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"Llorar.
Era algo tan normal para Gilen, como respirar. Si estaba triste, lloraba. Si estaba feliz, lloraba. No había un sólo día en el que no pensara en ello, o lo hiciera.

Desde que Lala los había reunido a todos, parecía ser el único sensiblón del grupo. Kuro, por ejemplo, nunca lloraba. Le tenía cierta envidia, pero más admiración. Había visto a Lutz llorar algunas veces, pero sólo por dolor físico. Luciano... Bueno, podría decirse que sí lo había visto llorar, mejor dicho escuchado.

Todavía recordaba eso a la perfección. Sus habitaciones estaban pegadas al una a la otra, y de repente, en medio de la noche, escuchó a Lucio gemir. Pero no gemir del tipo sexy. Gemir de dolor. Las luces de su pieza se encendieron, y sonó la voz de Lala.

—Te pasa por intentar pegarme, puto— Alegó ella. Luciano seguía quejándose. Gilen se puso nervioso.

—No te iba a pegar, maldita sea. Tengo conciencia, no debo pegarte... ¿No crees que te pasas... Aw... gOLPEÁNDOME CON LA LÁMPARA EN LA ENTREPIERNA, MALDICIÓN?— Lala se puso a reír con nerviosismo. La puerta sonó al abrirse, y Gilen dedujo que estaba escapando.

—La verdad, ya no me apetece dormir contigo... Puedes hacerlo solo... ¡Buenas noches!— Los pasos se Lala se escucharon claramente. Luciano, por su parte, suspiró con pesadez y siguió gimiendo despacio.

Con el paso de las horas, lo escuchó sollozar e hipar constantemente, mientras daba golpes a la pared.
Esa fue la única vez que lo había visto/escuchado llorar.

Flavio no lloraba, se enojaba. Y cuando se enojaba, comenzaba a llamar a sus enemigas y les hacía bromas pesadas para pasar el rato.

Lala... Lala lloraba bastante, pero todos estaban acostumbrados. Era un proceso bastante corto: se ponía a llorar, se enfadaba porque lloraba, golpeaba a Kuro, pero terminaba golpeándose a ella misma, y luego buscaba consuelo en Luciano o Lutz.
Gilen era definitivamente el más sensible del grupo. Y darse cuenta de eso no era algo muy esperanzador.

Apoyó su cabeza en el respaldo de su cama, y miró los pósters que tenía en la pared del frente. Bandas que conocía Rodrick, que le había mostrado a él y le agradaban un poco.

Por supuesto, Rodrick no dudó en comprarle todo lo que encontrara de esas bandas ¡No podía permitir que su querubín se fuera al 'lado oscuro' y comenzara a escuchar Justin Bieber o Rihanna! Gilen lo comprendía un poco, pero nunca hubiera cuestionado, ni siquiera en sus pensamientos, lo que hacía su amigo.

Si no era Rodrick, era Lutz quien lo convencía de apasionarse con algo. Desde un equipo de fútbol hasta una marca de ropa importada. Gilen rápidamente se dio cuenta de que casi todas las cosas que 'le gustaban' se las habían mostrado esos dos, y lo habían convencido de amarlas.

Sintió que no podía vivir sin depender de alguien, y se encogió. La poca confianza que había juntado por tanto tiempo se desmoronó en menos de diez segundos.

Se acurrucó en sí mismo, y comenzó a llorar. La frustración de verse débil otra vez lo hizo llorar aún más, pero lo más silencioso que pudo.
O eso creía él.

La puerta se abrió y entraron todas las potencias del Eje. Kuro, serio, apoyado en el marco de la puerta. Luciano parecía un tanto molesto, al lado de Kuro. Cuando se dio cuenta de que Gilen lo miraba, sonrió un poco.

Flavio y Lutz corrieron a consolarlo. Lo abrazaron, inundaron su cabeza de palabras bonitas. Después de eso llegó Lala y, milagrosamente, se dio cuenta de lo que ocurría. Se puso a llorar y abrazó a Lucho con todas sus fuerzas. Este intentó sacarla, pero no pudo.

Después de todo, no era una familia tan mala."

2pTalia Things!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora