XV

71 10 12
                                    


Morgan está triste, y cuando llega a mi lado, veo cómo se esfuerza en sacar una sonrisa. – ¿Qué te ha pasado?

Tarda un poco en responder.

– Es sobre lo que me dijo el médico...– me dice, pero se para, quizá quiere que estemos a solas.

Miro a la chica.

– ¿Ya estás bien? ¿Me puedo ir con Morgan?

Ella asiente, no parece muy segura. Sin embargo, se levanta y comienza a alejarse. Antes de perderse entre las personas se gira y me dedica una sonrisa. Sonrío de vuelta.

Me giro para ver a Morgan. Él me toma de la mano y me lleva al interior del bosque. Nos paramos un poco más allá y nos sentamos en la rama más baja de un árbol que casi está al ras de la tierra. Me mira y después de un rato comienza a hablar.

– Cuando me fui con el médico, me llevó a su consulta. Estuvimos hablando un rato, y no me dio por hacer nada extraño. Pasado un tiempo, acudió al despacho un hombre que no reconocí muy bien al principio. Era mi tío Neil, me contó que la familia entera había decidido sacarme de aquí, y que él se podía permitir pagar medicinas y un médico privado. Dijo que aquí estaba perdiendo el tiempo. Yo no me pude oponer, mi familia es la que decide todo por mí de forma legal. –Le cuesta hablar, hace una pausa y las siguientes palabras las dice lentamente.– Dentro de unas horas, me llevarán con mi tío y me iré de este sitio– las últimas palabras parecen las más difíciles de decir– Este tiempo que estoy contigo me lo han dejado para despedirme...– se le quiebra la voz y nos quedamos en silencio.

Me acerco a él y lo abrazo. Estoy asimilando lo que me ha dicho, y esperando a que sonría, me mire y diga que todo era una broma. Pero no sucede.

Caminamos lento, en silencio. Poco a poco pasamos por lugares que nos recuerdan a los dos. Donde me enseñó a jugar con las hojas, a lo lejos el río de donde me sacó. Y arriba, en el edificio la fila de ventanas desde la que jugamos.

En seguida llegamos a la puerta principal, el camino se me hizo muy corto. Ahí, hay un médico esperando a Morgan, este es el fin. Le abrazo, me abraza. Y nuestros labios se juntan por última vez. No quiero separarme, no lo hago. El médico acaba tirando de Morgan y se deshace el abrazo. Le lleva hacia dentro. Morgan me dice de no seguirle, y yo me quedo observando cómo se aleja por el pasillo central. Se gira y articula un <<Adiós>> silencioso. Lo último que veo antes de que no vuelva a mirar atrás, es una lágrima en su mejilla apunto de resbalarse. Esa lágrima acaba siendo el detonante de las mías.

Ya se fue hace un tiempo, pero sigo ahí inmóvil, por fin decido moverme. Me siento contra la pared y sigo llorando. Llega la Sin Nombre, silenciosa, y me abraza. Me sonríe para ver si se me contagia la sonrisa, pero no funciona. La abrazo de vuelta, y me quedo ahí dejando que me consuele.

AzulWhere stories live. Discover now