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"Llegaste al lugar que habían acordado, algo cansada. El viaje había durado días.

De inmediato te diste cuenta de que algo andaba mal.

Luciano estaba sentado en su trono, como siempre. Pero sostenía algo extraño en sus manos. Algo...

...
Era una cabeza. Y no era cualquier cabeza.

Era la cabeza de Lala. Abriste los ojos como platos, ahogando un grito.

—Hehe~ ¿Te gusta, querida _____?— Preguntó él, toqueteando la cabeza

Qué horrible vista.

— Pues a mí no—Dicho esto, Luciano la lanzó al suelo, y se escuchó un crack.

La cabeza de Lala estaba hecha mierda. Lucio se acercó a ti, pisándola de paso.

—Te extrañaba. Hace tiempo que no venías ¿No?— Asustada, asentiste— No sabes cuántas cosas interesantes me han pasado en este tiempo...

De repente se levantaron las cortinas que habían a los lados, y pudiste observar claramente una tragedia: muchos, miles de cuerpos mutilados. Se veía que eran todos tus conocidos: Kuro, Lutz, Oliver... Incluso Flavio.

Ahora sí que estabas cagándote de miedo.

—Los has visto ¿No?— Asentiste frenéticamente— ... Digamos que estaba harto de ellos. Sobre todo de Lala. Tú sabes.

Se acercó aún más a ti. Sentiste sus manos recorrer tu espalda, y te vinieron escalofríos.

—Al fin puedo estar sólo contigo, _____. Nada me lo impedirá, nada...

¡SPLASH!

Luciano sintió agua helada recorrer todo su cuerpo. Abrió los ojos de golpe, y se encontró con los de Lutz.

—¡Ice bucket challenge!— Gritó él, sonriéndole a la cámara que tenía en frente. Lucio miró horrorizado como su persona aparecía en la grabación. Anotó mentalmente torturar a Lutz más tarde.

—¿QUÉ MIERDA?— Chilló alguien más. Esa persona lo abrazó y alejó del alemán, quien hizo un puchero— Lucho ¿Estás bien?— Lala tomó un paño y comenzó a secarle el cabello— ¡Maldita sea, Lutz! ¡Puede terminar resfriado!

—El otro día yo me resfrié y tú no hiciste tanto escándalo...— Alegó él, apagando la cámara. Lala aferró a Luciano a sí misma.

—Cállate. Partiste a buscar la secadora— Asintió y fue corriendo. Mientras tanto Lala le secó la cara y un poco el pelo— Ains, pobre...

—Suéltame...

—Te vas a resfriar.

—¿Sabes con qué estaba soñando?— La conversación no andaba, y quiso cambiar de tema. No fuera a ser que Lala comenzara con sus cursilerías otra vez.

—¿Conmigo...?— Él hizo una mueca.

—Esas se llaman pesadillas. Soñé con _____.

—Oh. Podrías llamarle y contarle tu sueño.

—...Tal vez...

Después de eso recibiste la llamada más extraña de tu vida.

La recuerdas perfectamente. Lutz y Flavio chillaban atrás, y por alguna razón estaba Allen colado. Luciano intentaba explicarte un sueño, o algo así, pero Allen gritaba cosas raras, y parecía que Lutz lo empujaba cada cinco minutos.

Sin perder mucho tiempo, habías cortado.
No vayan a gastar tanta electricidad en tonterías.

2pTalia Things!Where stories live. Discover now