-Cuando dijiste que nos veríamos después, no pensé que fuera tan pronto -confesé a Tai mientras sostenía su cintura.
-Te llevaré a comer -exclamó él con el viento peinando su cabello-. ¿Te gusta la comida italiana?
-Sí, aunque no tienes que llevarme, estaría feliz si sólo me llevarás a casa.
-¿No quieres ir por decisión propia o... por el chico que me trata de asesinar con la mirada?
-No, él... no- ¿lo notaste?
-Vaya que lo hice, ¿él... -Tai alargó el "él" y se aclaró la garganta- ¿él es tu novio?
-¡Claro que no!
-Juraría que sí lo es.
Yo suspiré frustrada y puse mi cabeza sobre su hombro.
En unos minutos llegamos a un gran restaurante de, efectivamente, comida italiana.
Cuando llegamos Tai tomó mi mano y rápidamente entramos sin mirar atrás.
-Hola -saludó animadamente Tai a la recepcionista. Esta le dio una gran sonrisa, miró nuestras manos unidas e inmediatamente la borró, nos indicó una mesa y se esfumó.
El mesero rápidamente nos atendió, ignorando a algunas personas que acababan de llegar.
-La señorita y yo pediremos fettuccine y vino tinto -pidió Tailer sin dejar de ver la carta-. Por favor.
-Claro, en un segundo -dijo el mesero retirando las cartas de la mesa.
-Guau, eres una gran celebridad aquí.
-No, para nada, sólo vengo a menudo.
Sonreí y baje la mirada, pero la subí rápidamente al escuchar una voz muy conocida. Cuando volteé Ethan trataba de entrar al restaurante y después de unos segundos lo logró.
Me buscó entre las mesas y cuando me encontró movió la cabeza a un lado indicando los baños, quería que fuese a hablar con él, pero yo no quería dejar a Tai solo.
Tailer jugaba con su teléfono, él ignoró la escena que acababa de pasar y yo suspiré del alivio.
-Tai, iré al baño, ¿sí? No me siento muy bien -lo de sentirme mal era verdad, pero no quería mentirle más.
-¿Quieres que te lleve a casa? ¿O a un hospital? Dime y yo... -él trató de levantarse pero tome su mano sobre la mesa.
-Está bien, sólo voy un momento.
Él se calmó y me apresuré a ir hacia aquellos baños que quizás serían testigos de un drama.
Miré a Ethan, estaba desesperado mirando sus zapatos hasta que alzó la mirada y se encontró con la mía.
-Dile que tienes que irte, te espero afuera.
-No -dije deteniéndolo-. No quiero irme contigo.
Ethan cerró los ojos y suspiró.
-Ven conmigo -pidió con la voz ronca- Necesitamos hablar, nena, por favor.
-Ya no quiero tener nada que ver contigo, Ethan, déjalo.
-Por favor, luego podrás irte con Harry o con el nuevo -dijo casi reprochándome.
-Agh, estoy cansada, sólo te voy a dar unos momentos para hablar, pero después... te quiero lejos.
-Te espero afuera -dijo con la mirada perdida.
Volví a la mesa y mire a Tai sonriéndome.
-¿Todo bien, Shai?
-Sí, sí, pero... surgió algo en mi casa y necesito irme.
-Oh, claro, emm... yo te llevo.
-No. Mi papá está afuera esperándome -mentir me dolía más a mí de lo que le dolería a Tai.
-Ah, mmm... está bien. ¿Te veo después?
-Claro, cuídate.
Después de darle mi número a Tai, salí con la mirada baja y subí a la camioneta de Ethan.
-¿A dónde vamos? -pregunté abrochando el cinturón de seguridad.
-Ya lo verás.
Estaba harta de que Ethan me siguiera y controlara mi vida, pero tal vez con esta conversación no volveríamos a tener nada que ver nunca más.
-Te extrañé, nena.
-Y lo seguirás haciendo porque no me tienes de vuelta, Ethan -dije recargando mi cabeza sobre el cristal.
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Darling
Teen Fiction¿Te has enamorado alguna vez? Bien, es un maldito juego de dos. Aunque, siempre pueden integrarse nuevos miembros. Y la tragedia puede unirlos más. Sólo ten cuidado... podrían destrozar lo que llamas vida.