Capítulo 54: ¿Llegué tarde?

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Le aparté de un empujón y entré yo mismo, buscándole con la mirada por cada rincón. A los segundos apareció el pelinegro por la cocina, aún en pijama. Se veía adorable con el vaso de leche entre sus manos y una galleta de chocolate sujeta con sus dientes, además de que tenía todo el pelo alborotado y la camiseta le quedaba tan grande que descendía por facilidad por su hombro.

Pensé que sonreiría al verme, pero únicamente se desencajó la mandíbula de la sorpresa, abriendo tanto la boca que la galleta cayó irremediablemente al suelo, partiéndose en pedazos.

- Ji-Jimin...

- ¿Estás malo? –me acerqué, cogiendo el vaso de leche de sus manos y dejándolo con cuidado sobre la mesita del salón, para seguidamente acercarme e inspeccionarle, pero fue ponerle una mano en la frente y ver como se alejó varios pasos asustado. El idiota de su novio no tardó en llegar, colocándose en medio con actitud arrogante y desafiante.

- Vete.

- Vete tú si quieres y deja de joder –respondí frustrado, intentando comprender la situación. Miré a Jungkook e intenté acercarme, pero para mi sorpresa se escondió más tras la espalda de su novio, evitando devolverme la mirada. No entendía nada y comenzaba a agobiarme de nuevo. – Kookie, tengo que hablar contigo.

- "Kookie" no quiere. Ahora saca tu culo de aquí porque no tienes nada que hacer. –respondió el mayor otra vez, hablando en boca del pelinegro, quien mantenía la vista gacha y se aferraba a la camiseta de su novio.

- ¿Puedes dejarnos un momento a solas?

- No.

- Es muy importante lo que tengo que decirle –expliqué entre dientes, intentando no perder los nervios y golpearle ahí mismo.

- Mira Jimin, para de jugar con él. Ya no quiere escucharte y no va a creerse ninguna de las farsas que le cuentes. Quiere que te vayas, así que hazlo de una jodida vez.

- ¿Puedes dejar de poner palabras en boca de otros? –pregunté con frustración, apretando los puños junto a mis costados y reprimiendo ese impulso de coger a Jungkook y arrastrarlo a alguna habitación por la fuerza en la que pudiéramos estar solos. – Quiero hablar con él, no contigo.

- Te va a decir lo mismo.

- ¡Que cierres la jodida boca y le dejes hablar! –exclamé fuera de sí, siendo superado por la situación y los recientes acontecimientos. Yo no me esperaba esto, me esperaba a mi pelinegro recibiéndome con los brazos abiertos y dispuesto de dejarse ser tratado con todo el amor del mundo, no al idiota de su novio poniéndose en medio. – ¿Jungkook, que ocurre?

- Y-yo...

- Jimin, vete ya.

- ¡Joder, solo me iré cuando que me lo diga él, pesado!

- Ve-vete...

Clavé la vista en los labios que habían susurrado esas palabras.

No eran los de Eunwoo y tampoco los míos.

- ¿Cómo?

- Ya lo has oído, ha dicho que te vayas.

- ¿Jungkook? –me acerqué unos pasos, intentando asimilar lo que acababa de escuchar. Quizás era eso, que mi oído había fallado y entendí mal. – ¿Pasa algo?

- Qui-quiero que te vayas...

- Kookie...

- ¿Ya te ha quedado claro o necesitas una tercera?

Ahora la voz de Eunwoo era completamente externa, casi ni me molestaba, principalmente porque no la sentía. Toda mi atención, todo mi mundo estaba centrado en los ojos del pelinegro, en aquel brillo que reflejaba miedo, aquellas lágrimas que parecían dispuestas a desbordarse en cualquier momento.

- ¿Quieres que me vaya?

Asintió débilmente y yo imité su gesto, aún sin creerlo.

Eunwoo me acompañó a la puerta, abriéndomela él mismo y casi echándome a patadas del piso. Yo seguía girándome, mirando al pelinegro, quien no se había movido de su sitio. Incluso sus manos seguían contraídas, aún con la postura en la que agarraba la camiseta. Parecía en estado de shock y lo único que quería era entrar y abrazarle.

Pero no podía, él me había echado.

Solo había una persona en el mundo en estos momentos de la cual recibiría órdenes, la cual conseguiría alejarme de mi pelinegro, y por desgracia, así lo había pedido tal persona. Jungkook tenía el poder para alejarme e hizo lo que jamás pensé que haría, usarlo.

- ¿Te arrepientes de no haberlo buscado antes?

- ¿Qué le has dicho? –pregunté ignorando su pregunta, aún atónito por la escena vivida.

- La verdad. Después ha sido él quien ha decidido poner punto a tu juego, y me parece lo más inteligente que ha hecho en mucho tiempo.

- Está enamorado de mí.

- Las cosas van a cambiar, Jimin.

- Está... enamorado de mí... –repetí casi en un susurro, más para mi mismo que para otro, aferrándome a esa pequeña verdad que parecía perder fuerza por segundos.

Jungkook seguía parado en el mismo sitio. Podría jurar que me miró en el último momento, parecía dispuesto a acercarse, a decir algo, pero Eunwoo cerró la puerta y cortó cualquier contacto entre nosotros.

Jungkook estaba enamorado de mí, pero de nada me servía si no me aceptaba, si no me creía.  No me servía de nada ahora y luego sería demasiado tarde. Luego las palabras de Eunwoo se cumplirían. Luego me olvidaría. 

Descubierto [Jikook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora