En las calles la vida siempre es más cruel, fría y llena de aventuras. Pues lo último, así es como lo vive Lily, la pequeña de ocho años, que vive pensando en los cuentos de hadas y en santa Claus, dejando de lado la dura realidad en la que esta viv...
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Los meses pasaron como cuchillas clavándose por mi cuerpo. No entendía, no quería entender. No podía sobrevivir, en realidad, no quería hacerlo. Trate de hacer que la imagen de Karlie volviera a mi como sea, pero me estaban dando por loca. Hablaba contigo, mi amor, como si estuvieras a mi lado, en realidad, en esos días nunca te fuiste.
Y cada noche, antes de dormir, volvía el recuerdo de cuando te perdí.
Porque lloré, grité, moví tú cuerpo, besé tus labios e intenté despedirme de ti, entre toda esa tristeza. Entre toda esa confusión.
Los médicos trataron de explicarme lo que ellos más sabían. De que su miocardiopatía había hecho que su corazón se parara mientras dormía. Karlie no se dio cuenta de nada, y es algo de lo que siempre voy agradecer, después de todo, después de que jamás hubiese querido esto, me trataba de aliviar diciéndome de que Karlie no había sufrido una muerte tan trágica ni dolorosa. Simplemente, se fue.
Es duro, es trágico para mi, no sabes qué hacer, no sabes qué pensar. Te sientes en el vacío, no sabes si podrás con esto, no sabes si podrás seguir existiendo.
Cuando llegó el día de los funerales, no quería creerlo, de hecho, pensaba que estaban enterrando a otra persona y que Karlie aún seguía a mi lado. Pero... Cuando me dijeron que debía lanzar el primer puñado de tierra al ataúd que yacía en el enorme agujero, me acerque y no pude evitar caer de rodillas al suelo. Trataron de levantarme, trataron de hacerme reaccionar, pero es que fue en ese momento, cuando realmente me di cuenta, que la había perdido para siempre.
Y lo recuerdo ahora, ya ha pasado casi un año. Pero me duele aún, tanto como si fuera ayer y es que, fue tan repentino, no me lo esperaba. Nadie lo hacía, tal vez... Ella lo sabía.
Hoy, lo recuerdo, porque es tú cumpleaños. Si estuvieras aquí, estarías cumpliendo veintiocho años. Dios eras tan joven.
Lily no lo entiende, es igual a como lo tomé yo. Los primeros meses nos unimos mucho más, creo que no toleraba a nadie más que no fuera Lily. Y a James, mi amor se que no me lo perdonará. Me alejé de mi hijo porque no sabía qué hacer con él, lo miraba y estaba muerta de miedo ¿Qué iba hacer con un bebé? ¿Qué iba hacer estando sola?
Mis suegros estuvieron con él hasta los cinco meses mientras que yo me quedé con Lily en casa. Fue cuando me di cuenta que estaba tirando a la basura todo el esfuerzo de Karlie. Su muerte estaba siendo en vano, sin James a mi lado, era como si estuviera alejando a Karlie de mí.
Pero es que no sabía como enfrentarlo, a penas podía alimentarme, me embriagaba por las noches y dormía todo el día, fumaba hasta dos cajetillas de veinte al día y pedía más para la noche. Y Lily me despertó de esa gran depresión.
