Capítulo 27

3.1K 305 64
                                    

- Bueno... vamos a divertirnos un poco.

- Por favor, déjame.

Ni siquiera puedo hablar. Lo único que sale de mi boca es un débil susurro. Sigo sin poder creérmelo. Es una vuelta atrás. Pero este hombre no es como los que antes me utilizaban. No tiene nada que ver.

Este hombre es rico, y se nota solo con ver su vestimenta. Con traje, incluso algun que otro anillo de oro. Los que venían a la taberna eran piratas asquerosos que parecía que llevaban sin ducharse un año entero.

Puede que tenga treinta años. Pero no parece que haya movido un solo dedo en su vida, seguro que ni siquiera sabe luchar.

Pero estoy atada, así que no lo puedo saber. Se me queda mirando varios minutos, sin decir una palabra. Da asco. Su mirada intimida de verdad. Una verdadera mirada que tiene cualquier pervertido.

- Me gusta que me supliquen, la verdad.

- Das asco.

Ni siquiera lo pienso antes de decirlo. Sale por sí solo. Él saca un cuchillo de su zapato. Y se acerca aún más hacia mí. Siento el frío metal del cuchillo cuando lo pone sobre mi cuello. Lo baja lentamente mientras se ríe. Al principio pienso que me lo va a clavar en el pecho, y cierro los ojos. Pero oigo una tela rasgarse. Abro los ojos.

Ha roto el vestido por el escote, por lo cual mi sujetador queda visible. Tira el cuchillo al suelo, y empieza a tocarme el pecho. Lo manosea.

Es entonces cuando grito como nunca antes, y alguien toca la puerta.

- Señor, un barco nos sigue.

Es el chico de antes. El jefe bufa y maldice en voz baja, y sale de la habitación, dejándome parada en la silla como una estúpida.

- Eso ha sido rápido. 

Es el chico. Tiene el pelo negro, y la piel bronceada, como si siempre estuviese al sol. Supongo que trabaja mucho. Tiene un tatuaje negro sobre el cuello. Deshace los nudos y me desata de la silla. El vestido está totalmente roto. Ahora parece una maldita falda.

- ¿Era mentira? ¿Lo del barco?

- Sí, lo era. 

- ¿Por qué me ayudas?

- Mira, no tengo mucho tiempo. El jefe va a venir en muy poco tiempo. Sé quién eres.

- No me digas. - digo, irónica.

- Eres amiga de Zoro, ¿verdad? - pregunta, y asiento con la cabeza - Soy un viejo amigo suyo. Estoy intentando contactar con él, pero me es imposible. Pero tranquila, seguiré investigando.

De repente, oímos unos pasos venir del pasillo. Rápidamente, el chico cierra la puerta con una llave que saca del bolsillo.

- Joder, joder.

- ¿Qué pasa?

- Viene el jefe.

- No quiero que te metas en líos por mí. - digo, seria - Puedo aguantarle. Tú busca a Zoro, por favor.

- ¿Estás segura? Te hará cualquier cosa, y nadie se merece...

Asiento, aunque no estoy segura del todo. Es por ganar tiempo, nada más. Podré aguantar un poquito más. Si aguanté todos esos años en ese infierno, podré aguantar unos días aquí. Lo único que quiero es volver con mis nakamas sana y salva.

- Está bien. 

Vuelve a atarme en la silla, pero se le ve preocupado. Me echa miradas tristes, pero yo le digo que no pasa nada, aunque no sé lo que me va a hacer.

La inútil del grupo [One Piece fanfic]Where stories live. Discover now