediendo por su hermana.

Inés se vuelve y mira a su hijo con los ojos en llamas, que lo hace sentir tan incómodo que prefiere ir a acabarse la leche a su cuarto. —¿Puedo entrar? Sole no responde. —Toc, toc, ¿se puede? Una voz minúscula se cuela por las ranuras de la puerta: —Es tu habitación. Haz lo que quieras. Andrés abre con lentitud. Su hermana está acurrucada en la cama, dándole la espalda. El chico se sienta en su misma cama y apoya la mano en su hombro. —Sole, ¿por qué la tienes que liar siempre? Tienes a mamá enfadada, justo el primer día de las fiestas... —Era tarde, estaba cansada y me he dormido. —Ya... Ahora me dirás que Álex no quiere nada... —Pues no —dice contundente.

—Te voy a ser sincero: Álex es un tío. Si yo pasara el tiempo que él está pasando contigo... es porque me gustabas seguro. —Él no es así, no lo conoces. —¿Ah, no? Entonces explícame porque va detrás de Iris, haciendo la monería del amor invisible y después intenta seducirte en la panadería. —No intentó besarme ni nada de eso. ¿No puedo tener un amigo? —Te confundes. —Eres tú quien confunde el amor con la amistad. —Se incorpora—. Álex es una buena persona. ¿Qué pasa? ¿No puede ser mi amigo? ¡Mira a Jaime! —¡Jaime no cuenta! —¿Y por qué no? Andrés respira hondo, llegados a este punto siente que debe decir una gran verdad:

Enseñame el cielo. Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt