Capítulo XXXVI: Trigésima sexta confusión

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Sin embargo, una voz familiar paró el posible siguiente golpe de alguno de los chicos. Era una voz familiar, pero su tono solemne y autoritario era poco común en él.

-Se acabó- anunció esta persona.

Y, de pronto, la zona se llenó de diferentes personas pertenecientes a diferentes familias. Muchos de ellos habían sido atraídos por la sangre de la joven, y otros simplemente acompañaban al portavoz.

-Coged a la chica-dijo de nuevo- se acabó el juego, tenemos que conseguir la información cuanto antes.

Subaru quería imponerse, pero debido a que se trataba de uno de sus hermanos mayores, Reiji, tenía cierto poder sobre él y le sería imposible. Sin embargo, ya estaba ideando algún plan para sacarla de donde quiera que la fueran a encerrar. Habría querido hacer frente a todos, pero aquello podría acabar mal, no para él, sino para mucho de los asistentes.

La multitud comenzó a murmurar y observó cómo de entre esta su otro hermano Laito avanzaba hacia donde estaba Ayato y con un golpe seco le hizo perder la conciencia, para, segundos después, cargarlo contra su espalda y desaparecer de allí.

Subaru observó también, como dos personas más avanzaban hacia la joven que yacía inconsciente sobre el pasto. Quiso avanzar hacia ella pero algo se lo impedía. Sin embargo, justo antes de que estas personas pusieran un dedo sobre la joven, de entre la espesura solemne del bosque avanzaba a paso firme una figura.

-Ni se os ocurra tocarla-anunció posicionándose cerca de la joven- ni se os ocurra ponerle un dedo encima.

Shuu, su hermano, aquel que jamás había mostrado su tono autoritario, aquel que jamás se había preocupado por temas que no le inmiscuían, estaba intentando tomar el rol de superior.

Subaru observó cómo justo a su lado se había parado la supuesta amiga de Nozomi, a quien conocía perfectamente y quien jamás le había dado buena espina. Aún se preguntaba por qué su hermano andaba con aquel ser.

-¿Ahora pretender tomar tu papel de hermano mayor?-comentó Reiji, observándole con una mirada fría y despiadada. Un amago de sonrisa cruzó su rostro- No me hagas reír.

-No lo pretendo. Solo protejo lo que es mío- añadió este levantando a la joven en brazo y apoyándola sobre su pecho- Y quien se atreva a hacerle algo juro que se las verá conmigo.

Muchos de los presentes no entendían nada, ni siquiera Subaru. Sin embargo, la mirada seria de Reiji parecía entenderlo todo. Subaru sintió un pinchazo en el pecho, ¿por qué estaba actuando así Shuu? ¿Por qué protegía a la chica que tanto había despreciado?

Pero lo que realmente le estaba carcomiendo era que Shuu había hecho lo que él no había podido hacer.

Y como una fría brisa su hermano desapareció de allí con la joven en brazos. Los presentes no emitieron palabra alguna. El ambiente era tan pesado que podría cortarse con un cuchillo.

Oyó chasquear la lengua a Haruka, que estaba a su lado observándolo todo con los brazos cruzados sobre su pecho.

-Ya la ha vuelto a meter la pata- dijo en un susurro la joven, casi inaudible. Pero debido a la cercanía de Subaru hacia ella, le fue posible oírlo y desvió su mirada rápidamente hacia ella, confuso, sin entender a qué se refería. Ella le devolvió la mirada y forzó una sonrisa- Si esto sigue así, va a morir.

Subaru sintió cómo le invadía la incertidumbre, el pánico, el miedo. Sabía que se refería a Nozomi, pero ¿qué tenía que ver con Shuu? Parecía que él fuera el único que no estaba entendiendo qué estaba pasando y no iba a dejar que aquello siguiese así.



  Fue como caer al fondo del mar.

Fue como si sus pulmones se encharcaran poco a poco y por más que intentase respirar le era imposible. Pero, a pesar del ardor que comenzaba a sentir en sus pulmones, era una sensación cálida. La oscuridad era agradable. Estaba sumida en el silencio y una calma la envolvía. Por una vez en mucho tiempo, no le importaba nada.

Dicen que cuando estás al borde de la muerte sueles ver tu vida pasar por delante de tus ojos, pero Nozomi no vio nada, solo oscuridad y cómo poco a poco, todo dejaba de tener sentido para ella.

Sin embargo, cuando se estaba acostumbrando a la calma, a la oscuridad y al ardor de sus pulmones, sintió cómo estos volvían a llenarse abruptamente de aire. Devolviéndola a la realidad, arrancándola de ese estado inconsciente en el que se encontraba.

Sintió cómo un picor desagradable le inundaba la garganta e involuntariamente comenzó a toser y abrió los ojos de golpe.

Una vez su tos se relajó, respiró con dificultad, pues estaba adaptándose de nuevo a aquella acción. ¿Cuánto tiempo había estado sin respiración? Parpadeó un par de veces intentando recuperar su visión en totalidad, pero le fue esporádicamente imposible, pues todo estaba sumido en la oscuridad.

Logró entrever el techo de la habitación donde se encontraba. Era de madera y le era extrañamente familiar. Estaba helada, sentía cómo sus huesos se congelaban. Fue entonces, cuando se dio cuenta que estaba sobre un frío suelo de madera.

Intentó moverse pero todo su cuerpo comenzó a temblar debido al dolor. Lanzó un quejido sordo.

-No te muevas-oyó a su derecha la joven.

Intentó girar su cabeza hacia la voz pero las manos de él se lo impidieron.

-Te he dicho que no te muevas.

Nozomi no dijo nada siguió parpadeando hasta que sus ojos se acostumbraron a la poca luz. Una vez que su respiración se había estabilizado, se dirigió a aquella persona.

-¿Quién eres? ¿Dónde estamos? ¿Qué ha pasado?

-Qué molesta eres- dijo el chico chasqueando la lengua.

Nozomi sintió cómo se le removía el estómago. Aquella frase, aquel tono de voz...no entendía qué hacía Shuu allí con ella. Sintió ganas de vomitar.

La joven giró la cabeza hacia donde se encontraba su acompañante, y esta vez, él le dejó hacerlo.

Entonces pudo apreciarlo en su totalidad. Estaba recostado contra la pared, parecía agotado, sin embargo, la joven no consiguió ver ningún indicio de ello, incluso su respiración parecía tranquila. Pero la forma en la que mantenía la cabeza sobre la pared, reflejaba que había pasado por un momento duro. Sus cabellos dorados descansaban alocados sobre su frente y dificultaba la vista de sus ojos. Estos estaban clavados en Nozomi, temiendo que ésta fuera a desaparecer. Tenían un brillo inusual, el azul más intenso que jamás había visto amenazaba con engullirla. La joven sintió que aquello era un sueño fruto de su imaginación, una vez más. Todo en su conjunto parecía surrealista. La posición del chico, el color intenso de su mirada, su perfil delineado a la perfección, las sombras y tenues luces que se acomodaban a su figura a la perfección...todo le hacía parecer irreal.

La joven sintió la necesidad de tomarle. No sabría explicar cómo ni por qué, extendió su brazo hacia el rostro del joven. Sin embargo, este agarró la mano de la joven con la suya antes de que llegase a tocarlo. Éste cerró los ojos y entrelazó sus dedos con los de la joven.

Nozomi definitivamente afirmó que se encontraba en alguna clase de realidad paralela. Aquello no podía ser real.

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Hey ho! ¿Qué tal estáis? Ü. 

Espero que os haya gustado el capítulo, he intentado actualizar en cuanto he podido, así que tampoco lo he podido hacer muy largo. Supongo que no entenderéis aun muchas cosas, pero tiempo al tiempo, juju. Por cierto, ¿qué creéis que pasará o está pasando? Porque sé que es un tanto lioso la cosa, más con la bipolaridad de muchas personas :c pero prometo clarificarlo de aquí en adelante, poco a poco. 

  En fin, muchísimas gracias por vuestro apoyo, por leer, por comentar...¡por todo! Sois lo más C:

Tschüss, 

N

  PD: ¿Os cuento un secreto? Tengo a todos los personajes de Diabolik Lovers creados en los sims 4. Estoy enferma, lo sé. HAHAHA :c  

Diabolik lovers: La manzana de la discordiaWhere stories live. Discover now