- No sé tú, pero estoy sumamente estúpida- afirmó la muchacha durante un respiro que se tomaron.
- Yo también...ridículamente estúpido- replicó el ojiazul mientras se encargaba de voltear a su mujer y posarse sobre ella para hacerle el amor.
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-Draco, Hermione...Pensamos que no bajarían a almorzar.
- Claro que sí...estábamos muriéndonos de hambre ya. No pensé que te quedarías, Molly.
- Oh sí...ya que vine aproveché para pasar tiempo con ustedes. Vengan, ¡siéntense!- Draco y Hermione acataron la orden de la señora Weasly y aún tomados de la mano tomaron asiento en la mesa Gryffindor, uno junto al otro. - Realmente hacen una pareja encantadora.
- Lo sabemos- afirmó el rubio mientras depositaba un beso sobre la mejilla de su esposa.
- ¿Acaso no se ven enamorados?- intercedió el director, de pie detrás de los tórtolos apoyando una mano en el hombro de cada uno de los Premios Anuales. - ¿A que no los elijo bien, eh?- agregó sin prestar atención.
- ¿Elegir para qué?
- Eh...para ser Premios Anuales, ¿para qué más, Harry?
- No lo sé, con usted nunca se sabe...
- Gracias.
- No era un halago precisamente.
- Gracias de todos modos.
El peliazabache entornó los ojos y desistió de entender alguna vez al director de la escuela.
- Hermione...- Pansy se había sumado a la concurrida mesa.
- ¡¿Qué quieres, Parkinson?!- irrumpió Draco en defensa de su mujer. Aunque ésta apretó la mano del ojiazul para tranquilizarle.
- ¿En qué puedo servirte, Pansy?- La verdad que ni con ella podía estar molesta. Ese día su felicidad la desbordaba.
- No, sólo quería...pedirte perdón por mi broma de anoche.- la rubia se disculpó sin quitar la mirada del piso. Realmente se arrepentía de haberle jugado una mala pasada a la castaña.
Después de todo, hacía mucho tiempo que ya no sentía interés por Draco. De eso la había ayudado a darse cuenta Ron, entre otras cosas...
Ninguno de los allí presentes preguntó sobre la broma, sólo se limitaron a esperar por el indulto...o no.- No te preocupes, Pansy. Era una fiesta y tengo el suficiente sentido del humor como para saber que todo fue en pos de la diversión general.
La ojiazul levantó la cabeza sorprendida pero le sonrió a su antigua enemiga. La sutileza con la que había disfrazado su indulgencia era digna de respeto. Quizás sí estaba empezando a forjar una especie de respeto hacia la gryffindor.
- Gracias.- y sin más, se encaminó hacia el Hall de Entrada.
- Con permiso...- se excusó Ron antes de levantarse apresuradamente de la mesa para ir detrás de la slytherin.
- ¿Qué fue todo eso?- preguntó una extrañada Sra. Weasley.
- Eso, Molly querida, es el comienzo de una nueva era.
- ¿Una nueva era?- inquirió Ginny.
- Ajá...incluso es factible que el año que viene ya no haya necesidad de distinguirnos entre casas diferentes.
- ¡¿Y qué hay con el Quidditch?!- preguntaron Draco y Harry al unísono.
- Podría pasar a ser amistoso únicamente.- contestó el anciano, logrando los bufidos de ambos chicos y de la pelirroja.
- Pues a mí no me parece mala idea.- acotó la Premio Anual, ganando nuevos bufidos como quejas.- Pero si ustedes ya no estarán en el colegio el próximo año.
- ¡Habla por ellos!- refutó Ginny molesta.
- Además están nuestros hijos- argumentó el peliazabache.
- ¡SÍ!- secundó Draco. Hermione lo miró complacida.
- Quizás a nuestros hijos no les guste el Quidditch.
- ¡Más te vale que sí les guste!
- ¡¿Acaso dices que será mi culpa si no les gusta ese deporte a mis hijos?!
- ¡No son TUS hijos, son los MÍOS también! Y sí...eres tú quien odia al Quidditch, no me extrañaría que los influencies mal.
- ¡La mala influencia eres tú...
La discusión entre el matrimonio continuó, sirviendo de entretenimiento a cuatro espectadores entre divertidos, confundidos y curiosos. La Sra. Weasley se puso de pie para poder susurrar al oído del director:
- ¿Por qué pelean por hijos que ni siquiera conciben aún?
- Molly, tú más que nadie sabes que una pareja bien consolidada siempre tiene que tratar de mantener sus tradiciones.
Fin!
Feliz Navidad y un Prospero año 2017!
Capítulo 27
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