El monstruo comegalletas

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Los Capricornio no son tan tranquilos, fríos y normales como parecen. Cada personita de este signo tiene un modo de vivir muy peculiar, pero no todos pueden entrar a aquella barrera. Para el resto, sólo serán unos "desapercibidos".

En cambio, este Capricornio no le tenía nada que ocultar a aquel Virgo.

—Hey Virgo —se le acercó sonriente por la espalda.

—¿Eh? —se volteó, y una almohada fue estampada en toda su cara. Capricornio reía a montones, al igual que Virgo.

Se la habían pasado la tarde jugando cosas random como niños pequeños. Los principales aliados eran ellos, que estaban en contra de los planes malvados de Tauro y debían encontrarlo en algún lugar del piso de los de tierra. Quién sabe qué sucedería si lo dejaban escapar con vida.

—¡Oye! —se quejó Virgo entre risas— ¡Se supone que estamos del mismo lado!

—No podemos ir desarmados... —soltó Capricornio con la vista en alto, y golpeó nuevamente con la almohada a su amigo, esta vez con intenciones de que la tomara, lo cual hizo.

—¿Dónde crees que esté? —Virgo inspeccionaba el lugar con la mirada.

Un choque con la puerta de la cocina hizo que ambos chicos se voltearan en dirección a Tauro, quien caminaba de puntillas fuera de la cocina con un pan en la boca. Se quedó inmóvil.

—¡A él! —se oyó el grito con voz divertida de Capricornio, y ambos chicos se abalanzaron sobre el otro, con almohada en mano. Tauro salió corriendo dando vueltas por toda la casa.

—¡Tú! —gritó Virgo— ¡Te has acabado toda nuestra comida, por lo cual tendrás que pagar! —trató de darle un almohadazo, pero Tauro lo esquivó ágilmente.

De la sala de estar corrieron al comedor, y daban vueltas alrededor de la mesa.

—¡Y ni creas que no noté que también acabaste con las reservas...! —agregó Capricornio. La almohada voló con gran impulso por el aire, pero Tauro no era tonto como para no agacharse en el momento exacto.

El chico del toro corrió de vuelta a la sala de estar, y finalmente a la puerta principal, de la cual cruzó dirigiéndose al piso de arriba. Virgo y Capricornio iban tras él con dos almohadas cada uno esta vez.

Tauro corría a la entrada del piso de los de agua, y cruzó la puerta, la cual siempre estaba abierta.

Los otros chicos de tierra quedaron parados afuera. Virgo decidió tocar la puerta entreabierta.

—¿Virgo, Capricornio? —se asomó Piscis.

—¿Lo viste?

—¿Ver qué?

—Al monstruo comegalletas. Acaba de entrar a tu piso... —murmuró Capricornio con ilusión en la voz. Los ojos de Piscis estaban confundidos.

—¿Eh?

—Venimos a exterminarlo- habló Virgo, y alzó ambas almohadas que tenía en las manos -Se rumorea que es débil a la pluma.

Piscis los miraba como si fuesen bichos raros, pero finalmente abrió al cien la puerta.

—Pasen, supongo...

Ambos chicos ingresaron con cuidado tras cada paso. Miraban para todos lados, como si una amenaza fuera a saltar de golpe sobre ellos.

—¿Les puedo servir un vaso de agua o...?

—Shh, Piscis. Debes tener cuidado —Virgo lo agarró de los hombros como pudo con ambas almohadas, una en cada mano— El monstruo comegalletas no sólo come galletas...

Microhistorias del Zodiaco (CANCELADA)Where stories live. Discover now