Capítulo 7

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– ¡Lorelay! – escuché a Addie gritar.

 Me separé de Derek un poco avergonzada, con la cabeza gacha. Él dejó sus manos en la parte de arriba de mis brazos.

 – Lorelay ¿Dónde estás? – Addie seguía buscando.

 Estaba llamándome por mi nombre entero. Lo que quiere decir que se enteró de algo de lo que pasó o solamente lo hace porque está borracha.

 – ¿Quieres que le diga que estamos aquí? – él me preguntó suavemente.

 Asentí. Si abro la boca me voy a largar a llorar de nuevo. Tengo las mejillas empapadas y supongo que de color negro.

 – ¡Aquí chicos! – les gritó Derek – ¿Estás un poco mejor? – asentí – ¿Quieres hablar? – negué con la cabeza.

 Escuché un suspiro de resignación de su parte. Sé que es difícil lidiar conmigo en este estado y más para él que no me conoce, pero, en este momento, realmente no me importa.

 – ¡Lorelay! – exclamó Addie.

 Levanté mi cabeza en dirección en la que ella está llamando. Tiene semblante preocupado. Zack y Thomas están tras de ella con una expresión preocupada también, pero no tanto como la de mi prima, creo que es más de confusión por no entender nada de lo que está pasando.

 – Vi que pasaron dos guardias de seguridad de aquí con Brandon agarrado a la fuerza, sacándolo por la puerta de emergencia y justo después mi celular empezó a sonar con una llamada de William, me dijo que Bob lo llamó porque tu pediste ayuda y tu no atendías el celular y... y no entendía nada de lo que estaba diciendo, pero en cuanto recordé la persona que acababa de salir todo tuvo sentido, lo poco que tenía de alcohol en el cuerpo de esfumó y vine corriendo a buscarte – terminó respirando. Dijo todo rápido, de corrido y sin respirar.

 Lo único que pude hacer fue lanzarme a sus brazos, y llorar aún mas que antes.

 – Él... él quería... él quiere... llevarme con él – le dije entre sollozos.

 Addie apretó más el abrazo.

 – Shhh, no te va a pasar nada. Yo no voy a dejar que él se acerque.

 Nuestros acompañantes están en silencio y sé que están confundidos, pero agradezco internamente que no hayan preguntado nada.

 – Vámonos a casa. – me dijo después de un rato.

 Negué con la cabeza y me separé de ella.

 – No quiero que nadie me vea así. Además no quiero sacarte tu noche de diversión.

 Ella me miró con una sonrisa comprensiva y limpió las lágrimas de mis mejillas con sus dedos, suavemente.

 – ¿Tu crees que yo puedo divertirme sabiendo que tu estás mal? – negó con la cabeza – nunca.

 Le di una pequeña sonrisa y volví a negar con la cabeza.

 – Igual... no quiero ir a casa y que me vean así.

 Ella me respondió con una mueca, sin saber qué decir.

 – Si quieren podemos ir a mi casa – propuso Zack, haciendo que todos giremos hacia él – no hay nadie ahí, vivo solo.

 Ahora todos se giraron a verme a mi, esperando la respuesta.

 – ¿Están seguros? No quiero arruinar su noche de sábado – le respondí.

 – Hay mas sábados que podemos disfrutar, por ahora preferimos ayudarte. Tu nos ayudaste a nosotros, ahora nosotros te ayudamos a ti – me dijo Thomas sonriendo. Zack asintió a su lado imitándolo. Giré para ver a Derek. De alguna manera, su opinión me resulta más importante.

La vida de LorelayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora