Capítulo 41: A tiempo

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- ¿Qué haces?

- Voy con vosotros.

- Ya he dicho que no hace falta. Además, solo traje la moto.

Murmuré varios insultos hacia cualquier cosa existente, viva o inerte, y apreté los puños. Iría andando si hacía falta, aunque tardara dos horas y cuando llegara solo quedara una jodida hoja en el suelo, destacando el silencio del lugar.

- Yo te llevo.

- ¿Eh? –miré a Eunwoo con confusión, sin terminar de procesar sus palabras. Él se puso en pie, acercándose a mí y cogió su abrigo. No mostraba ninguna sonrisa, toda su típica faceta agradable había desaparecido. Pero tampoco le di importancia, pues solo podía pensar en Jimin. Asentí y los cuatro nos despedimos antes de salir corriendo de allí.

Hoseok le indicó a Eunwoo el lugar, a pesar de que podría seguirlo en la carretera. Finalmente nos montamos en el coche y pusimos en marcha, siguiendo la moto del pelinegro. Mientras conducíamos ninguno hablaba, y por desgracia no era un silencio cómodo, más bien un ambiente tenso.

- Gra-gracias... –murmuré tímidamente, percatándome por primera vez de la situación, de mi comportamiento y falta de respeto hacia él.

- ¿Cuándo lleguemos que harás? –preguntó con frialdad, sin apartar la vista de la carretera.

No lo había pensado, solo imaginaba llegar y verle, comprobar que estuviera bien. Ya había visto como pegaban en una ocasión al castaño, y no dejaría que volviera a pasar. No me había alejado de él para que comenzara a recibir golpes por otro lado.

- No lo sé.

- Si veo que empiezan a pelearse, te sacaré de allí a cuestas si es necesario.

- No serías capaz –respondí de inmediato, consiguiendo la primera sonrisa desde que habíamos salido de casa de Sanha. Una sonrisa tan segura que me dejó helado.

- No me pongas a prueba, Jungkook.

Y no volví a hablar, pensando las posibilidades que habría de zafarme de un agarre de Eunwoo, porque si era necesario para defender a Jimin, hasta le patearía la cara. Y él lo sabía, sabía de sobra quien era el primero para mí, antes, ahora y siempre.

De todas formas, mis preocupaciones no fueron necesarias, pues cuando llegamos al lugar y recorrimos la zona durante varios minutos, terminamos encontrándole tirado en el suelo, junto a un banco y completamente solo. La leve iluminación procedía de una parpadeante farola, pero solo necesité de ella para divisar la sangre que cubría el rostro del moreno.

- ¡Para el coche, páralo! –exclamé, sintiendo tanta impotencia que podría haber saltado incluso en marcha. Eunwoo detuvo el vehículo y yo salí como una flecha, empujando y apartando a Hoseok de mi camino. Cuando llegué, me agaché junto a él y sujeté su rostro, levantándolo con sumo cuidado de no dañarlo.

Tenía la ceja y el labio partidos, con casi la mitad de la cara cubierta de ese líquido rojo que ya iba secándose sobre su piel. Ambas mejillas estaban hinchadas, recordándome a los adorables mofletes que tenía la primera vez que lo vi, los cuales en ese entonces se elevaban sonrientes. Y para mi sorpresa, ahora también lo hacían.

- Kookie...

Me quedé estático, mirándolo, incapaz de reaccionar a su voz. Él solo intentaba sonreir a pesar del deplorable estado en el que se encontraba. Era lamentable y doloroso, se sentía como si me estuvieran pateando el estómago. Como si yo mismo hubiera recibido esa paliza.

- Joder Jungkook, eres un bruto –se quejó Hoseok una vez que llegó, sobándose el hombro que momentos antes yo había apartado de un golpe. No era mi culpa si se encontraba en mi camino, yo solo quería apartarle. Jimin rió, llamando la atención nuestra y haciendo que su mejor amigo frunciera el ceño en desaprobación. – ¿Te parece gracioso?

Descubierto [Jikook]Where stories live. Discover now