Parte 12

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<.. Las enfermeras iban y venían con mucha prisa, se gritaban unas a otras desesperadas, todos nos pusimos de pie rápidamente. Los doctores entraban corriendo por el pasillo que llevaba a las habitaciones donde se encontraba mi hija. Me acerqué nerviosa hacia la primera enfermera que vi, pregunté por mi hija sin recibir respuesta, en eso se abrió la puerta del pasillo
- Irene, el sedante para la niña ¡rápido! - la enfermera asintió deprisa y salió corriendo, fui hacia el doctor y lo mire horrorizada, intentaba preguntar por mi hija pero las palabras no salían de mi boca, me lleve las manos al cuello inconscientemente y seguía tratando de hablar mientras las palabras se hacían bola en mi garganta imposibles de pronunciar, la desesperación me consumía quería gritar y ningún sonido salia de mi boca, solo movía mis labios pero no lograba decir una sola palabra, el doctor me miro fijamente me tomo de los hombros y me sacudió suavemente - Alexandra, Alexandra, Alexandra-
Seguía sacudiendome mientras las lágrimas empezaron a humedecer mis mejillas, la desesperación me complicaba hasta el respirar - Alexandra, Alexandra... >

- Alexandra - abrí los ojos de golpe, sentí la boca seca y la frente y mejillas húmedas. sentado frente a mi se encontraba el hombre de cabello y ojos negros, tenía sus manos sobre mis hombros. Aún siendo presa del sueño me incorporé de inmediato
-mi hija ¿donde esta mi hija? - pregunté desesperada con el rostro bañado en lágrimas y sudor espeso. Sentí sus brazos rodearme con fuerza.
- Tranquila, ella esta bien- susurraba una y otra vez en mi oído, mi respiración empezó a tranquilizarse después de unos minutos y las lágrimas dejaron de salir, su camiseta quedo un poco húmeda por mi llanto, me alejó un poco y me quito el cabello de la cara.
-Todo esta bien ¿si?, fue solo un sueño- de momento me sentí completamente avergonzada por lo sucedido, el se puso de pie rápidamente y se sentó a mi lado en la banca que nos había servido de cama a mi hijo y a mi. - ¿Como sigue Elisa? - preguntó con la mirada hacia el frente, puse mis codos sobre mis rodillas y mi cabeza entre mis manos, la preocupación volvió de golpe, y la necesidad de llorar regresó.
- Ella esta muy bien, hoy puedo llevarla a casa, y ahí mantenerla con medicamentos, y pronto estará completamente sana-
Dije sin levantar el rostro.
- Oye, esa es una muy buena noticia ¿a que hora la llevaras a casa? - y esa era una buena pregunta, no tenia el dinero para pagar la estancia en el hospital ni los estudios que le realizaron, ni siquiera me había atrevido a preguntar en la ventanilla de cuanto era la cuenta, no sabía que hacer, y mi pecho no resistía mas.
-Pues supongo que en cuanto liquide la cuenta - dije encogiéndome de hombros -Ni siquiera se cuanto dinero debo- le mire de reojo y estaba viendo sus zapatos. Mi hijo empezó a despertar y me acerqué a el rápidamente para ayudarle a incorporarse, le llevó un momento reconocer el lugar, una sombra de tristeza en su rostro indicaba que había recordado el porque estabamos aquí, me dio un abrazo breve y se dispuso a doblar las mantas en las cuales había dormido, le ayude a levantar todo y al volverme ya no había nadie ahí, por un momento creí que había imaginado la presencia de León hasta que escuche su voz a unos metros, se encontraba hablando con la enfermera de la ventanilla, me acerqué rápidamente a ellos suponiendo lo que iba hacer.
- ¿Que esta haciendo? - pregunté muy despacio cerca de el, terminó de hablar con la enfermera, estaban acordando una hora, le agradeció con una sonrisa que derretiria a cualquiera y se volvió a verme.
- Aun hay tiempo de ir a desayunar y después venimos por Elisa- lo mire atónita y completamente confundida.

AlexandraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora