—¿Estás segura de esto, hija? —Preguntó mamá.

—Sí. Será lo mejor para mí. Tranquila, sólo me iré unos meses, estaré bien. —mientras terminaba de hacer mi maleta.

—Yo lo sé, cariño. Pero Columbus está muy lejos... —la interrumpí antes de que continuara y me pusiera sentimental.

Puse mi mano en su hombro para tranquilizarla un poco.

—Estaré bien. Quiero empezar de nuevo y que mejor manera que irme de aquí, mamá. Nueva vida, nueva yo. Y mamá, estaré a veintiún minutos de distancia, no es mucho, exagerada. —Reí para aligerar el ambiente.

—Te echaré de menos, cariño. -me abrazó, ah, un cálido y amoroso abrazo maternal.

—Y yo a ti, má —respondí aún abrazándola.

Terminé de empacar y subí todo a mi auto, después de otra despedida de parte de mi mamá, emprendí el viaje hacia mi nueva vida, una donde no habrán más Johan Bell, ni Lalie Stone, para arruinar mi vida. Oh, yo sé que no, aquí es donde vuelvo a resurgir de las cenizas como el ave Fénix. Una nueva yo me espera en Columbus, Ohio.

Debido al tráfico, hice media hora de camino, y quince minutos después de haber llegado a la ciudad, encontré la dirección de mi nueva casa, era linda, por fuera la madera era blanca con detalles en café oscuro, tenía un porche y un caminito hacia éste. El pasto del pequeño jardín apenas y se distinguía, pero bueno es de esperarse, estamos a cero grados, hace bastante frío. Cogí mis maletas —como pude—, caminé con ellas hasta la entrada, con las llaves que llevaba en mano, abrí la puerta, después de haber abierto la puerta de mosquitero.

Cuando puse un pie dentro, el olor a madera inundó mis fosas nasales, por dentro la casa era más hermosa que por fuera, subí las escaleras que había a lado de la puerta y caminé a duras penas con todas las maletas hasta mi nueva habitación. Dejé todo botado ahí, ya luego tendré tiempo de desempacar. Por ahora, iré a conocer la ciudad.

Salí de mi casa, cerré todo muy bien y comencé a caminar por la acera, no sé ustedes, pero yo soy de las personas que disfrutan del frío. Llevaba una gigantesca chaqueta que cubría mi pequeño cuerpo, caminé por la banqueta hasta llegar al centro de la ciudad, que no queda muy lejos de casa, recorrí alrededor de cuatro cuadras, nada mal, sólo espero saber regresar.

Tras un rato recorriendo las calles poblabas de Columbus, decidí entrar a una cafetería que se veía hogareña, nada pretencioso y cálido. Pedí mi café y después de recibirlo, me senté en uno de los sofás individuales que hay cerca de los ventanales.

—Hola ¿puedo sentarme? —preguntó un hombre, sacudí mi cabeza para alejar todas mis divagaciones, posé mi vista en él, y bendito Dios, era un hombre bastante apuesto, lindos ojos rasgados y castaños, un piercing en su nariz, su cabello rapo de los lados dejando larga la parte media. Era realmente bello.

—Claro, siéntate. —sonreí, el hombre se sentó en sofá individual frente a mí.

—Pues... hola, me llamo Joshua. —se presentó, parecía un poco incómodo.

—Shannie —fue mi turno de presentarme —. ¿Estás bien? Te noto incómodo.

—¿Se nota mucho? —asentí en respuesta —Oh, lo siento, es sólo que mis amigos insistieron que viniera a hablar contigo —señaló hacía atrás de él sin voltearse a ver, posé mi vista en dos hombres que miraban atentamente la escena que estaba pasando entre su amigo y yo.

—¿Puedo preguntar, por qué?

—Sí, hace poco terminé una relación, y ellos quieren que comience a salir con chicas, te vieron y dijeron: ''ve y háblale a la linda chica de cabello anaranjado'' y bueno, aquí estoy. -rascó su nuca cuando terminó su pequeña historia.

Reí:—Muy bien, intentaré no sentirme utilizada o un objeto —bromeé—, y gracias por lo de linda.

—Estoy un poco oxidado en esto de hablarle chicas.

—No te preocupes, si quieres puedo ayudarte.

—¿Cómo?

—Primero, puedes iniciar tu conversación, sin mencionar que acabas de salir de una relación, segundo, muestra seguridad pero no demasiada, hay un pequeño muy pequeño paso entre las seguridad y la arrogancia. Tercero, mírala a los ojos en todo el momento que estés hablando con ella, haz como que pudiste ver algo en ella, que la hacía diferente a las demás. ¿Entiendes lo que te digo?

—Esto es tan raro — reímos.

—Un poco, mi amigo, pero verás que funciona, te lo aseguro —sonreí.

Joshua soltó un respiro, relajó sus hombros, y movió su cabeza de un lado a otro cómo si estuviera apunto de cargar algo pesado, colocó sus manos frente a él, las unió y tronó los dedos. Miré cada movimiento que él hacía, levanté una ceja y su mirada se posó en mí, siendo específica en mis ojos, sonrió, una linda y segura sonrisa, que correspondí.

—He notado, que algo en ti, me dice que quieres salir conmigo esta noche ¿qué te parece la idea? Tú, yo, en un restaurante esta noche, no sé, piénsalo. —Solté una risita después de su invitación.

Tomé una servilleta, anoté mi número de teléfono en ella, sin que él viera lo que puse, la deje sobre la mesa y volví mi vista a él.

—Arrogante —le guiñé el ojo y con mi cabeza hice un gesto para que mirara la servilleta, él sonrió, me puse de pie y salí de ahí.

Bien, así es como oficialmente inicia mi vida en Columbus.

ווו×

Hola. Bueno éste es un nuevo proyecto en el que estoy trabajando espero realmente que les guste, es un experimento, ojalá le den una oportunidad.

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Besitos...

ButterflyDark🌚

Tear in my heart || Josh DunWhere stories live. Discover now