Capítulo 18: La verdad

19 3 2
                                    

Allison Abreu

Luego de haber pasado la mayor parte de la noche escudriñando mi mente en busca de recuerdos que pudieran aclarar mis dudas, lo único que he conseguido es relacionarlo los paisajes de las fotografías con los sueños en donde ese chico desconocido -y posiblemente inexistente-, me hace sentir especial, dejo de ser una simple chica para serlo todo; un universo entero. Por lo menos para ese chico. Y aunque no entiendo el porqué, con eso me basta.

Me despierto sin recordar en que momento de mis cavilaciones me he quedado dormida. Hoy es domingo, el día que regreso a Dallas; pero no sin antes buscar respuestas.

El accidente sucedió aquí, por lo tanto, mis respuestas también deben estar aquí. Pero sin embargo, ¿por qué recibí aquellos objetos en Texas? Es todo tan confuso.

Bajo desanimada a la cocina, mi madre a hecho arepa, son una delicia.

-Hija, ¿has visto mi nueva máquina de ejercicio? Es una pasada- dice alegre.

-Si, má- respondo sin ganas.

-¿Cariño te sientes bien?- pregunta dudosa.

-Dime la verdad- suelto de repente por lo que su cara de confusión es instantánea -¿Qué me han ocultado luego de mi accidente? O mejor dicho ¿a quien?

Su semblante es duro.

-Llamare a tu padre- anuncia y se marcha. Es peor de lo que pensaba.

Estamos todos sentados en el comedor, mi madre con gesto angustiado y mi padre parece estar meditando, decido dar el primer paso.

-¿Y bien?

Ambos me miran como si apenas se percatasen de mi presencia.

-¿Y bien, qué?- evade mi madre.

-No juegues conmigo madre, sabes a lo que me refiero- digo notablemente afectada. No pensé que mis padres serian capaz de aprovechar de esa forma mi accidente.

-Era el enemigo- habla por primera vez mi padre -un rival, un espía, un usurpador...- lo detengo.

-No entiendo de que hablas- le reclamo.

Suspira y mueve sus dedos, esta inquieto.

-Su nombre es Luke Davis.- responde como si eso me fuera suficiente.

-¿Y?- digo.

Mi madre al ver que papá no decide si continuar, prosigue.

-Él y sus padres vinieron del extranjero hace cinco años, con el propósito de entablar aquí una de las más grandes empresas de financiamiento del país, aun mayor que la nuestra- respira lentamente -cada mes, ambas empresas quedaban en la misma posición según las estadísticas oficiales de la revista word.

Ahora papá retoma el relato.

-Y luego entras tú y ese muchacho. Aun sin saber su apellido no lo quería cerca de ti, no con tan solo 15 años- ruedo los ojos -sin embargo, no prohibí su amistad. Seis meses después, el día que él y sus padres vivieron a casa a cenar con la finalidad de unir a las familias y conceder "mi bendición" para el noviazgo, todo dio un giro.

-Davis C.A, tu financiamiento ideal- recito las palabras de los comerciales y mi padre asiente.

-Ese día aquella empresa finalmente nos había superado y por mucho, tu madre y yo estábamos estresados. Y cuando nos enteramos de que nos encontrábamos frente a la familia Davis, compartiendo como sino detrozaran nuestro negocio, explotamos.

Ahora habla mi madre.

-Gritos, sermones, insinuaciones y algunos insultos dieron lugar aquel día, pero solo por nuestra parte, ellos solo respondieron tomando sus cosas tranquilamente, agradeciendo la comida y marchandose. Eso nos enfureció aun más. No les importo nuestros problemas ni los reclamos que le hacíamos.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 01, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Crónicas de una chica simpleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora