Los golpes en la puerta eran cada vez mas fuerte. Empecé a retroceder lentamente llena de pánico.
-Alexandra, abre soy yo, León ¿todo esta bien? -
León era la única persona que había estado cerca de mi los últimos días, no tenía a nadie más, pero ¿entendería lo que hice?
- Alexandra por favor, dime que estas bien-
En un impulso corrí hacia la puerta y la abrí. Su rostro se notaba preocupado. Me lance temblando a sus brazos y me eche a llorar pero lo solté inmediatamente. Baje la mirada hasta mis manos que estaban bañadas en sangre y temblando, el imitó mi acción y abrió los ojos de par en par cuando vio mis manos teñidas de carmesí.
-Alexandra ¿que ha pasado? - dijo con el rostro completamente aterrorizado. Di un paso a mi derecha para dar paso a la imagen que se encontraba a mis espaldas. Fernando yacía en el piso completamente inerte sobre una enorme mancha oscura. León entró de prisa y se quedó de pie junto al cuerpo. Cerré la puerta de inmediato y fui a su lado, él solo miraba el cuerpo con terror.
-Debemos llamar a la policía, tienes que entregarte, los niños ¿donde están los niños? -
Camine hacia la habitación de los niños y el me siguió sin decir palabra. Al estar frente a la puerta me pare en seco y me vire a verlo.
-No podemos llamar a la policía, no puedo entregarme ¿que será de mis hijos? Marcos esta muy mal, lo ha golpeado brutalmente e intento abusar sexualmente de Elisa- su rostro se puso completamente pálido y llevo sus manos a su cabeza
-Entiendes que no puedo entregarme, por favor ayúdame, tengo que irme de aquí con mis hijos - le mire suplicante y negó con la cabeza rápidamente.
-No puedes huir, tienes que entregarte, yo soy abogado y voy a llevar tu caso, tus hijos no estarán solos yo me haré cargo mientras consigo tu libertad. Pero por favor, no intentes huir-
Le mire completamente asustada, no sabía que hacer, guarde silencio y abrí la puerta de la habitación. Me hizo a un lado y entro apresurado, se colocó junto a la cama y quito la manta que los cubría, al ver a Marcos se levanto de inmediato con una mano en su frente. Empezó a caminar desesperado por toda la habitación mientras yo lo veía desde el umbral. Se paro en seco, sacó su móvil, marco un numero y lo lleva a su oreja.
-.. Señorita por favor, necesito que mande a la policía y una ambulancia.. - me acerque rápidamente a el para intentar arrebatar su móvil pero no me lo permitió, indicó la dirección y una leve explicación de lo sucedido y colgó. Me tomó de los hombros y me miro a lo ojos.
-Alexandra mirame y escuchame por favor. Yo me haré cargo de todo, no te quedaras en la cárcel yo te voy a sacar de ahí. Tus hijos estarán bajo mi custodia y me encargaré de ellos hasta que salgas. Todo va a estar bien, ¿confías en mi? - asentí con la cabeza para después sentir sus brazos rodearme con fuerza.
-Ahora ven con tus hijos que la policía no debe tardar - me fui de prisa hacia ellos para darles indicaciones y decirles que los vería pronto. Elisa me dio un abrazo mientras Marcos solo podía asentir. Los bese a los dos antes de escuchar las sirenas fuera de casa. Me acerqué rápidamente a León.
-Prometeme que estaran bien -
Posó sus manos sobre mis mejillas y me aseguró que los tres estaríamos bien y muy pronto juntos de nuevo. Me limpió unas lágrimas que se me escaparon y fuimos al salón para abrir la puerta a la policía.
Al abrir la puerta levante mis manos y me entregue voluntariamente. Lo último que vi antes de subir a la patrulla fue a León de pie en el umbral y a personas entrando y saliendo de mi casa. La puerta se cerró de golpe y las sirenas sonaron de nuevo pero mas fuerte. La patrulla emprendió la marcha y mi hogar fue desapareciendo poco a poco, hasta no dejar rastro.Fin.
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Alexandra
RandomLos cardenales han marcado siempre su cuerpo. Golpeada por la mano que al principio la acariciaba. Sembrando dolor en las pequeñas pupilas de sus hijos, recogiendo el odio a su presencia.