Un Poco de Violencia

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Escorpio jugaba contento a uno de sus juegos de azar favorito. Era el único en donde podía desquitarse a golpes sin parecer un matón. El nombre de aquel juego no es preciso, pero sí el nombre de quienes jugaban con el chico de agua... aunque de todos modos, nadie utilizaba esos nombres.

Escorpio no se llevaba muy bien con dos signos de aire en específico.

—¿De nuevo? —preguntó Escorpio.

Los tres hicieron piedra, papel o tijera. Escorpio siempre utilizaba su técnica para nunca perder, porque quien perdía recibía odio transformado en una fuerza diferente.

—¡Géminis perdió! —gritó Acuario. El otro chico de aire apretó los ojos esperando aquella fuerza tan dolorosa.

Escorpio le propinó un puñetazo con todo su odio en el hombro, y su víctima chilló, refregándose la zona adolorida.

—Mierda, Escorpio, cuánto amor... —se quejó con sarcasmo. El chico de agua sonreía, pues era su juego preferido con las personas que más les desagradaba.

Llevaban jugando más de media hora, puesto que tenían que distraer a Acuario, o se rayaría todo el brazo de triángulos illuminatis por mero aburrimiento, y sería regañado al día siguiente en la escuela. Pero bueno, eso más que nada de parte de Géminis, puesto que a Escorpio, Acuario no le importaba en lo más mínimo.

Hablando del contexto del espacio, todo ocurría en el jardín o patio de aquel condominio tan particular en el que habitaban todos.

Mirando por la ventana pisos más arriba, se encontraba Leo, observando todo divertido en su cuarto desde hacía un rato. Él consideraba ser un gran amigo de Acuario, por ende, llegaba a pensar que sería divertido estar unido a ese grupo, "jugando". Aunque tiene muy claro que eso no es posible en muchos de los casos... los demás, no lo dejan participar en algunos de esos tipos de juegos de golpes, sólo por ser Leo... y en cierto modo, a él no le molesta tanto ese hecho.

Por ende, siempre observaba.

Y ya se había percatado que Escorpio tenía su "técnica". Leo era observador, muy observador.

Y también notaba cómo el chico de aire que consideraba su amigo estaba siendo golpeado la mayoría de las veces... perdiendo, en resumen.

Se lo pensó un poco. De todos modos, aún no había hecho su "acción buena del día", por lo que terminó por descender a ayudar allá abajo.

Corrió por las escaleras con entusiasmo, y abrió la puerta que separaba el mundo real del mundo ficticio con rapidez. Los chicos no se encontraban tan lejos de ella.

—Eh... ¿Puedo jugar con ustedes? —susurró Leo en su lugar, mirándolos en tono curioso.

Acuario le mostró su mirada fulminante... en cambio, Escorpio sonrió.

—Claro, no hay problema —respondió— mientras más gente, mejor.

El chico de fuego se les acercó, y se sentó en el suelo como los otros tres, creando un círculo. Escogió un lugar al lado de Acuario, pero este se apartó un poco, poniendo distancia entre ambos. Leo ladeó la cabeza, en una duda a si mismo.

—¿Sabes jugar? —cuestionó Géminis, sonriendo.

—Ajá.

Lanzaron piedra, papel o tijera. Escorpio y Géminis arrojaron papel, mientras que Leo y Acuario, piedra.

Volvieron a lanzar los últimos dos mencionados. Acuario borró toda expresión de su rostro al haber perdido.

Leo lo golpeó despacio, pues venía de parte suya y no quería hacerle mucho daño, pero aún así, el chico de aire lo miraba con mala cara. Leo lo ignoró.

De nuevo: piedra papel o tijera. Volvió a perder Acuario, pero esta vez era Escorpio quien debía golpearlo.

Un estruendo de un hueso roto sonó, y Acuario se retorció de dolor en el piso, agarrando su hombro.

—CONCHETUMARE WEON —logró soltar entre quejas.

Géminis se le acercó, tratando de ayudarlo. Leo imitó su gesto, pero fue interrumpido.

—LEO ÁNDATE, NO HAY NADA QUE VER AQUÍ —le gritó Acuario con rabia.

—¿Qué onda...?

—WEON NO SEAI PESAO Y ÁNDATE —volvió a exclamar, esta vez seguido de un jadeo de dolor. Al chico de fuego no le agradó mucho aquella respuesta.

—¿Quieres la verdad...? Bien —habló en tono firme, y señaló a Escorpio, quien estaba fingiendo un estado de shock hace unos segundos— Ese chico estuvo haciendo trampa todo este tiempo con intención de ganarles, porque los odia, y quería golpearlos. —miró a Géminis un momento— Eso también va para ti, Gem.

El chico de agua procesó, y se puso de pie de un salto. Se acercó a Leo, lo volteó con brusquedad y lo alzó de sus prendas por sobre el suelo, poniéndolo a su altura.

—Estás. Hablando. De. Más. —masculló con odio, levantando su puño. Leo se retorció como pudo y pataleó cuanto podía, pero le era imposible soltarse.

Un golpe rozó el rostro de Leo, yendo a parar a la mejilla de Escorpio, aflojando el agarre del chico de fuego, quien aprovechó de soltarse. Leo miró estupefacto a Géminis, quien se miraba los nudillos con dolor y asombro torpe a la vez.

Leo volvió a voltearse, justo en el momento en que el puño de Escorpio llegaba a su rostro, haciéndolo perder el equilibrio, y cayendo al suelo sobre donde se hallaba Acuario. La cabeza del chico de aire azotó contra el suelo, y todo se fue a negro en un segundo.

—Y por eso no puedo hacer deportes el día de hoy, profesora —concluyó su historia Acuario, aclarándose la garganta.

La mujer lo inspeccionó dudosa de pies a cabeza, parando en el yeso que tenía su alumno en el brazo izquierdo a la altura del hombro.

—Mhn, sólo te pregunté si tenías certificado médico.

—...oh.

—¿Y quienes son esos chicos a quienes llama Leo, Géminis, yo qué sé...? ¿Es alguna clase de nombre en código que tienen entre tus amigos?

—Pueeees...- miró su yeso, el cual estaba lleno de rayados de triángulos illuminatis en diferentes formas y tamaños, y firmas de algunos amigos, sólo usando el nombre de sus signos —Algo así.

Microhistorias del Zodiaco (CANCELADA)Where stories live. Discover now