Capítulo 21: Ojalá no fuera así

61.4K 7.7K 3.1K
                                    


[Jimin]

Después de aquella escena en los baños, Jungkook casi no podía ni mirarme. Cuando estaba a menos de un metro mío, se ponía completamente rojo e iba inconscientemente a esconderse tras la espalda de Tae.

¿Por qué?

Porque pensaba que yo lo odiaba. Que le repudiaba y sentía asco cada vez que le veía, pero para mi desgracia, nada más lejos de la realidad.

Ojalá pudiera odiarle. Ojalá pudiera sentir asco cada vez que le miraba, cada vez que me cruzaba con esos enormes y brillantes ojos, con esa boquita llena de rojeces por las constantes mordidas que se proporcionaba a sí mismo, aumentando mis ganas de querer atrapar sus labios, imitándole, pero con mis propios dientes. Ojalá que sus gemidos no se hubieran grabado a fuego en mi mente y los escuchase cada vez que mi cuerpo comenzara s subir de temperatura.

Ojalá no me confundiera tanto, pero lo hacía. Por más que yo no quisiera e intentara negarlo, Jungkook me volvía loco. Ni siquiera ahora, comiendo tranquilamente con mis padres, podía dejar de pensar en él, formándoseme una estúpida sonrisa al recordar pequeños detalles del pelinegro.

- ¿Qué tal está Hoseok, hijo? -la voz de mi padre me sacó de mis ensoñaciones, haciéndome pegar un pequeño brinco. Siempre me había sentido intimidado por su grave voz, y me lamentaba enormemente por no haberla heredado.

- Últimamente no ha pasado por casa -añadió mi madre, haciéndose un hueco en la conversación. Conversación que no me interesaba lo más mínimo.

- Está bastante liado con Taehyung.

- ¿Taehyung? ¿Tú compañero de clases?

- Ajá -asentí sin ganas, terminando por meter la pinchada de espaguetis en mi boca.

- ¿Ahora son amigos? -preguntó con curiosidad mi madre, pues era cierto que nunca les había visto juntos. Hasta hacía poco, Taehyung observaba a mi mejor amigo desde las sombras, luego decidió acercarse y comenzaron a hablar, y ahora estaban saliendo. Sí, finalmente habían puesto nombre a su relación.

- Ahora son novios -respondí con desinterés, sin percatarme hasta segundos después de mi metedura de pata.

- ¿Novios? -mi padre me miró con el ceño fruncido, haciendo que casi me atragantara con la segunda pinchada de comida que me había llevado a la boca.

- S-sí..., bueno, ya sabes... -balbuceé aún con restos de tomate en las comisuras. Debía haberme guardado esa información sabiendo lo poco tolerante que era mi padre con la homosexualidad. Mierda, ahora nunca vería a Hoseok de la misma forma.

- Pobres de sus padres -soltó mi madre, intentando aligerar la situación pero únicamente empeorándola desde mi punto de vista. - De todas formas puedes decirles que siguen siendo bienvenidos a pesar de su problema.

- No es ningún problema, mamá

- No es lo normal -me interrumpió fríamente mi padre, sin mirarme.

- Como digáis... - no quería seguir hablando. Cada palabra que soltaban me traía una adorable imagen de Kookie a la mente, y con ella una pizca más de asco y decepción para mí mismo.

- ¿Y tú? -nuevamente, la alegre y femenina voz de mi madre se abrió paso en la conversación. Levanté la vista con desconcierto, sin saber a qué se refería. - Que cuando vas a conseguir una novia, me refiero.

- Oh -volví a coger otra pinchada, demorándome más de lo normal en enrollar la pasta al tenedor, pensando una buena respuesta que no les escandalizara. Pero por suerte o desgracia, mi padre se adelantó.

- ¿No serás tú también maricón?

- ¡Joonha, por dios!

- He hecho una pregunta -insistió mi padre, ignorando la sorpresa de su mujer ante tal vocabulario.

- No soy homosexual -respondí con molestia, enfatizando la última palabra para que se percataran de lo despectivo que sonaba como ellos lo habían llamado, aunque probablemente no vieran la diferencia.

- Claro que no lo es, no digas esas cosas -intentó defenderme mi madre, acariciando tiernamente mi mejilla, detalle que solo consiguió tensarme más.

- Eso espero.

- No lo soy -volví a repetir, en voz baja, revolviendo la comida en el plato al haber perdido mi apetito.

- Ya lo sabemos, tranquilo -me apoyó mi madre con voz tranquilizadora, sin plantearse que esas palabras no estuvieran dirigidas para nadie más que mi mismo.

"No lo soy"


Descubierto [Jikook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora