capitulo 25

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Konoha esta llena de habitantes, y en un día que apenas estaba empezando la mayoría se encontraba en sus respectivas viviendas aún durmiendo; ese era el caso de una reunida familia conformada por dos bellos gemelos y sus progenitores que, complacidamente se encontraban en la misma cama para ser más exactos; Sakura y Naruto cerca de las orillas mientras Nasu y Suna en el centro abrazos como una barrera protectora.

El pequeño movimiento que hizo Suna hizo cosquillas en la nariz de la pelirosa despertándola levemente, poco a poco se acostumbró a la luz que había en la habitación perfeccionando su vista por completo.

Se encontró con sus pequeño a quien ya estaba acostumbrada a ver así pero no por eso dejaba de sacarle una sonrisa, pero de lo que si era nueva es encontrar a quien deseaba de por vida que siguiera con ella por toda la eternidad. Se limitó a contemplarlos con amor y ternura, le parecía aún un sueño, un hermosos y perfecto sueño.

Con mucho cuidado se levantó de la cama sin despertarles y con ligeros pasos salió de la habitación, cerrando cautelosamente la puerta. Sin embargo con la pequeña maniobra insignificante que hizo que Suna saliera de sus sueños poniendo en alerta al ojos de jade al sentirse descubierto por detrás, definitivamente estaba seguro que su madre estaba ahí; la cálida protección que ella le proporciona era inconfundible.

Decidido a buscarla, meneó con fuerza a su hermanito despertando de su profundo sueño, un poco molesto miró a quien lo había despertado dándose cuenta que se trataba de Suna, su pequeño hermano que por adivinar quería encontrar a su mamá, siempre que quería algo ponía esos ojos llorosos que justo estaban a punto de explotar en lágrimas y eso le indicaba al pequeño Nasu que debían darse prisa.

Como sabía que no le quedaba opción y que sobre todo no le gustaba verlo llorar, con dificultad quiso levantarse pero un fuerte y a la vez cuidadoso agarre lo tenía cautivo. Suna la situación de su Nasu decidió ayudarlo, intentando levantar los musculosos brazos que lo retenían junto con Nasu pero al ver que era imposible dirigió la mirada al causante y vio que era el rubio de ayer.

Molesto de que aún siguiera aquí más porque le robaba el cariño de su mamá empezaron a asustarse provocando más su desesperación por liberar a Nasu haciendo que poco a poco despertará el dichoso padre de las criaturas.

El rubio mayor quien bostezaba apenas captando lo que pasa, dirigió la mirada a los gemelos que se encontraba viéndolo con los ojos muy abiertos y paralizados del susto. Este les dedicó una sonrisa pero al ver que seguían así vio que Suna quería que soltará a su hermano y una vez entendido lo liberó.

-Esta bien, ya lo solté-dirigió sus brazos atrás de su cabeza, acostándose de nuevo mientras que los otros se le quedaban viendo extraño y inesperadamente se levantó de nuevo causando que se abrazarán entre sí por el susto. -Bien amm... Suna-dijo viendo atentamente sus ojos color verde y luego se dirigió a ver las pupilas del ojiazul -Y Nasu ¿no?-soltó una risita regalandoles la misma sonrisa que ellos tenían que indudablemente identificaron causarles más confianza. -Bueno no me ubican aún ¿cierto?-solo lo observaban callados. -Bueno pues emm, como decirlo...-se rascó la nuca. -Yo soy el gran Naruto Uzumaki y quizás ya sepan que uno de mis sueños es convertirme en hokage-decía lo que recordaba que les contaba Sakura de él. -Aunque debo de admitir que creí que era el más fácil; siempre creí que lo último que lograría era que Sakura-chan, bueno, su madre se enamorada de mi-les sonrió mientras que los el par de rubios le ponían más atención. -Ella es tan hermosa, fuerte e inteligente; tan perfecta que sinceramente aún no creo que este con este tonto. -se señaló con un dedo provocando que sonrieran los escuchantes. -sí, y ahora que sé que tengo una familia con ella yo... quiero ser el mejor padre, el mejor esposo y el mejor hokage-habló con decisión. -Siempre dije que cuando tuviera una familia la cual iba ser con mi Sakura-chan, iba a dar lo mejor de mi y ahora que la tengo, ¡no voy a romper mi palabra!-exclamó con inspiración haciendo emoción en los gemelos. -Así que estén seguros que yo ¡Naruto Uzumaki! Seré el mejor padre, ¡y es una promesa!-terminó su discurso con emotividad. -¿y bien? ¿qué dicen? ¿podemos empezar de nuevo?

Instintivamente sonrieron zorrumante mientras Suna ya se estaba adelantando a darle abrazos y Nasu le siguió a este. Lo que no sabía es que desde antes de su emotivo discurso Sakura los estaba observando emanando algunas lágrimas decidió entrar en la repartición de abrazos rápidamente.

FIN

El Donante MisteriosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora