Capítulo 15

4.5K 260 4
                                    

-Clara,¿eres consciente de lo que acabas de hacer? -Emily me decía en lagrimas y mi respuesta era que sí. Yo sabía en qué me había metido.

-Había pensado en darles en dinero pero si descubrían que mi padre era el dueño, creo que el peligro hubiera sido más grande- Dije intentando restarle interés al asunto para no exaltar a Em pero era en vano, sus ojos hinchados por llorar y el susto que tenía marcado en el rostro no se podían borrar

-No tenías que meterte para nada. Ahora estas jodida junto a mí- Emily lloraba y rompía mi corazón. Me abrazaba y yo intentaba calmarla acariciando su cabello, pero sabía que era absurdo. Sentía su pecho subir y bajar con brusquedad y me rompía por dentro.

-Em... cuando ese hombre te apuntó con el arma, tuve miedo y solo dije lo primero que se me vino a la mente

-Él no me iba a matar, estúpida- Su voz era ronca y apenas audible.

-Amor, la simple idea de una posibilidad de perderte hace que tenga miedo. Yo no sé qué haría sin ti, te amo más que cualquiera porque te necesito más que cualquiera. Conozco cada sonrisa tuya, cada latido de tu corazón, cada lunar de tu cuerpo y amo cada una de tus imperfecciones; yo no podría resistir perderte, yo moriría...

-Clara, no lo entiendes- Emily me miró a los ojos- Yo preferiría morir antes de que te pase algo. Yo daría mi vida por tu felicidad, yo sería capaz de darte mi corazón si algún día lo necesitaras para vivir - Confesó y me besó con suavidad

Me separé de ella. Sus ojos estaban llorosos y me pareció hermosa, en ese momento de debilidad y temor, pensé que era la chica más bella que iba a conocer en toda mi vida. Era tan frágil y fuerte al mismo tiempo que me sorprendía verla derrotada. Y al mismo tiempo me dolía porque su dolor era mí dolor.

-¿Qué vamos a hacer?- me preguntó asustada

-Pensaba en engañarlos y hacer que roben el banco pero al mismo tiempo avisar a la policía- Le dije cansada porque esa idea no funcionaría- pero sé que ellos se asegurarán de ganar y si pierden, nos harán pagar. Así que dejaré que roben el banco.

-¿Estás loca? Es el dinero de tu familia

-Lo sé sin embargo tienen demasiado, les afectará un poco al principio pero estoy segura de que se recuperarán. De todas maneras mi casa cuesta el doble de eso, si pudieron comprarla... lo del robo no será mucho para ellos.

-Clara, si nos descubren iremos presas por cómplices

-Si no lo hacemos te perderé ¿ crees que me importan los riesgos? ¡Sólo quiero estar contigo sin importar nada! No me importa si es en la cárcel- Grité enojada y Emily sonrió.

-Jamás pensé encontrar el amor y la verdad es que no lo hice. Tú me encontraste a mi- Sus ojos eran dieferentes cuando decía cosas asi, su mirada... la intensidad de esta y de como me hacia sentir.

-Saldremos de esto... pero quiero preguntar algo. No sé si deba o si puedo hacerlo.

-Sé que es, descuida- Em tomó mi mano y caminamos hacia el sofa - supongo que el chocolate ya esta tibio- me dio una taza y ella bebió un poco de la suya para luego dejarla sobre la mesa.

Emily se sentó a mi lado y tenía la mirada baja, mordía sus labios con impaciencia y tomaba un sorbo de chocolate. Me preguntaba qué había pasado con su hermano y porqué lo ocultó. Sus padres también tenían algo que ver en esto, nunca mencionaron a un hijo ni hay fotografías, es como si nunca hubiera existido. Me pregunté qué habría pasado para que unos padres decidieran eliminar el recuerdo de un hijo.

-Hace seis años, cuando tenía 15, teníamos graves problemas económicos... mis padres trabajaban doble turno, yo ayudaba en lo que podía y mi hermano también. Él era tres años mayor que yo, se llamaba Gerardo y era el mejor hermano que podría tener. Siempre me cuidaba y protegía de todos, él estaba pendiente de mí, si me pasaba algo o no, si me faltaba algo, o si estaba triste. - Em sonrió y no fue una sonrisa de felicidad como quien tiene un recuerdo bonito, sino fue una sonrisa como de quien tiene algo roto dentro de sí - Él empezó a traer más dinero a casa y la situación se equilibró un poco, nadie se preguntó de donde venía tanto dinero y tal vez debimos hacerlo.

Sus labios se cerraron y quería saber más pero tenía que ser paciente. A ella le estaba costando contarme aquello.

-Las cosas fueron raras. Él no llegaba a casa y cuando estaba peleaba con mamá, noté sus ojos rojos, sus venas hinchadas y su ansiedad, papá también y decidió hacer algo. No pudimos, él ya era adicto a la marihuana y heroína. Resulta que Gerardo había estado vendiendo droga y al mismo tiempo consumía. Su adicción lo llevó a deber dinero, demasiado dinero a gente peligrosa...

-Los hombres que vinieron- comenté

-Si, ellos. A veces pasa que sientes que todo va mejorar, que ya no puede estar tan jodida tu vida y crees que ya pasó lo peor, bueno eso sentí el día que me llamaron de la escuela. Mi madre estaba en la puerta esperándome, sus lagrimas no paraban de caer y yo le preguntaba una y otra vez qué tenía y no decía nada, no podía hablar. Fuimos en taxi hasta el hospital y en todo el camino imaginé que algún familiar había muerto - Em ríe cínicamente - Jamás pensé que había sido mi hermano a causa de sobredosis.

Su rostro luce frio, sin expresión alguna, sin sentimiento. Nunca pensé que Emily habría tenido un hermano y mucho menos que había muerto así. Su familia era normal, sus padres trabajaban pero no dejaban a Emily en el olvido, eran amorosos con ella y siempre pendientes de lo que hacía. Las veces que había compartido con ellos no había notado nada extraño, nada inusual, nada que me indique que tenían un hijo muerto.

-Siempre actuamos como si nunca hubiera estado porque duele demasiado hablar de él, recordar lo que pasó, lo que hizo y lo que nosotros no pudimos hacer por él

Em bajó su mirada y quise encontrar las palabras para hacerla sentir mejor y al parecer no existen porque pensé mucho hasta darme vencida y la abracé intentando unir las piezas rotas dentro de ella.

-Lo siento mucho Em- Fue la única frase que dije. No podía comprender su dolor, tampoco intentar decirle que todo irá mejor porque no estaba segura de ello y no me atrevía a mentirle.

Emily se quedó en silencio y la solté, se acomodó en el sillón y se recostó apoyando su cabeza sobre mis piernas. Sus ojos estaban ligeramente hinchados, su nariz rojiza al igual que sus cejas debido a las lagrimas que había derramado. Pensé en todo lo que podía hacer para ayudarla y no habían muchas opciones.

Ningún banco presta tal cantidad de dinero, y mi padre no lo aprobaría aunque yo se lo pida. Trabajar para juntar esa cantidad nos llevaría años, así que también estaba descartada esa idea. Había pensado en secuestro, que me rapten y pidan el rescate pero tenía la sensación de que estos hombres se aprovecharían de la situación y exigirían más dinero del acordado. Lo único que quedaba era el robo y darles la información necesaria para que no los atrapen.

-Clara, disculpa por haberte traído a mi vida de mierda- Emily agarró mi mano y la besó

-Em, amo tu vida de mierda. No quiero irme jamás- le susurré antes de besarla.

Solo diré que aún te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora