-¡me alegro que este bien!-suspiró en alivio la acompañante de Sasuke

-¡Oigan!-excandalizó una voz la estancia. -¿qué paso? ¿qué tiene Sakura?

-¡no puedes estar aquí, jovencito!-exclamaba el encargado de seguridad.

-¿qué haces aquí, konohamaru?-preguntó la amiga de Sakura al chico.

-Bueno, es que de nuevo vi como Sasuke llevaba a Sakura en brazos, lo cual me preocupo-le explicó a la joven.

-¿cómo que otras vez?-le cuestionó.

-Pues si, yo la otra vez...

-No deberías estar aquí-cortó la voz de Sasuke su relato. -Sakura esta bien, no hay nada de que preocuparse.

-Eso es justamente lo que le estoy diciendo, Señor Uchiha-dió un ademán al chico nombrado.

-Bueno, bueno-se relajó. -Yo nada más quería ver como estaba Sakura, ya me voy-puso sus manos atrás de su cabeza. -Nos vemos, adios a todos-posteriormente después de despedirse, desaparecío rápidamente.

-Ese chico-bufó el guardia, retirándose del sitio.

-¿qué raro?-dijo la rubia pensativa. -Sakura no me había contado que se había puesto mal.

-Seguro se le olvido-se encogió de hombros su acompañante.

-Si bueno igual y luego le pregunto-abrazó el hombro de Sai.

***

Ya era de noche y Sai e Ino, se habían quedado en la sala de espera, mientras que Sasuke y Karin no se sabía donde estaban realmente en el hospital. Sakura se había quedado dormida hace poco tiempo, aunque era checada por los médicos y enfermeras, no sabía quien realmente la vigilaba.

-Naruto-musitaba dormida, de repente sintió una ligera brisa de aire que desaparecío en poco tiempo, por inercia se acurrucó mas en la cama; su respiración era acelerada que se tranquilizó al sentir una grata carecía en su mejilla, calida y amorosa, como la memorizó su piel, sí, era él, queriendo asegurar que no era una ilusión, abrió lentamente los ojos para percatarse de aquellos profundos ojos azules que tanto amaba, él estaba ahí, tomando de su mano, pasando su pulgar suavemente por sus nudillos; la contemplaba desde la poca luz que había

-¿Naruto?-susurró sentándose en la cama.

-Sakura-chan-respondió. -Todo va estar bien.

-Nunca te vallas de mi lado-suplicó tomando su mano. -Por favor.

-Yo estaré siempre ahí -se sentó junto a ella. -Para ti.

-Te amo-lo abrazó con fuerza. -Te amo demasiado.

-Yo también-le correspondió el contacto, besando su cabeza.

-Naruto-dijo con nudo en la garganta, empezando resbalar lágrimas en sus mejillas. -Lo siento, lo siento tanto.

-Ya no importa, mi Sakura-chan-la miró, secando sus lágrimas. -Todo estará bien.

-¿lo prometes?-lo miró esperanzada.

-Te lo juró por mi vida-le sonrió de manera muy suya. ¡Seré el mejor padre y esposo del mundo!

-Se que lo harás-sonreía junto a él.

-Pero antes necesito que despiertes, mi Sakura-chan...

-¿qué?

-¡Sakura! ¡Sakura, despierta ya perezosa!-dijo otra voz, que hizo desaparecer al rubio.

-¿eh?-se talló los ojos volviéndose a la realidad.

-Vaya, hasta que por fin te despiertas-la observaba cuidadosamente.

-Ino-se quejó. -¿ya me dieron de alta?

-Sí-respondió. -Oye, antes de que se me olvide necesito que me aclares algo...

***

-¡Ey, Naruto!-dijo un eufórico chico. -¿te vas de misión?

-Si-respondío secamente a su joven amigo. -Nos vemos luego Lee.

-¡Que la llama de la juventud este siempre en tu corazón! -exclamaba despidiéndose de él, para después observar como partía.

-¡oye, Lee!-se escuchaba una voz acercarse a él.

-¿konohamaru?-preguntó. -¿qué pasa? ¿por qué vienes así?

-Has visto a Naruto-tomó aire. -No lo podido localizar desde ayer.

-Acaba de partir hacía una misión -le aseguró.

-¡rayos! Que mala suerte-se quejó, rascándose la nuca. -Parece que tendré que cuidar de su "sakura-chan".

-¡¿qué?! ¡¿acaso le pasa algo?!-cuestiona preocupado.

-Bueno hace un rato, esta mal, pero ya mejoró-se encoge de hombros. -Eso es normal en los embarazos, relajate.

-¡QUE SAKURA ESTA EMBARAZADA!-gritó perplejo. -¿C-CUÁNDO FUE QUE...? ¿CON QUIÉN TUVO...?

-No lo sabías aún ¿cierto?-se reía nerviosamente.

-¡ME HAN ARREBATADO A MI SAKURA!-dramatizaba.

-No te pueden quitar lo que nunca fue tuyo-susurraba viendo la escena que producía el chico.

-¡No puedo lidiar con esto!-dijo eufórico. -¡Maestro Gai!- gritó corriendo, dejando a el menor que el solo mirando lo exagerado que era su actitud.

El Donante MisteriosoWhere stories live. Discover now