《D O C E》

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Un pobre Nagisa entraba al salón cojeando, cansado y adolorido, e ideaba una manera de cómo sentarse sin sentir mayor dolor.

—«No fue gentil. Apenas puedo moverme».

Nagisa no sabía si lo que más le molestaba era eso, o que cuando se despertó, Karma ya no estaba. Eso lo deprimió bastante, pues esperaba poder despertar junto a él.

—¡Hey, Nagisa-kun!—La voz de su amiga rubia asustó un poco al nombrado.—¿Cómo te sientes?

—B-Bien... ¿Por qué no lo estaría?

—No, por nada. Ven y toma asiento.—Río arrastró la silla y le indicó al más bajito que se sentara.-Si puedes...

Shiota entendió perfectamente que ella ya se había hecho una idea de qué pasó en su casa el día anterior, y de solo pensarlo, le entraba una vergüenza inmensa a todo su ser.

—E-Estoy bien de pie.— dijo lo más convincente que pudo, mas no fue suficiente para engañar a la rubia

—¡Ja, lo sabía! Te han estrenado—Rio quitó la silla del camino y agarró al pequeño por los hombros—. No le perdonaré a Karma el haberte pervertido de tal manera.

—¿Podemos no hablar sobre el tema?

—¡No juegues! Quiero saber cada detalle de lo que pasó. —Nakamura se sentó sobre la mesa más cercana y empezó a formular preguntas un tanto subidas de tono.—¿Y bien? ¿Dolió mucho? ¿Usaron condón? ¿Karma la tiene grande?

—¡Ya basta! ¡No quiero hablar de esos asuntos contigo!—Ignorando el enorme sonrojo en sus mejillas, y el dolor punzante a la altura de sus caderas y trasero, Shiota se fue como pudo hasta su silla y se sentó de golpe. Terrible decisión.

—¡AGH!—Entre un grito y pequeños sollozos, el menor se quedó estático en su asiento.

...

—Bien, chicos, la clase terminó. Pueden irse—Informó Koro-sensei, mientras borraba el pizarrón—. Oh, Nagisa-kun... Necesito que te quedes unos minutos.

Confundido, el peli-celeste esperó a que todos salieran para dirigirse hasta el frente. Sus caderas ya no dolían tanto, así que podía soportar por un rato.

—¿Qué ocurre, Koro-sensei?

—Mhm... Te vi algo incómodo durante la clase. ¿Te encuentras bien?

—S-Sí.

—Toma asiento.

—«¡No de nuevo!» —Se maldijo Shiota al ver que, de nuevo, estaba siendo víctima del mismo truco.

—¿Cómo se enteró?—Preguntó el oji-celeste bastante apenado.

—Nurufufu~ Nagisa-kun, yo me entero de todo—Su chismoso profesor ya estaba completamente rosado—. De todas formas, como profesor, no puedo evitar preocuparme. Así que quiero hacerte algunas preguntas.

—D-De acuerdo.—Respondió Nagisa resignado.

—¿Usaron protección?

—S-Sí.

—¿Tus padres están enterados?

—No.

—¿Lo disfrutaste?

—¡No tiene porqué saber eso!—El rostro del adolescente podría ser comparado con un tomate de lo rojo que estaba.

—  Supuse que no le contarías de esto a tus padres, y pensé que te gustaría poder charlarlo con alguien.—Ante esas palabras, Nagisa se permitió relajarse.—¿Y bien?

—¿Q-Que sí lo disfruté? No... sí... No lo sé.—El pequeño infló sus mofletes antes de continuar-Rechacé a Karma la primera vez que intentó "algo" porque... no me sentía listo y era algo importante para mí, pensé que l también pensaba lo mismo. Pero, sentí que ayer... Ah, creo que para Karma no era tan importante.

—Bueno, deberías haber pensado un poco más las cosas antes de tomar esa decisión tan apresurada. Pero, estoy seguro de que sus sentimientos son tan verdaderos como los tuyos hacia él, y que sí le dio la misma importancia.

—¿Usted en serio lo cree?

—Por supuesto.

—¡Gracias, Koro-sensei!—Shiota se levantó animadamente y salió del aula.

Esa charla había logrado poner de buen humor a Nagisa, ya ni siquiera le prestaba atención al dolor de caderas que aún sentía un poco.

Estaba saliendo del edificio, cuando escuchó un quejido femenino venir desde el otro lado del patio. Se acercó sigilosamente y asomó su cabeza para ver mejor.

Ojalá no lo hubiera hecho...

—Ka-Karma-kun... ¿Q-Q-Qué estás ha-haciendo?—Acorralada entre la pared y el cuerpo del nombrado, Okuda estaba temblando en su lugar, totalmente confundida y nerviosa.

—Ja~ Eres tan linda cuando estás nerviosa, me encanta.—El pelirrojo acercó su rostro al de la chica peligrosamente.

—T-Tú... estás con Nagisa-kun.

—Él no tiene porqué enterarse.—Y, acto seguido, los labios de Akabane y los de Manami se unieron forzosamente por el primer mencionado.

Nagisa no lo creía, no podía ser cierto. Quería salir de su escondite e insultar al pelirrojo o, aunque sea, exigir una explicación. Pero solo se quedó allí, paralizado; hasta que Manami se dio cuenta de su presencia y empujó al contrario.

—¡Na-Nagisa-kun! ¡No... no es... y-yo no quería...!—La chica trenzada intentaba excusarse, pero ella no tenía la culpa de nada, Karma sí, y Nagisa estaba consciente de eso.

—¿Por qué?—Preguntó, completamente dolido.—Karma... ¿por qué haces esto?

—Nagisa, puedo explicarlo.—Sin importar lo que dijera, esa mirada de cero remordimiento delataba lo poco y nada que le importaba haber sido "descubierto".

—Sí... claro que puedes. —Apretó los puños y escondió la mirada bajo su flequillo—... Por eso estuviste tan distante, te aburrió el estar con un chico, ¿verdad? Y ahora que ya lo experimentaste por completo, vas y besas a la una chica a mis espaldas, ¿no?

No hubo respuesta, al menos no en palabras. Una cínica sonrisa surcó en los labios del pelirrojo. 

— ¡Te odio, Karma! ¡Púdrete y desaparece!— no quería decir eso, pero se dejó llevar por la rabia.

Salió corriendo lo más rápido posible para alejarse de Akabane y Okuda. No le importó el dolor físico, no era nada comparado a lo que sentía en el pecho. Las lágrimas le nublaban la vista, tanto que no vio el tronco que se le cruzó a medio camino y terminó tropezando con él.

—¡Auch! Duele...—Shiota quedó arrodillado, no se sentía con fuerzas para levantarse—... Idiota... Mejor sólo me hubieras dejado.

Solo podía quedarse allí y llorar hasta tranquilizarse. No se sentía capaz de hacer nada más.

Karma era la persona más despreciable de su mundo...

...Él lo engañó...

...Jugó con él hasta aburrirse...

...Se rió en su cara...

...Karma le rompió el corazón.

[Editado el 21/04/2018]

R E V E N G E ||Karmagisa|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora