Capítulo 13

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El resto del domingo se escapó de entre las manos de Hermione como si fuera agua, tratando de explicar y convencer a sus amigos que el mensaje exhibido en el Hall de Entrada después del desayuno había sido una treta de Malfoy como retribución a la jugarreta que ella le había hecho el día anterior. Finalmente, con la efectiva intervención de Ginny, Harry y Ron se dieron por enterados sin perder ocasión para insultar y jurar vengarse del asqueroso slytheriano. No obstante, la castaña no tardó en advertirles y obligarles a prometer que no se inmiscuirían en la guerra que sólo les pertenecía a ella y a su colega.

Más tarde, la chica no pudo forjarse un tiempo para sí sola para idear su revancha puesto que fue secuestrada por un grupo de alumnas de séptimo y sexto procedentes de las tres casas amigas.

- Desembucha, Hermione. Sabemos que has tenido algún tipo de contacto con Draco Malfoy- instó Parvati apoyada sobre la puerta de uno de los cubículos del baño de mujeres que estaba en el tercer piso.

- ¿Por qué insisten con eso? ¡Ya les dije que no! No he tenido y jamás tendré nada con ese idiota.- mintió la interrogada en un desesperado intento por mantener oculto su más oscuro y mal guardado secreto.

- ¡Deja de negarlo! Se nota demasiado, niña. ¿Recuerdas con quién estás hablando?- inquirió Lavander con el rostro bastante más cerca del de la Premio Anual de lo que ésta habría querido. La aludida solamente entornó los ojos.- Pues con la chica más ligona de este bendito colegio.

- Disculpa querida, pero ésa sería Pansy Parkinson- corrigió Susan Bones.

- Lavander dijo ligona no puta de bombacha floja- observó la joven Weasley ganándose las risas y el asentimiento de todas las allí presentes.

- Exacto…- continuó la auto declarada ligona por excelencia- …y con lo que me amerita esa distinción sé muy bien cuándo la tensión sexual entre dos personas es

suficiente para que las palabras dejen de ser conceptos de manera que pasen a ser cruzadas lingüísticas, es decir, de lenguas.

-¡Qué poético!- apreció Luna Lovegood desde un rincón del lugar, abandonando por un instante su lectura de El Quisquilloso.

- Como sea, ¿qué les hace pensar que yo, justamente yo, podría intimar de alguna forma con ese bastardo?

- Eres mujer- argumentó Parvati demostrando su grado de sagacidad.

- Él es hombre- Lavander imitó en astucia a la sobrante extremidad de su cuerpo o, en otras palabras, a su amiga morocha.

- …y es rubio…- agregó una chica del sexto curso.

- …y rico…-sumó Ginny.

-…y musculoso…- dijo Parvati.

-…y rubio…- repitió la misma de sexto.

-…e inteligente…- acotó una alumna de Ravenclaw.

-…y misterioso…- participó Luna.

- También dicen que es un dios en cuestiones sexuales.- chismeó Susan provocando la confirmación introspectiva de la castaña.

- En fin, es un adonis como pocas veces se ha visto- sentenció Lavander.

- En toda mi vida he escuchado tantas incongruencias juntas.

- ¡Por favor, Mione! ¡Deja el numerito y detén la mentira! Haz feliz a estas insufribles cotilleras, por el amor que le tienes a los libros.

- ¡Ginny!- reprendió la castaña.

- ¡¿Qué?! Me cansé de oír tanto bullicio. Di la verdad de una vez y ya.
Todas las demás mujeres turnaron sus vistas entre la mirada despectiva que enviaba Hermione a su mejor amiga y la actitud impasible que ésta le devolvía. Después de unos segundos de un silencio sepulcral, la indagada se rindió y decidió confesar, aunque sin decir la verdad entera.

Es Un Placer Ser Tu EsclavaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora