Capítulo 14: Osita-Osito

69 4 3
                                    

00 días para volver a Venezuela.

Allison Abreu

Despierto a las cinco de la madrugada para hacer una pequeña maleta con lo básico y una cartera con mis documentos, teléfono, un libro y mentas.

Brian me acompaña al aeropuerto y paso por recepción mostrando mi comprobante de compra en linea para que me entreguen mi boleto. Mi maleta pasa por revisión para luego ser embalada y llevada al avión.

Me encuentro sentada con Brian esperando que la pantalla refleje mi vuelo para ir a la zona de abordaje. Mi corazón esta extasiado por lo que me espera; ¡iré a casa! Y aún mas emocionante ¡es una sorpresa! Puedo imaginarme el rostro lleno de lágrimas de felicidad de mis padres al verme y sus brazos cobijando mi cuerpo, es un tan extrañado abrazo familiar lleno de amor, como siempre debe ser.

Puede que sean ideas mías pero McCoy parece encontrarse absorto en alguna clase de cuestionamiento interno, la palidez de su rostro lo delata.

—¿Que pasa, amor? —le pregunto.

Me mira por unos instante intentando descifrar si le he hablado o todo forma parte de su imaginación, por lo cual le confirmo con un movimiento de cabeza.

—Es solo que... No lo se Alli... ¿Que pasaría si tus padres te convencieran de quedarte y no volviera a verte? —dice mirándome fijamente.

—No seas tonto, no hay nada con las fuerzas suficiente para retenerme en Venezuela— me acerco —pero aquí si lo hay.

Sonríe y toma mis rostro entre sus manos acoplando nuestros labios en un beso de alivio.

—Y aquí siempre estará— añade cerca de mis labios.

Cerca de unos 30 minutos después nos encontramos caminado tomados de la mano hacia el área de abordaje, colocándonos al final de la fila de entrada.

Brian mira nuestras manos, sonríe y reparte besos por mis mejillas y labios; es esta tierno, tan amoroso, tan auténtico.

Sigo con la vista el movimiento de su mano izquierda al introducirse en el bolsillo de sus vaqueros hasta sacar una pequeña caja morada de su bolsillo, acto seguido se arrodilla.

¿¡Que se supone que esta pasando!?

Lo miro entre confundida y aturdida, él me sonríe notablemente nervioso.
Cada vez siento mas miradas sobre nosotros.

—Brian...— empiezo a decir pero él me detiene.

—Allison Abreu, quiero ser el ancla que te mantenga estable, segura y apegada a este lugar— toma mi mano y la besa —Tú oso escolta, el que te acompañe, cuide y quiera con fervor— sus ojos brillan divertidos —Osita, ¿quieres ser mi novia?

La presión de mi pecho baja al saber que no es una propuesta de matrimonio, creo estar un poco paranoica, pero presiento que esas fueron sus intenciones...

Además solo quiere que sea su novia...
¡Dios mio santo! ¡Ser su novia!

Tengo que responder, rápido, sus ojos me suplican que lo haga.

—Arrrg— respondo moviendo la cabeza en gesto afirmativo.

Una gran sonrisa se forma en su rostros y sus manos viajan a mi costados al momento de levantarse, despegándome del suelo dando una pequeña vuelta para luego posarme a nivel de su rostro y besarme.

Mis pies aun no tocan el suelo, por lo que enrollo los brazos sobre su cuello y las piernas en su cadera, acariciando con las manos su cabello, haciendo que Brian me abrace sujetandome de la espalda.

A lo lejos escucho a niños reír y el murmuro de las personas, nuevamente consciente de donde me encuentro, suelto nuestro agarre, sonrojada.

Brian lo nota y esconde mi rostro en su pecho dándome suaves caricias en la espalda por unos segundos.

—Te quiero mi osita— dice mientras toma la caja morada del piso, la ha dejado allí cuando decidió cargarme.

La abre y se acerca a mi cuello colocandome un hermoso collar con un osito, ahora apoyado a mi pecho.

—Te quiero osito— respondo volviendo a besarlo.

~~~

Mis dedos juegan con el pequeño osito enganchado a mi cuello, la fragancia de Brian aun se encuentra arraigada a mi, lo que hace mas dolorosa nuestra separación.

Antes de abordar compartimos risas, besos y caricias, ya lo extraño. Y el hecho de que seamos novios es aun más alucinante.

Luego de estar todos los pasajeros en sus respectivos asientos, las azafatas dan su usuales indicaciones para poco tiempo después permitirme sentir los vértigos que me causa el avión al elevarse.

Las nubes se apoderan del paisaje deleitandome de sus pomposas figuras, hasta que mis ojos comienzan a cerrarse.

Mamá, papá, David, Venezuela; ¡pronto nos veremos!

------------
Capitulo dedicado a GabyCanela29
¡Fuiste el voto número 100!
Muchas gracias por estar al tanto de mi novela, sos un amor.

Crónicas de una chica simpleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora