MALDITO MENTIROSO (Suspendida)

Capítulo 25 "En las Nubes"

Capítulo 25

"En las Nubes"

Recorrió con sus yemas el largo de mi brazo una y otra vez.

-no podría poner en palabras lo que siento ahora, creo que decir que estoy feliz no bastaría – dijo rozando mi nariz con la suya.

Mi corazón se hinchó y sentí que no necesitaba más, que podía vivir eternamente en este instante.

-eres muy dulce – le acaricié la mejilla – desearía que este instante durara por siempre.

Por más cursi que sonara, era justo lo que sentía y no quería callármelo. Liam me abrazó y me hizo rodar para quedar debajo de él.

-eres la chica más hermosa y maravillosa que conozco.

-¿por más que sea cursi?

-por más que seas cursi...mandona...desconfiada...e increíblemente perfecta – me dio besos por la cara entre palabra y palabra.

-¡oye! No hacía falta que nombras todos mis defectos – entrecerré los ojos sin poder contener una risita.

-¿te dije alguna vez que adoro cuando te ríes? – me dijo con ternura.

-jamás – respondí fingiendo desdén.

-eres una mentirosa...y ahora voy a hacerte reír hasta que me harte de verte los dientes.

Comenzó a hacerme cosquillas sin compasión. Llegué a llorar de tanto reírme y cuando ceso, me besó con desesperación, como si solo mis labios pudieran calmar su ansiedad, como si todo lo que pudiera necesitar estuviera solo en mis besos.

Me acarició el lateral de mi cuerpo, enloqueciéndome con su trazo y yo estaba lista para un poco más de Liam.

A la mañana siguiente me sentí esplendida al despertar, mi cuerpo estaba relajado y me embargo una sensación extraña cuando abrí los ojos y me encontré con la mirada dulce de Liam, era como si hubiese descubierto un lugar perfecto para mí y ese lugar era justo en esa cama y junto a ese hombre.

-buenos días nena – susurró.

-buenos días – dije acariciando su cabello alborotado.

-¿tienes hambre?

-muero de hambre – me desperecé.

-vamos, te cocinaré algo.

-¿tú me vas a cocinar?

-mmm, si quieres algo delicioso, en realidad deberías ayudarme a cocinar – dijo con su mejor sonrisa de niño.

-creo que debería enseñarte.

Tomé mi pijama para vestirme, había pasado la noche desnuda, algo que no solía hacer. No me gustaba dormir sin nada de ropa, pero esta vez fue diferente, me sentía cómoda tal como había estado.

-¿Qué haces?

-me voy a vestir – le respondí mientras me ponía ropa interior limpia.

-no muñeca, quiero verte cocinar así como estas.

-¿estás loco? – dije entre risas.

-no, solo quiero un desayuno hot.

-me voy a morir de frio – continúe y me coloqué el sostén.

-no es cierto, ¿no me digas que tienes vergüenza?

-claro que no.

-entonces vamos a preparar comida en ropa interior – dijo tirando de mi brazo y abrazándome por la cintura – aunque no sé si pueda concentrarme contigo así.