Capitulo 9: "Jugando a las escondidas: literalmente"

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Capitulo 9

"Jugando a las escondidas: literalmente"

Iván condujo unos veinte o treinta minutos hasta el camping, no era lejos de la ciudad, yo pensaba que tendríamos un largo viaje, pero no.

Durante todo el camino miré a través del cristal, un poco sumida en mis pensamientos. Viajar en auto me relajaba y me ayudaba a pensar. Reviví los últimos días en mi mente y el pecho me punzaba, me sentía deprimida y enojada al mismo tiempo, pero creo que el sentimiento que más me embargaba era la tristeza. Extrañaba a Liam, a cada parte de su ser, sus bromas, su sonrisa con hoyuelos, sus hermosos ojos verde plateados. Era devastador caer en la cuenta de que todo había sido irreal, que todo lo había planeado para lograr un propósito. Me había dejado convencer como una pobre ingenua, pero tendría su merecido. Nunca permití que los tipos se burlaran de mí y esta no sería la excepción, por más guapo y encantador que sea.

-¿estás bien cariño? – me preguntó Eva, que iba sentada delante de mí, en el lugar del copiloto.

-sí, solo un poco cansada – dije dándole un golpe en su espalda con la rodilla, a través del cuero de la butaca.

Iván no sabía de mi pesar, al menos contaba con ello. Aunque nunca se sabía por cuanto tiempo mi amiga podría mantener la boca cerrada sin meter la pata.

-a veces la marea un poco ir sentada en los asientos traseros – se excusó Eva delante de su novio.

-Hannah me avisas si quieres vomitar y pararé de inmediato – dijo Iván mirándome por el espejo retrovisor, con el tono de voz cargado de urgencia.

-tranquilo Iván, no voy a arruinar tu tapizado, Eva exagera – lo tranquilicé.

Unos minutos más tarde llegamos al lugar, era realmente hermoso, lleno de árboles matizados de distintos tonos que iban del verde al amarillo, propio de la estación otoñal. El piso estaba cubierto de césped aun verde salpicado de algunas flores silvestres.

Había un grupo de chicos que ya estaba en el sitio armando las tiendas de campaña. En otro momento hubiese sido genial aquella escena, era como vivir la previa a una gran fiesta, pero mi estado de ánimo no había mejorado en lo absoluto. Quizás más tarde, unas cuantas cervezas me ayudaría a ahogar las penas.

Eva estaba emocionada, amaba acampar y más en compañía de amigos, en realidad ella adoraba todo lo relacionado con reuniones sociales y fiestas locas.

-¿va a venir mucha gente? – pregunté desinteresadamente.

-no lo sé, seguro vienen el resto de los amigos de Iván, con algunas novias y supongo que un par de zorras también.

-¡genial! – dije sarcásticamente y ella se encogió de hombros.

-quizás vengan algunos chicos más, sé que los amigos de Iván invitaron a la fiesta a otras personas, pero para pasar el fin de semana solo seremos los de siempre.

-estas comenzando a cambiarme el ánimo – le dije ante la idea de chicos que no conocía.

-deberías avisarle a tu cara, porque tienes el mismo gesto de amargada desde hace días.

Hice una mueca con la cara. Ella tenía razón y yo misma me odiaba por no poder cambiar mi actitud.

-vamos a echarles una mano, de paso escogemos buenos lugares dentro de la carpa – dijo Eva enganchando su brazo en mi cuello.

El atardecer estaba cayendo bajo el horizonte, habían encendido la fogata y se preparaban para asar las hamburguesas. Me moría de hambre.

Me senté en un tronco seco cerca del fuego, a medida que las estrellas iban surgiendo en el cielo, la temperatura comenzaba a descender. Iba por mi segunda cerveza, pero aún faltaba mucho alcohol corriendo por mis venas para que dejara de sentir la brisa fresca. Tenía la mirada fija en las llamas, mi cuerpo podía estar aquí, rodeado de gente y diversión, pero mi cabeza estaba en otro lugar, bastante lejos de ahí.

MALDITO MENTIROSO (Suspendida)Where stories live. Discover now