13; El precio de la verdad.

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—¿Crees que lo asesiné?

—Esperemos que sí.

—No podemos contárselo a nadie.

—Entonces será nuestro secreto. Nadie los sabrá, te lo prometo.

. . . .

Al día siguiente las chicas se habían reunido en la biblioteca, por lo que no tuve otra opción y me vi obligada a regresar a aquel terrorífico lugar.

—¿Qué es ese libro? —le pregunté a Lydia señalando el libro que tenía sobre la mesa.

—Es un libro dedicado a los médicos del pavor —respondió Malia—. ¿Recuerdas las criaturas que vimos la otra noche?

—¿Te refieres a los hombres con máscaras?

—Según este libro se hacen llamar «Los médicos del pavor».

—Quiero una copia —les dije.

—No quedan más copias.

—Entonces me quedaré con el libro original —le saqué el libro de las manos.

—¡Claro que no!

—He tenido una experiencia más traumática —le dije.

—Creo que Mora tiene razón, ella ha hablado con los médicos del pavor y tú ni siquiera los has visto —le dijo Malia.

—Este parece ser el primer volumen —dije observando la tapa trasera del libro.

—¿Quieres decir que hay más volúmenes?

—Yo creo que estamos viviendo el segundo volumen —opinó Malia.

—¿Esto es una novela o la predicción de alguien? —pregunté.

—Lo averiguaremos esta noche en Eichen House —respondió Lydia.

Las clases pasaron más rápido de lo esperado y la noche pareció llegar temprano. Nos encontrábamos siguiendo indicaciones para que nos permitieran ingresar a Eichen House

—Vacíen sus bolsillos en el recipiente —nos pidió un hombre.

—En realidad, solo veníamos para visitar a...

—Vacíen sus bolsillos en el recipiente.

Los chicos comenzaron a dejar todas sus cosas, incluyéndome, pero cuando estábamos listos para irnos el hombre me dijo:

—¿Podrías quitarte el collar?

—Costo demasiado así que la respuesta es no, lo siento.

—Costará más si un paciente te lo quita para ahorcarse a sí mismo o a alguien más —me dijo.

—¡Bien! —me quité el collar para dejarlo en el recipiente.

Un guardia nos hizo señas para que lo siguiéramos y así lo hicimos. Nos dirigimos a las escaleras y bajamos hasta donde se encontraba Valack.

—Solo le estoy haciendo un favor a Deaton —nos dijo el hombre—. Y lo estoy haciendo contra mi voluntad.

—¿Cómo se supone que tenemos que hablar con ese tipo? —le pregunté—. Ninguna persona normal tiene tres ojos, ¿a qué ojo debería mirar?

—No deberías mirar ninguno. De hecho, cuando estén allí abajo intenten no hacer contacto visual con nadie.

Luego de un largo recorrido logramos llegar hasta la celda pero no todos podían pasar.

—¿Acaso son cenizas de montaña? —preguntó Scott.

—¿Acaso creían que iban a pasar todos?

—¿No es obvio? —pregunté.

—La celda de Valack es la última al final del pasillo —nos indicó el hombre.

El hombre nos dejó solos y yo decidí no entrar, quedándome a solas con Scott y Kira.

—Me estoy sintiendo algo débil —dijo Kira.

—De hecho, yo también lo estoy sintiendo —admitió Scott.

—Me siento como si me hubieran sedado.

—Parece que fue una mala idea venir hasta aquí —les dije.

—Estarán bien sin nosotros. Stiles y Lydia son bastante buenos juntos.

—Sí, lo son.

—No tienen súper fuerza o siquiera espadas samuráis pero aún siguen vivos.

—¿Stiles está enamorado de mi prima?

—Sí, pero de una forma libre. Deberían haberlo visto todo el tiempo persiguiéndola.

»¿Sabes? Liam me recuerda a Stiles.

—¿A qué te refieres? —pregunté.

—Es obvio que Liam está enamorado de ti.

—Solo somos amigos.

—Oh por favor, ¿lo dejaras en la friendzone?

Iba a responderle pero pronto Kira comenzó a brotar electricidad y parecía que debía salir de allí rápidamente.

—No podemos tocarla —me dijo Scott—. Kira, deja de hacer lo que sea que estés haciendo.

—No estoy haciendo nada, solo está sucediendo.

De pronto la electricidad fue absorbida completamente por Kira y quedamos a obscuras.

—¿Puedes sacarla de aquí? — le pregunté a Scott.

—Lo intentaré.

Scott intentó acercarse a Kira pero al tocarla su cuerpo salió disparado contra la pared. Me asomé a Kira y logré tomarla en brazos.

—Mora, lo que sea que estés haciendo definitivamente funciona —me dijo Scott.

—Esto es una trampa, los doctores del pavor están aquí.

—¡Debemos sacarla de aquí! —gritó Scott.

Los doctores estaban cada vez más cerca de nosotros por lo que comenzamos a correr hasta la salida. Al llegar a la salida me sentía demasiado débil ya que mi cuerpo había absorbido la electricidad que irradiaba Kira.

—¡Mora lo has logrado!

Intente responderle pero me desplome en el suelo.

Lydia's cousin | Teen WolfWhere stories live. Discover now