The Selection. 12

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-No sé de que quieres hablar-miró hacia la puerta disimuladamente.

-No sé Christina, ¿Qué te parece... por qué de repente te has juntado con Ioanna y no hablas con nadie más? ¿O prefieres contarme el por qué ya ni me saludas?

-No lo comprenderías, Ditte-susurró, di un golpe en la mesa y ella pegó un respingo.

-No me llames Ditte, Nourse.-me levanté y caminé hacia la puerta-. No tienes ningún derecho a llamarne así y más si vas a mentirme.

Salí del despacho y bajé las escaleras hasta volver a la Sala de Mujeres, ¿Qué se había creído esta?

-Majestades, dicen que os harán sentir como en casa-informé, me sonrieron.

-Debo suponer que tu familia está allí, ¿Cierto?-asentí-, ¿Viven en palacio?-fruncí el ceño y negué con la cabeza.

-Tenemos una casa cerca de palacio, pero no-miré al rey.

-De acuerdo, a las nueve nos vamos. Es tiempo suficiente para que llegue un familiar de cada chica-asintió-, puedes ir a arreglarte y a hacer las maletas, enviaremos a dos guardias para que te ayuden.

-Esto... Vale-asentí y salí de allí en dirección a mi habitación.

Me duché y me puse un pantalón corto y una camiseta de tirantes. Estuve tentada a coger las tijeras y cortarme el pelo, pero eso ya lo haría en casa.

Me senté en la silla del escritorio a secarme el pelo, cuando llamaron a la puerta, no me dejaron ni responder cuando esta se abrió.

-¿Estás visible?-preguntó Ahren y entró a la habitación, cerrando la puerta detrás suyo.

-¿Tu eres los dos guardas que van a subir a ayudarme?-me giré a verlo- ¡Y yo pensando que eras el príncipe!-me di un golpe en la frente.

-Jaja-rodó los ojos.

-¡Oh venga!, soy muy graciosa y lo sabes.

-Ese si que ha sido un buen chiste-se puso a mi lado y me dio un beso en la frente-, creo que deberías retocarte el color.

Me miré al espejo, tenía algo de razón, las raíces estaban blancas a comparación del resto del pelo.

-¡Tío!-exclamé-, parece que tengo canas.

Me miró perplejo y luego se echó a reír.

-Te dije que era graciosa-mascullé y me recosté en el respaldo-, ¿Qué haces aquí?

-A diferencia de ti, las maletas a mí me las hacen-levanté una ceja-, y no tenía nada que hacer, a si que bajé a veros.

-Es verdad, que tienes diecinueve chicas para ti solito, bribón-le di un golpecito pícaro en la rodilla.

-Son veinte-corrigió, negué con la cabeza.

-No me cuentes a mi, soy un alma libre-miré a la ventana- ¡Y volé!

-Ya ya-se acercó peligrosamente a mí y me besó.

-Sigo siendo un alma libre-rodé los ojos y seguí secándome el pelo.

-¿Qué es esto?-preguntó, tocándome el homoplato derecho.

-Se llama tatuaje, cariño-dije sarcásticamente.

-¿En serio?, yo creía que era suciedad-le miré mal y el me sonrió-, quiero decir, ¿Qué es?

-El cumpleaños de mi hermano pequeño-me llevé la mano al tatuaje y lo acaricié.

-¿Y por qué te lo tatuaste?

-Hoy estás muy cotilla, ¿No?-se encogió de hombros, suspiré- es para recordarme que aún tengo cosas por las que luchar. Que por si alguna razón yo caigo, toda mi familia cae conmigo y no en el buen sentido.

-Sabes que aunque me interese, no tienes porque contármelo si no quieres-se puso delante mío en el escritorio.

-Igualmente, nunca es malo recordar las cosas, aparte ¿A quién se lo ibas a contar tú, si no conoces a nadie?

-Oye, gracias-le sonreí.

-Hace nueve años nació mi hermano pequeño-expliqué-, aparte de que nació en muy mala época porque mi padre había muerto, August se esfumó y mi madre cayó en depresión, nació con leucemia-bajé la mirada y empecé a juguetear con el pantalón-, mi hermana mayor estaba en Honduragua estudiando y no queríamos que dejara los estudios, mi hermano acababa de entrar en el equipo de élite de fútbol y aunque nos mandaba el dinero necesario, no era lo que necesitábamos...

>>Mi hermana gemela, estaba de casting en casting sin conseguir nada y mi hermana pequeña era demasiado pequeña, asique solo quedaba yo, por lo que tuve que dejar el equipo de natación. ¡Lo cuidé durante dos años!, sin protestar, sin quejarme, ¿Crees que mi madre me dió las gracias?, no. Y en esa época fue cuando nuestra relación empeoró, yo le echaba en cara la muerte de mi padre y ella me echaba en cara todo lo que hacía mal, pero no me importaba, poco a poco fue dejándome de importar mi madre-tomé aire-. Dos años y medio después, se curó ¡Y qué casualidad!, cuando ya no necesitaba ayuda, se vuelve a casar, ¿Y con quién?, con el hombre con el que engañó a mi padre y fruto de ahí nació mi hermana... Quiero decir-me aclaré la garganta-, va Gin, yo, Lis y Oscar, pues el padre de Lis... No sé si me entiendes...

-Tranquila-me acarició la mano.

-La parte buena, es que cuando se casó con él, yo tuve más tiempo para mí, pues ya no tenía que cuidar de Oscar... No pude volver al equipo de natación, pero me metí en el gimnasio...

-El famoso gimnasio-me cortó riendo.

-Si, el famoso gimnasio-reí también-. Como los únicos amigos que tenía sabían hablar francés o castellano, no necesitaba aprender inglés y como mi familia también sabía, no lo vi necesario-abrió la boca comprendiendo todo-, tu fuiste el que me dio ganas de aprender inglés, por tu culpa me comí una bronca de mis hermanos y de mi madre.

Estalló en risas, y siguió acariciándome la mano.

-Hace un año, le volvieron a diagnosticar leucemia, aunque al parecer no es nada serio, entonces decidí hacermelo. Para recordarme que no solo puedo pensar en mí, aún hay alguien que me necesita.

-Ven aquí, anda-me levantó y me abrazó-. Quien me iba a decir, que la chica que me pegó a los quince años, estaría ahora, a los dieciocho, entre mis brazos.

-Demasiado cursi-me separé un poco e hice una mueca de asco.

-Se que en el fondo te gusta-me puso un mechón de cabello detrás de la oreja.

-Pero en el fondo... Fondo.

Poco tiempo después me separé de él.

-Voy a ver a las demás, ahora vengo-informó.

-Ahora que empieza la diversión te vas, vaya guarda estás hecho-negué con la cabeza y me metí en el baño.

The Selection  [2da parte en proceso]Where stories live. Discover now