MALDITO MENTIROSO (Suspendida)

Capítulo 27 "Mordiendo la manzana"

Capítulo 27

"Mordiendo la manzana"

Liam puso su mano izquierda sobre el volante y la derecha en la palanca de cambios. Su expresión sexy y divertía de hace un segundo, cambió por una totalmente seria y concentrada. No podía dejar de mirar su perfil, las luces hacían que si mandíbula se delineara, mostrando su forma perfecta y masculina.

Cuando una chica de minifalda extremadamente corta se paró entre medio de los coches, supe que llegó el momento. Desvié la vista hacia la carretera. Cuando estaba siendo espectadora en lugar de protagonista, los dos chicos parados al final de la calle se veían bastante cerca, pero al mirarlo de este ángulo, parecían estar a kilómetros.

La chica de la minifalda, bajo la bandera y Liam acelero a fondo, haciendo que mi espalda se pegara al asiento. No sé qué velocidad alcanzó, pero todo pasaba demasiado deprisa a los laterales, impidiéndome distinguir alguna forma.

En pocos segundos le habíamos sacado mucha distancia al coche rojo, que ahora nos seguía desde atrás. Miré a Liam y su cara era inmutable, iba mordiéndose el labio inferior, con la vista fija en la calle. Se veía irresistible con ese gesto, no pude volver a mirar al frente, no quería perderme sus facciones, me propuse guardarlas para siempre en mis retinas.

Liam sonrió y relajó los músculos del rostro, disminuyó la velocidad y eso fue suficiente para darme cuenta que ganamos la carrera. Miré por el cristal, justo a tiempo para divisar por el espejo retrovisor, la silueta del chico elevando la luz verde.

-¡si! – dijo Liam golpeado sus palmas contra el volante en señal de festejo.

En lugar de continuar conduciendo para volver al lugar de la llegada, aparcó a un costado de la pista, unos metros lejos de la calle y me miró son su sonrisa esplendorosa.

Aunque lo había visto sonreír infinitas veces, ese momento fue especial, quizás hayan sido las luces que danzaban por su rostro o la adrenalina, pero jamás lo había visto así de hermoso, era como si las cosas pasaran en cámara lenta, el reflejo de sus ojos y las veces que sacudió las pestañas.

Me desabroché el cinturón, al mismo tiempo que me incliné para tirarme en sus brazos, besándolo con intensidad y desesperación. Él me devolvió el beso y me tomó por la espada, haciendo que sus manos se deslizaran por la curvatura de mi columna de arriba hacia abajo, una y otra vez.

Me sentía mareada y embriagada de tanta dicha, me faltaba el aire, pero no quería apartarme de sus labios, era el único lugar donde me sentía feliz, donde nada me podía alcanzar. Necesitaba más de él, mucho más, de la noche a la mañana su piel se convirtió en el elixir más delicioso que jamás probé y cada vez quería más, estar pegada a su cuerpo era lo único que podía calmar mi ansiedad.

La respiración de Liam era agitada y sus manos se clavaban en mi piel, haciendo que el deseo fluyera por mis venas, avivando aún más el fuego dentro de mí.

-cobremos y vamos a casa – dijo contra mis labios con la voz ronca.

-vamos.

Con dificultad volví a mi lugar en la butaca. Mi cuerpo entero estaba tenso y las mejillas me ardían.

No supe cuánto dinero era exactamente, pero vi que un sujeto le extendió un fajo bastante gordo de billetes.

-podemos ir a mi casa, Eva se va a quedar con Iván esta noche.

-me gusta tu cama, vamos – dijo lanzándome una media sonrisa.

A penas llegamos a cruzar la puerta, Liam me levantó en sus brazos y me llevó a la habitación, quitándome la ropa a mitad de camino.