Capítulo 20: "Todos los caminos conducen al desastre"

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Capítulo 20

"Todos los caminos conducen al desastre"

-¿sabe que estas aquí?

-por supuesto, estábamos por cenar cuando vine a hacer de tu enfermera.

-me va a patear el culo cuando me vea – dijo frunciendo los labios.

-él es una persona madura Liam, no todos son como tú.

-¿y cómo soy yo? – dijo tomándome por la cintura atrayéndome a su cuerpo.

-eres de la clase de tipos infantiles e imbéciles, ¡me estas mojando! – le dije alejándolo.

-¡wow! Esa sí que es una confesión ardiente.

Lo miré seria como para contestarle, pero lo único que pude hacer es reírme con ganas. Había echado de menos sus bromas.

Cuando entramos al cuarto él tiro la toalla al suelo y se sacó el bóxer como si nada, me volteé de inmediato, no es que fuera pudorosa, pero verlo desnudo era demasiado.

-no sabía que te avergonzaras de verme desnudo – podía notar la risa en su voz.

-avísame cuando pueda darme vuelta – dije de cara a la pared.

-ya puedes voltear – dijo unos segundos después.

Cuando giré, continuaba parado y desnudo. Volví de inmediato a mi posición con las mejillas ardiéndome.

-¡eres un idiota!

-dijiste que te avisara cuando te pudieras dar vuelta, no cuando estuviera vestido.

-perdóname, olvidé que eras tan básico...avísame cuando lleves ropa interior puesta, por favor – respondí con cinismo.

Pasó a mi lado rosándome, el maldito estaba disfrutando a más no poder de mi incomodidad.

-tengo que buscar en este cajón – dijo parándose junto a mí.

Era suficiente, no le daría más motivo de diversión. Salí de la habitación y una vez fuera me permite reírme silenciosamente, pero él me atrapó.

-¡así te quería encontrar!...te haces la ofendida pero bien que te gusta que te moleste – entrecerró sus ojos.

Lo miré y me llevé la mano a la boca tratando de ahogar una risita, me sentía un niña que habían descubierto tratando de robar un dulce.

Él se paró frente a mí, quedando a pocos centímetros de distancia y me sacó las manos de la cara.

-no te cubras, tu sonrisa es la cosa más hermosa que vi en mi vida y últimamente no tengo el placer de observarla muy seguido. Regálame un poco más de ella.

-yo también los extraño – dije rosando sus hoyuelos con las yemas de mis dedos.

-no los dejes ir entonces.

Las comisuras de los labios me volvieron a su estado normal, no me gustaba el rumbo de la conversación, no quería discutir hoy.

Agaché la cabeza para evitar su mirada, pero enseguida levantó mi rostro desde el mentón.

-no dejes de sonreír, por favor. No me gusta verte la expresión tan seria, me asusta.

-¿te asusta? – fruncí el ceño.

-sé que después de ese gesto viene la parte amarga, donde me aclaras en las condiciones que estamos y me pones distancia.

Volví a reírme pero esta vez sin mostrarle los dientes, el cretino me conocía bien.

MALDITO MENTIROSO (Suspendida)Where stories live. Discover now