—Entiendo —dije asintiendo—. Aún así tiene derecho a saber la verdad.

—Llámame cuando la encuentres y descenderé para hablar con ella —dijo firme.

—Padre —dije asintiendo.

—Hija —saludó de regreso.

Salí de su casa y volé de nuevo hacia la tierra.

¿Cuánto tiempo me tomará encontrarla?

——

___ POV

De regreso en la comodidad y clima templado de mi casa. Regresé a mi forma original: piel roja, cuernos más largos, y crecí un par de centímetros. Suspiré y me tiré en el pequeño sillón de mi habitación.

—Despierta —demandó una voz.

Abrí los ojos y me encontré con mi padre viéndome atento. Me senté, me estiré un poco y luego hablé.

—¿Qué sucede? —pregunté un poco dormida aún.

—Supe de tu encuentro con ése ángel —comenzó.

—Bien —contesté.

Tenía que ser fuerte, si le mostraba que ese ángel me atraía, podía mandar a sus demonios por ella y hacerla quedarse aquí. Para siempre.

—¿Por qué no... la invitas? —preguntó, divertido.

—Deamon... —comencé en tono frío, advirtiéndole.

—Soy tu padre —dijo firme.

La llama entre sus cuernos comenzó a encenderse. Estaba harta de todo esto.

—¿Lo eres? —reté—. Hasta donde yo sé todos los demonios hacen lo mismo: incitan al pecado, a ser malos, recogen almas; poseen cuerpos... ¡Mírame Deamon! Soy todo menos eso.

—¡Intenté cambiar tu forma de pensar, pero al parecer el creador tiene razón: al nacer eres bueno o malo y nadie podrá cambiarlo! —dijo.

Estaba aceptándolo. Estaba aceptando que no pertenezco a éste lugar.

—Entonces soy un ángel... —susurré.

Camila.

La alegría duró poco. Comencé a ser consumida por una gran ira. Sabía que mi enojo no bajaría pronto porque en lugar de simplemente encenderse la pequeña llama entre mis cuernos, me encendí completamente. Todo mi cuerpo ardía.

—¡Me hurtaste del cielo! —le grité.

—¡Eras mi venganza! —gritó de regreso.

—¿Cómo te atreviste! —grité más fuerte—. ¿Cómo pudiste!

Mi cuerpo en llamas comenzó a prenderse cada vez más.

—¡Creí que serías mi garantía para volver al cielo! —gritó.

—¿Cómo mierda entraste al cielo? —pregunté—. Es imposible que hayas podido entrar. No estamos permitidos ahí.

—Un ángel me dejó entrar. Le prometí muchas cosas que aceptó. Adopté una forma semi humana y logré tomarte antes de que Dios mismo me echara.

—Tenemos prohibido decir su nombre, Deamon —dije entre dientes.

—Las reglas se rompen, _____ —dijo irónico.

—¿Cómo es que no pude cambiar a lo que tú querías? —pregunté.

—Lo intenté por todos los medios —dijo—. Primero para hacerte un demonio tuve que inyectar fuego en ti... fuego del infierno. Día tras día hasta que tu aureola desapareció y fue cambiada por cuernos, hasta que tu piel cambió a roja... sin embargo tu mente seguía siendo un problema.

—Continúa —exigí.

—Cada vez que imponía en tu mente algún pensamiento malo, tú lo sacabas. Seguí haciéndolo hasta que llegó un punto en el que no pude entrar más a tu mente —dijo.

—Pudiste echarme de tu dominio, Rey—dije.

Él odiaba que le dijera rey. Él sabía que era rey, pero no de todo como él deseaba.

—¿Qué caso tenía? —preguntó—. De todas formas no podías regresar al cielo, entonces te tendría conmigo aunque fueses diferente. Y aunque me costó aceptar que habría un ángel entre nosotros, he aprendido a respetarte y quererte, hija.

—Pudiste haberme dicho antes la verdad —dije.

—¿Habría habido alguna diferencia? —preguntó.

—Hubiera tenido menos problemas y debates de identidad —respondí.

—Eres libre de estar con ese ángel —dijo después de un rato silencioso—. No debí hurtarte, lo acepto. La gente piensa que soy despiadado y malo, pero ellos deciden lo que quieren para sí mismos... yo solo les doy un empujonsito.

—Ciérralo, Deamon —dije harta.

Tomé impulso y volé hacia el techo. Hice un agujero: rompí las diversas capas que me separaban de la tierra hasta que salí a la superficie.

———

Me encanta éste imagina. Se los juro que siento que es mi mejor trabajo hasta ahora(':

Imaginas & One-shots de Fifth HarmonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora