《U N O》

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En la estación del metro, un chico, impaciente, miraba la hora de su reloj cada cinco minutos y buscaba con la mirada a cierta personita impuntual entre la gente.

Por milésima vez, Nagisa vió su reloj sólo para perder aún más la paciencia.

—A este paso, llegaremos tarde a clases—Refunfuñó irritado—. Estoy pensando seriamente en irme sin él.

—Disculpe. Permiso... Lo siento, voy a pasar—Una voz conocida llamó la atención de Shiota. Giró a ver y notó a un pelirrojo despeinado, abriéndose camino entre la gente.

—Buenas noches, Akabane.—Nagisa se cruzó de brazos.

—Perdón...Nagisa...Olvidé... poner la... alarma.—El pelirrojo se excusó, mientras intentaba recuperar el aire perdido.

—Ya que... Es mejor que empecemos a caminar. —Y eso hicieron, se fueron caminando a su escuela.

・ †・ †・ † ・

Ambos iban subiendo la montaña que los llevaría rumbo al edificio-casi-en-ruinas en silencio. De pronto, el más pequeño sintió un tironeo en su brazo izquierdo, subió la mirada para encontrarse con la del causante de aquella acción.

—¿Qué ocurre?—Preguntó él un tanto curioso.

—Acabo de darme cuenta, de que no te saludé como es debido.—Al decir esto, Akabane soltó el brazo de Shiota para agarrar sus mejillas y así atrapar sus labios con los propios.

—Je~ Creí que no lo recordarías. —Soltó el peli-celeste bastante juguetón.

—¿Por qué desaprovecharía el tiempo que tengo para besar a mi lindo novio?

Así es, Karma y Nagisa son novios desde hace ya un mes y medio. Ocurrió un poco después de la guerra civil de la clase E que, sin darse cuenta, la volvieron algo personal. El primero en dar el paso fue Karma, que tras esa pelea le robo un pequeño beso en la mejilla a su—En esos momentos— amigo, supuestamente como una forma de "reconciliación"; aunque se haya tratado de una de sus bromas. Los siguientes días fueron algo incómodos para ambos, a causa de la confusión en cuanto al tipo de relación que llevaban. A los días después, el peli-celeste fue quién se armó de valor para confesarse al pelirrojo, que por suerte, le correspondió sin dudar.

—Es mejor que nos apuremos. Ya llevamos quince minutos retrasados.—Shiota se separó un poco de su novio.

—Solo un beso más. —El oji-dorado hizo un puchero que a Nagisa se le hizo muy tierno.

—Bueno, solo uno.

Karma sostuvo a Nagisa de la cintura, mientras que este se aferró al cuello ajeno. En un acercamiento rápido, Akabane ya tenía sus labios chocando contra los del menor. Empezó a acariciarlos suavemente, disfrutando de la dulzura  de aquel beso. La lengua traviesa de Karma pedía a gritos entrar a la cavidad bucal de su querido novio y, bueno, ¿Cómo rechazarlo? Nagisa le dio paso a la lengua del mayor para entrar en su boca; aunque eso no significaba que le daría el control absoluto.

«Maldito sea el aire.»—Pensaron ambos cuando sintieron que se quedaban sin el necesario oxígeno.

Cuando se separaron, quedaron en silencio y jadeantes por unos segundos, e ignoraron por completo el fino hilillo de saliva que unía a sus lenguas.

—Me encantan tus saludos.—Habló el mayor aún con los ojos cerrados y las mejillas rosadas.

—Y a mi me encanta saludarte.—Respondió el otro divertido.

—¡Estamos atrasados!—Nagisa se dio cuenta cuando instintivamente revisó su reloj, como había estado haciéndolo toda la mañana.

—Será mejor que nos apuremos.—El pelirrojo tomó la mano del pequeño peli-celeste y subieron la montaña a la velocidad de la luz.

Desde la lejanía, sobre la la rama más alta de un árbol. Se encontraba una persona que observaba desde las alturas a aquella parejita adentrarse al edificio en mal estado. Sacó su teléfono y marcó un número al que había solicitado bastante. Cuando del otro lado de la línea se escuchó respuesta humana, se limitó a decir:

—Ya es hora.

・ †・ †・ † ・

[Editado el 26/12/16]

R E V E N G E ||Karmagisa|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora