Le seguí hasta el piso de abajo y me hizo sentarme en un sofá frente a la televisión mientras ellos cinco estaban repartidos en otros dos sofás a mis lados, pero yo solo miraba a Mike expectante de qué había encontrado.

Con el mando a distancia de la televisión en las manos, la señaló y lentamente giré la cabeza para ver la pantalla encendiéndose seguida por un logo azul y luego un fondo gris oscuro con un pequeño listado en blanco a la derecha.

De un momento a otro, ya Mike había seleccionado uno de esos títulos blancos y se había puesto un vídeo, un tanto antiguo de resolución, en la pantalla aunque empezaba con todo muy blanco.

La imagen se fue haciendo a la luz solar que se reflejaba en la lente y se pudo apreciar una bonita playa, donde una pequeña Katie corría de un lado para el otro siendo perseguida por un muy joven Mike, que tendría mi edad actual.

—Michael, ten cuidado con la niña. —Se oyó una voz masculina profunda y gruesa que erizó mi piel.

—Papi... —Murmuré con los ojos cristalizados observando el vídeo.

—Es ella la que me busca, Jay. ¡Yo no hago nada! —Se excusó el Mike del vídeo tirado en la arena con la "mini-Katie", de no más de cinco años, sobre su abdomen, llenándolo de arena.

—Te quiere mucho. —Dijo... Mi padre.

—¡Te quiero muchísimoooo! —Repitió la niña abrazándose al cuello del joven Mike.

—Y yo también a ti, Kay. —Respondió acariciando la cabellera negra de la "mini-Katie" y ese... Ese cariñoso apodo volvió a aparecer.

—¡¡Vamos al agua, tío Mike!! ¡¡Quiero ir a nada!! —La niña se levantó e intentó tirar del brazo del chico, que se levantó haciéndose el resignado.

Yo, viendo el vídeo, me quedé con las palabras de la niña resonando en mi cabeza llamando a Mike "tío", justo la misma excusa que le había dicho a Abby cuando le dije que ahora vivía con él.

¿Mi subconsciente me había hecho llamarlo de esa forma? Probablemente.

¿Mike me llamaba "Kay" a propósito porque así era como me llamaba cuando era pequeña? Sí.

Ahora entendía ese sobrenombre y el porqué no me importó que me llamara así desde un principio, porqué se sentía tan paternal y cariñoso.

Perpleja fue como me quedé al ver que la cámara dejó de moverse y se quedó estática sobre una piedra, pues así se vio a mi padre levantarse e ir hacia nosotros en el agua para jugar a levantarme por los aires junto a Mike.

Me veía tan feliz con papá y Mike, riendo como aquella niña feliz de cinco años que solía ser, besando sus mejillas y abrazándolos con mis pequeños brazos que no llegaban a rodear ni siquiera sus muslos.

Quería volver a esos tiempos. Quería a mi padre de nuevo. No le guardaba ningún tipo de rencor por haber desaparecido, ninguno. De hecho, le entendía por haberse ido y ojalá haber tenido yo una oportunidad de haberme ido con él.

Me gustaría encontrarle, abrazarle una vez más, decirle cuánta falta me había hecho durante todo este tiempo y estaba segura de que él no me iba a dejar de nuevo al saber por lo que había pasado.

Sonreí al ver ese momento que no recordaba hasta que terminó el video, cortándose de repente con esas imágenes de los tres jugando juntos en medio de la playa.

—No recordaba eso. —Dije mirando a Mike. —No recuerdo nada, solo los últimos años. —Suspiré agachando la cabeza.

—Tengo muchos más vídeos y fotos, pero te los dejaré a mano para que los veas con tranquilidad cuando quieras, ¿te parece? —Asentí con pena.

Katie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora