Capítulo 8

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¿Perdí...?

- Estás muy rara últimamente, Mione.- la aludida miró a Harry quién no había dejado de contemplarla preocupado por la ansiedad que ella plasmaba en la forma compulsiva en que se retorcía los mechones de cabello que caían sobre su rostro.- Pareces nerviosa...- tanteó, sin querer avivar otro exabrupto por parte de su amiga.

- Lo estoy. Ya sabes... los resultados de los exámenes de hoy.

- Ah, claro- replicó el ojiverde sin mucha convicción, pero igualmente retomando la actividad de degustar su tarta.

- Es raro que no hayas estado preguntando sobre el examen, Mione...- ¡Vaya! Lo único que le faltaba: que incluso el despistado de Ron la interrogara.

- ¡Miren! No me pasa nada, se los aseguro. Solamente que es el primer examen del año y no quiero salir mal ahora que soy Premio Anual y el hecho de que haya sido con el imbécil de Snape no ayuda en nada.

- Está bien, no hace falta que uses ese tonito con nosotros, sólo nos preocupamos por ti.- reprendió Harry.

- No, no, tienes razón, me comporté como una idiota. Lo siento, de verdad. Últimamente tengo la cabeza en las nubes.- con eso se ganó más miradas de consternación por parte de sus dos amigos, en cambio, Ginny la miró significativamente y un centello de pena surcaba sus ojos marrones, pues sabía bien que a Hermione le atormentaba su actual situación con Malfoy.- Creo que pasaré de la cena. Tengo un nudo en el estómago- se excusó con sinceridad. Los demás asintieron con la cabeza y ella se levantó para salir fuera del comedor mientras se prohibía un vistazo hacia la mesa de Slytherin.

Una vez en el Hall de Entrada, se apoyó de espaldas contra el muro, tratando de tomar grandes bocanadas de aire para normalizar sus latidos que no paraban de bombearle el corazón con tanta fuerza que lograban robarle el oxígeno. Miró a través de la puerta abierta que dejaba apreciar al paisaje de los jardines y en cuyo horizonte se iba escondiendo lentamente el sol, dando lugar a las tinieblas. Cada minuto que desaparecía empeoraba los nervios de la castaña, pues todo dependía de dos simples números.

- Ansiosa por conocer las calificaciones ¿eh? ¿Estás tan excitada como yo?

- Jamás podría alcanzar tal grado de excitación. Dudo que otro ser humano pueda igualarte, Malfoy.- Draco rió al tiempo que se apoyaba a su lado en el muro.

- No te preocupes, creo que tú haces un buen trabajo en ello.- La chica bufó exasperada.

- Déjame en paz, ¿quieres? Al menos mientras no sepamos...- pero ella misma se calló cuando vio acercarse al que sería responsable por su futuro cercano.

Snape los miró con extrañeza al notar que estaban juntos pero luego supuso que se debía a alguna obligación de Premios Anuales y en seguida se dirigió a la cartelera donde fijó un pergamino. Hermione pudo ver que se trataba de una lista por el formato del texto. El pelo-grasiento ingresó al comedor dejándolos solos en el Hall. Ella tragó saliva sin atreverse a aproximarse al objeto de su tortura e inclusive Draco titubeó unos segundos antes de comenzar a caminar hacia la cartelera, pero la castaña lo detuvo tomándolo de la muñeca. Él giró sorprendido por ese contacto y al mirar la cara de susto de su compañera tuvo que valerse de toda su fuerza de voluntad para no lanzar una carcajada, aunque no estaba seguro del por qué no quería reírse en su cara.

- Vamos, Granger. No será tan malo- el rubio acarició la mejilla de la chica y ella se asombró tanto con aquel gesto que podría confundirse con una muestra de cariño que lo siguió sin más reticencias.

Fue el slytheriano quién se aventuró a leer. Mientras tanto, ella miró el piso sin siquiera atreverse a alzar la vista. Transcurrieron unos segundos que a la castaña se le antojaron eternos hasta que el chico giró sin ninguna expresión legible en el rostro, se inclinó hacia su oído y susurró:

- Es hora, Hermione.

La aludida quedó completamente aturdida por el hecho de que la había llamado por su nombre, por lo cual no presentó ningún tipo de resistencia al ser guiada de la mano de Draco hacia la Sala Común que ambos compartían.

"¿Es hora? ¿Cómo que es hora? ¡Dios! ¿Acaso perdí? No lo puedo creer...y... dijo mi nombre... ¿por qué dijo mi nombre? Seguramente, es otra forma de manipularme, el muy cretino. ¡Espera! ¿Qué calificación obtuve? ¿No habré reprobado, verdad? ¡Me estoy preocupando por mi nota cuando estoy a punto de...No lo puedo creer. ¡Tengo que hacer algo!"

Es Un Placer Ser Tu EsclavaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora