Dark Side |Riker Lynch|

20. Arguments

-Narra Riker-

-¿Es una broma verdad? ¿De dónde sacas esas estupideces?

Sin ganas de escuchar su respuesta colgué el telefono.

-¿Pasó algo? -Colin camino hasta mi con la cara un poco confundida.

-No, solo una pelea de hermanos -sonreí- ¿Te llevo a tu casa?

-Está bien -ella sonrió tambien y ambos nos dirigimos al auto.

Durante todo el camino ambos estuvimos callados, pero la música hacía que nada resulte incomodo. Colin miraba por la ventanilla y movía sus labios a la par de la canción.

Cuando llegamos a su casa, ambos bajamos del auto, ella habló primero:

-¿Éste es el momento dónde todo se torna incomodo y no sabemos como despedirnos, verdad?

-Quizás -reí

-No dejemos que eso pase -hizo una pequeña sonrisa.

Puso sus brazos en mi cuello para luego besarme, momentos como estos deberían ser eternos.

-Nos vemos -abrió la puerta y entró a la casa.

Me dirigí a mi departamento con una sonrisa enorme en mi cara, lucía muy estúpido y aún así no podía dejar de hacerlo.

Cuando abrí la puerta y entré para mi mala suerte Rydel estaba allí y la sonrisa se borró.

Se encontraba sentada en el sofa leyendo unos papeles.

-¿Qué estás haciendo aquí? ¿Cómo abriste la puerta?

-Soy tu hermana ¿crees que no sé dónde guardas las llaves de repuesto? Y contestando a tu pregunta vine a mostrarte ésto -me entrega una carpeta llena de papeles.

-¿Qué es esto?

-Pruebas

-¿Pruebas de qué Rydel? -levanté la voz- ¿Estás loca, verdad?

-¿Puedes tomarte solo un minuto y leerlo? Es importante -dijo casi gritando.

-No, no puedo tomarme un minuto, porque si algo está pasando, papá ya debe estar solucionandolo, así que toma esto -volví a poner la carpeta en sus manos.

-¿Puedes explicarme por qué mierda me hablas así? Solo estoy tratando de advertirte algo, estúpido -tomó la carpeta con fuerza y la tiró sobre el sofá- luego verás que tenía razón -camino furiosa hacía la puerta y se fue.

No menos furioso que ella, me dirigí a mi cuarto y me tiré en la cama. Solo tomó unos minutos que el sueño se apodere de mi.

Las horas de la noche parecieron minutos, abrí los ojos forzadamente y luego de vestirme, me levante a desayunar.

En el sofá todavía seguían todos los papeles que Rydel había tirado, estaban por todos lados. Antes de salir de la casa los levanté.

A medida que los levantaba del suelo trataba de leer un poco lo que decían y algo me llamo la atención ¿Rydel tenía razón?

En una de las hojas, presisamente en la que marcaba la cantidad de dinero que la empresa movía por semana y por mes había una cuenta bancaría desconocida, sin nombre del dueño ni nombre del banco al cuál se hacía el movimiento

¿Qué es esto?

-Narra Colin-

El celular no dejaba de sonar, trataba de ignorar el estúpido ringtong de burbujas que ponían mis pelos de punta pero ya se me hacia imposible. Dejé la toalla que envolvía mi cabello, sobre la cama y tomé un cepillo para comenzar a peinarlo.