Determinó el padre de Jungkook.

  — Déjame en ridículo y quién pagará no serás solo tú, sino también Jimin.

Jungkook salio del despacho enfurecido y aterrado, no podía exponer a Jimin así, debía comprometerse con Elizabeth y llevar su farsa de vida junto a la de toda su familia. Decidió salir al jardín en busca de tranquilidad y recorrer calmadamente los enormes pasillos que formaban las enredaderas, logró tranquilizarse y al momento notó unas pequeñas manos que abrazaban su cintura. Jungkook tomo las manos de Jimin sobre su abdomen y las entrelazó con las suyas mientras sentía como su pequeño besaba levemente su espalda por sobre su camisa.

- kook ¿Qué haces aquí? Es muy temprano todavía podemos descansar un poco más.

Dijo Jimin mientras tironeaba el cuerpo de Jungkook hacia atrás en señal de regresar, pero Jungkook se quedó inmóvil y de improvisto se giró rápidamente para abrazar a Jimin fuertemente, tomar sus manos y correr con el pequeño confundido entre los espesos ramajes del jardín. Al encontrarse alejados de la mansión ocultos de posibles espectadores, Jungkook besó a Jimin tiernamente, delineó sus labios con su lengua y los succionó, Jimin jadeó fuertemente y permitió la entrada de la lengua de Jungkook, sus dientes chocaron un par de veces pero no importaba, solo querían sentirse más cerca, Jungkook mordía los labios de Jimin y este gemía en su boca, se separaron quedando unidos por un delgado hilo de saliva.

Jungkook volvió a besarlo pero esta vez sobre la piel de su cuello. Jimin gemía incansablemente

— Algo pa..sa- intentaba decir Jimin, pues sabía que el comportamiento de Jungkook era un escape a la frustración, su rudeza al tocarlo se lo indicaba.

— Dime...Por favor.

Jungkook susurró en sus labios:

  — Solo disfruta bebé.

Querían seguir tocándose pero se encontraban expuestos a que cualquier empleado llegara sin previo aviso y corrieran peligro. Optaron por dirigirse rápidamente a la casona y entrar disimuladamente a la habitación de Jungkook, quien se sentó en una silla que adornaba la decoración del cuarto, y llamó a Jimin.

-—  Principito acércate.

Jimin se aproximó lentamente.

—  Así no, hazlo gateando.

Dijo Jungkook mientras se lamia los labios. Jimin obedeció y con movimientos felinos comenzó a gatear donde se encontraba su amado, sus caderas se movían al compás de sus hombros y Jungkook podía sentir su erección demasiado dolorosa.

  — ¿Quieres jugar bebé?  — Preguntó Jungkook mientras sostenía la barbilla de Jimin.

— Hyung — Dijo en un suspiro de placer.

—  Tengo un problema muy grande pequeño ¿Me ayudarías? Debes hacerlo con tu boca.

Jimin captó el mensaje enseguida, se humedeció los labios y besó por encima del pantalón a Jungkook que soltaba pequeños gemidos, fue bajando de apoco sus pantalones junto a su ropa interior y paso su lengua por la extensión del miembro de Jungkook.

  — Hyung ¿Así está bien?  — Preguntó con una inocente mirada.

— Así está perfecto.

Respondió Jungkook agitado. Jimin introdujo toda la entrepierna de Jungkook en su boca y comenzó con movimientos rápidos y certeros, mientras Jungkook lo tomaba de sus cabellos y marcaba un ritmo violento. Podía ver como Jimin se atragantaba con sus atributos pero no quería detenerse, eso solo lo excitaba más, terminó por correrse en la boca y la cara de Jimin

—  Eres perfecto.

Le dijo Jungkook mientras lo besaba y lamia su propio semen del rostro de Jimin, se volvieron a besar y Jungkook cargó Jimin en sus brazos hasta su cama sin romper el beso, el ambiente subía de temperatura nuevamente.

— Necesito tenerte ahora  —  Decía Jungkook entre besos.

—  Yo necesito sentirte dentro  —  Respondía Jimin excitado.

—  Aún no es el momento cariño.

Jungkook terminó por besar suavemente la frente del menor y atraerlo a su cuerpo. Jimin se molestó al recibir la misma respuesta de días antes en el campo de tulipanes.

—  ¡¿Entonces para qué me provocas e ilusionas?!

Se había irritado y Jungkook lo observaba entre arrepentido y divertido.

— No seas caprichoso cariño.

—  No tienes derecho- Dijo Jimin indignado.

—  Yo también quedo con las ganas pequeño pero me aguanto.

—   ¿Por qué debes hacer de esto una ceremonia tan complicada?

— ¡Ya no quiero! ¡No quiero!

Jimin comenzó con uno de sus berrinches y se ocultó bajo las sábanas. Jungkook sonrió y lo provocó haciéndole cosquillas.

—  ¿Cómo que no quieres? ¡Hyung si quiere!

Decía Jungkook mientras reía. Logró sacarle sonrisas a Jimin y que este dejara su mal genio. Ambos estaban dándose caricias delicadas por la cara, las manos, los brazos y el pecho cuando escucharon unos golpes en la puerta los sobresaltaron

—  Jungkook baja enseguida debes alistarte y empacar tus cosas.
 

— ¿Qué está pasando madre? ¿Por qué me dices eso?

Preguntó Jungkook desconcertado, que al escuchar las palabras de la señora Jung al otro lado de la puerta, se levantó de la cama de manera fugaz junto a Jimin, se vistieron torpemente por la prisa y bajaron corriendo.

—  Lo que has escuchado hijo, debes preparar tus cosas, has sido invitado a la casa de los Hardy por dos semanas.

El mundo de Jimin se desmoronó en este preciso instante y no se resistió.

— Madrina ¿Por qué?— Preguntó tristemente.

—   Al parecer una noble señorita está muy entusiasmada por deleitarse con la compañía de tu hermano mayor ¿No estás contento?

Jimin estaba todo lo opuesto a contento, un nudo se formó en su garganta y buscó auxilio en la mirada de Jungkook que lo miraba con la misma angustia al saber que se separarían aunque sea dos semanas.

—  Madre, no me siento cómodo yendo a su hogar.

—  ¿Por qué hijo? No veo nada de malo, al contrario es un gran gusto tener la atención de la señorita Hardy.

—  No es eso madre, es que no me he sentido bien, creo que me enfermaré.

Dijo Jungkook intentando salvarse de la situación, veía la preocupación en el rostro de su madre, es decir que tenía posibilidades de abortar el viaje hasta que escucho ese mandato.

  —  Irás Jungkook sin réplicas, ve ahora mismo a preparar tus cosas.

Jungkook estaba listo para rebatirle hasta que se topó con la mirada de Jimin, que pagaría las consecuencias de su rebeldía.

—  De acuerdo, iré.

Jimin lo miró, también a sus padrinos y a su alrededor, solo salió corriendo hacia el jardín perdiéndose entre las flores.

Jungkook espero dos horas a Jimin luego de haberlo buscado dos horas más en los jardines y por toda la manaión, sin embargo, el pequeño encontró un efectivo escondite nada más ni nada menos que en el mueble roto del viejo comedor de la casa que no era ocupado nunca luego de la construcción del nuevo mucho más lujoso.

Vio a Jungkook pasar varias veces por fuera gritando su nombre, pero no quiso salir a despedirse, tenía demasiada angustia.

Resignado, Jungkook subió al carruaje enviado por los Hardy para llevarlo, estaba molesto con él mismo por no poder hacerle frente a su padre, que definitivamente odiaba. Se fue pensando en los dulces besos de Jimin, en el beso de despedida que no se dieron por su culpa y en cómo lo extrañaría durante esas dos semanas.

Mon cher tuteur (Kookmin)Место, где живут истории. Откройте их для себя