Malfoy. || D.M

Capitulo 31.

Escuchen todo el capítulo con la canción, no importa que se acabe, vuélvanla a poner si es necesario.

DRACO.

Estupido mestizo, ¿como se atreve?, digo, Lara es mía.

-Draco, creo que será mejor que salgas con Thomas a caminar un rato, el señor Whiteshields y yo debemos hablar.- me dijo mi padre en su habitual tono aniñado.

¿Qué acaso es el día de tocarme las...?
Ugh... Este día no está avanzando nada bien, para nada.

Esa te la buscaste tu pendejo.

Ay pero qué agradable sorpresa... Mira cuando vuelves.

No me vengas a culpar a mi, si yo soy culpable imagina tu.

¿Sabes que? Cállate, solo, eso, sí, cállate.

Y así pude ser libre, empecé a caminar por los pasillos de la mansión Whiteshields, no sabía a dónde había ido Lara, pero suponiendo que estaba con el idiota de Finnigan no era de sorprenderse si los encontraba besándose.

-Estas enojado Malfoy.- aseguró Thomas mientras caminaba sereno detrás mío.

-¿Tú crees?- le dije de mal humor.

-No creo, lo sé.- se rió.- Espero que no sea porque se te acabó el gel.- estalló en carcajadas.

-Escúchame bien Idiota...- empece hasta que escuche una conversación de dos voces conocidas, para mi desgracia una más que la otra.

-¿Lo escuchaste?-. Dijo el ESTUPIDO mestizo hablándole a ella.

Lara.

-Claro que si.- dijo esta vez la dulce voz de Lara.- Mi padre se enterara de esto.- hizo  una mala imitación de mi voz, en cualquier situación me hubiese echado a reír... Junto a ella claro.

Ambos reían, de mi, no me interesaba que se riera el, eso no, me valía menos que un elfo doméstico.

Pero ella... Ella era un caso diferente, como... Doloroso, cada poco de esa risa dulce llenaba mis oídos como una dulce melodía, pero cuando está llegaba a mi cerebro, era devastador.

Se burlaba.

Se estaba burlando de mí.

Y dolía, dolía como un infierno.

Aunque solo había algo que dolería más... Escucharlos a ambos decirse...

¿Quieres dejar de torturarte pedazo de estupido?

Ya basta, tienes razón cuco...

Te perdiste bastante de la conversación por torturarte como un idiota.

-Yo te quiero demasiado.- Es chico hablo esta vez, y temía que ella contestara, pero para mi sorpresa (y alegría) no lo hizo.

Lo que sucedió en ese momento no lo quiero recordar cómo sucedió originalmente.

Tan lento, paciente, delicado... No, me agrada más (el hecho de recordarlo de otra manera) rápido, para torturarme menos.

Ella lo beso, lo hizo de una manera que solo pensé que haría conmigo cuando me dijo que estaba enamorada de mi.

Pero me equivoque, monumental error el que cometí al pensar eso...