Capítulo 26

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 Nos repartimos en diferentes autos para ir hasta lo de Max, en el caso de que nosotras nos queramos ir en un momento diferente a Robbie y Liam. Estacionamos una cuadra antes, ya que la casa estaba rodeada por autos y no había lugar libre. Antes de bajarnos del New Beattle, las chicas me pasaron sus pertenencias, pues hoy me tocaba a mi cargar con la cartera. Sin querer cargar con mi abrigo dentro de lo de Max, lo dejé en el asiento trasero de mi auto.

 A penas puse mi pie en la vereda, el frío exterior pegó en mis brazos, haciendo que me de un espasmo de escalofríos.

 – ¡Andando! – exclamó Addie.

 Mi hermano y Robbie están adelante nuestro.

 Cuando llegamos a la entrada, nos encontramos con lo predecible. La música retumbando en las paredes de la casa, escuchándose perfectamente desde afuera, y algunas personas charlando en el jardín animadamente. No creo que haya gente muy descontrolada por el momento: son solo las diez y media de la noche; la fiesta recién comienza.

 Sin tocar el timbre, Liam abrió la puerta dándonos paso a nosotras tres primero. Pude ver la mirada hambrienta – pero disimulada – que Robbie le envió a Addie; por supuesto que ella no lo notó.

 – ¡Oh, mira quién llegó! – exclamó Dylan al lado de Billy, ambos con un vaso rojo en su mano.

 Ver a Dylan me recuerda a la última vez que lo vi, las cosas eran diferentes. Él me había preguntado si Addie seguía con su novio y, si no mal recuerdo, respondí que estaban muy felices. Si hubiera sabido que todo se iba a ir por la borda...

 – ¡Hola chicos! – saludé feliz. Les di un abrazo a cada uno y ellos me lo correspondieron.

 Cuando abracé a Dylan, me detuvo un tiempo de más, susurrándome – hablando normalmente en realidad, por sobre la música – algo en el oído.

 – Escuché que Maddison al fin cortó con su novio. Pero, ¿Sabes qué? – preguntó. Lo miré y negué con mi cabeza – Tengo novia – me dijo sonriendo.

 – ¿En serio? – asintió – ¡Eso es genial! Te felicito – le sonreí – será mejor que vaya a saludar al cumpleañero, ¿Sabes dónde está?

 – En la cocina.

 Asentí en agradecimiento y giré para avisarle a las chicas, pero en cuanto lo hice me di cuenta que ellas ya no estaban tras de mi. ¿Dónde estarán? Me encogí de hombros mentalmente y me encaminé hacia la cocina.

 Max está conversando con Connor, Simon y un chico a quien no conozco cuando ingreso en la gran cocina que, afortunadamente, no está atestada de gente.

 – ¡Feliz cumpleaños! – exclamé llamando la atención de las personas en la cocina.

 Max se giró y me dio una gran sonrisa. Me acerqué para abrazarlo.

 – ¡Lori, viniste! – contentó en el abrazo.

 Me reí para después separarme.

 – No me hubiera perdido tu cumpleaños número veinticuatro por nada en el mundo – sonreí – hola chicos – saludé con un beso en la mejilla a los otros tres.

 Simon y Connor silbaron.

 – ¿Cómo es posible que tu hermano te haya dejado salir así? – preguntó Connor.

 – Esa es su forma de decir que están muy bonita – agregó Simon.

 Puse mi ojos en blanco y me reí.

 – Gracias.

 Pude notar que Max iba a decir algo, quizás presentarme al extraño, pero la animada personalidad de Addie se hizo presente, haciendo que sus piernas estén sobrecargadas de miradas.

La vida de LorelayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora