1.

516 24 2
                                    

Tomaba con fuerza las azas de mi mochila, el cielo no dejaba de iluminarse cada segundo y las gotas de lluvia empezaban a formar charcos en la acera.

Suspiré y aceleré el paso hacía el instituto.

-Hola, Shailene, pensé que no vendrías. -saludó un poco desanimada Kate.

-Tengo que venir, ¿sabes? No es que sea tampoco gusto personal.

-Claro, lo entiendo.

A lo lejos vi a Ethan, el novio de Mitchell, la chica más popular -y fácil- del instituto.

-Está vez llegó solo -dijo mi mejor amiga mirando hacia la misma dirección que yo-, todas las chicas se emocionaron tan sólo con la idea de una ruptura.

-Casi todas las chicas.

-Cierto, no puedo creer que a ti no te parezca atractivo.

-Yo-

La campana sonó antes de que pudiera decir cualquier otra cosa. Le di una última mirada a Ethan y esté me dio una sonrisa un tanto incomoda.

Las clases pasaron normalmente, la lluvia no había parado y muchos alumnos se fueron sin esperar a que el timbre sonará.

Yo miraba por la ventana, veía como las gotas de lluvia resbalaban ganándoles unas a otras y la profesora de Literatura sólo nos explicaba otro libro contemporáneo.

-Bien, ¿Shaile, que te pareció el libro que estamos comentando? -preguntó de repente la profesora Stanford.

-Es Shailene.

-Sí, bueno, ¿qué crees que el autor quiso trasmitir en su obra?

-Tal vez se sentía cansado del mundo, quería cambiar su vida o quizá sólo estaba ebrio.

Los alumnos se rieron y la profesora me dio una sonrisa un poco divertida.

-Yo creo realmente que-

Creo que al timbre le gusta bastante cortar conversaciones.

-Bien, chicos, la siguiente clase espero traigan un ensayo de 5 hojas sobre el amor contemporáneo. Lo que significa para ustedes, lo que conlleva y cómo preservarlo.

-Que estupidez -susurró Kate tomando mi hombro-. Menos tonto hubiera sido escribir sobre Dora la Exploradora.

-Johnson, está castigada por cuestionar mi plan de estudio, por favor vaya detención -exclamó la profesora Stanford mirando unos papeles sobre la mesa.

-¡¿Qué?! ¡Pero sólo estaba dando mi opinión! -gritó Kate- ¡Esto es represión!

-¿Sí? Yo creo que a la directora le interesará mucho escuchar su discurso sobre la libertad de expresión.

-Agh -dijo al fin mi mejor amiga-. Lo siento Shailene, no podré llevarte hoy a casa.

-No te preocupes, saluda a Vanessa de mi parte.

Vanessa era otra de mis mejores amigas, sólo que ella amaba con locura pasar sus tardes en detención. Era linda, pero tenía un carácter bastante fuerte.

Kate me regaló una mueca y yo salí lentamente a los pasillos del instituto.

Los pasillos estaban casi vacíos y el único ruido que se escuchaba era proveniente de la lluvia.

-¿Quieres que te lleve? -escuché decir a Ethan desde lejos.

-¿No se enojará tu novia?

Soltó una ronca risa que me puso los pelos de punta.

-Sólo me estoy ofreciendo a llevarte, nena, no te estoy pidiendo una cita, aunque tampoco es una mala idea.

-Mis padres no querrán verte.

La diversión que antes cubría los ojos de Ethan desapareció por completo, dejando en cambio sus ojos sombríos.

-Les recuerdas mucho a él -susurré lentamente.

-Te dejo unas calles antes de tu casa, pero es hora de irnos -dijo sumamente preocupado, mirando hacia todas las direcciones.

Tomó mi mano y salimos rápidamente del instituto, sin importar quién nos viera juntos, como en los viejos tiempos.

DarlingWhere stories live. Discover now