«ERES EL SER DE LUZ QUE LE HACÍA FALTA A MI VIDA OSCURA»

1.1K 67 0
                                    

  Beaumont se negó rotundamente a dejarlos solos, así que, sin que Justin se percatase, permaneció recostado al marco de la puerta. Justin la sostiene cariñosamente entre sus brazos. Ella, sin embargo, parecía totalmente fuera de sí. Las carcajadas no habían cedido ni por un minuto. Sus mejillas se habían teñido de un encantador color escarlata. A pesar de la situación incómoda, y del hecho de que su demonio le había comunicado accidentalmente a toda su familia que había perdido la virginidad con él, Justin no podía hacer otra cosa más que sonreír y llenarle el rostro de tiernos besos.
—¿Cómo es que no te has quedado sin aire?
Él le acomoda los brazos para no aplastárselos. El cuerpo de su demonio comienza poco a poco a menguar los movimientos.
—Tus cambios de humor son incomprensibles —le da un beso en el pelo—. Unos días estás en una depresión terrible y otros simplemente no puedes parar de reír.
La chica presiona su nariz contra el pecho de Justin.
—Temo que es culpa mía, ¿eh? Quiero tenerte conmigo todo el tiempo. Ni siquiera pensé en lo que una pregunta como esa podría causarte.
La chica intenta hablar, pero el rastro de una carcajada histérica borboteaba en su garganta.
—Por un momento pensé que te perdía —la aprieta con un poco más de fuerza—. Tu padre dijo que no podría volver a verte.
Su demonio alza sus preciosos ojos hacia él, ahora abrumados por una pena insoportable.
—No, mi amor, no te asustes. No voy a irme. Te necesito, preciosa.
Toma un mechón de pelo, acariciándolo con dulzura.
—Cuando veo tus ojos veo esperanza, ___________. No me la diste a través del sexo, me la diste a través de todo eso que tienes por dentro. Eres tan maravillosa, como un ángel, pura de buen corazón. Tú hiciste que volviera a ser, mm, ¿bueno? No lo sé. Tal vez no bueno, pero sí una mejor persona.
La chica parpadea.
—Yo también que quiero, Justin —musita—. Mucho. Más de lo que puedas imaginarte.
Él sonríe.
—Claro que lo haces. Tú no sabes odiar. Eres el ser de luz que le hacía falta a mi vida oscura.
Los ojos verdes de su demonio se llenan de lágrimas.
—Justin —se lleva una mano hasta su rostro, acariciándoselo—. ¿Tuvimos que pasar por tanto para estar juntos? Perdí a mi número trece, esa mujer te hizo daño. Nos rompieron a los dos. Pasamos por el dolor, la tristeza y un profundo sentimiento de soledad para descubrir que somos dos personas que parecen ser hechas el uno para el otro.
—Mm —sonríe, dándole un pequeño beso en los labios, esos labios que lo volvían loco—. Luego me preguntan «¿Justin, por qué te enamoraste de _________ Douze?» ¿Pero como no hacerlo? Dios, eres un encanto.
Ella lo golpea cariñosamente en el pecho, pero él, juguetón, la envuelve con todo su cuerpo, dejándole decenas de besos en el rostro y en el cuello.
Beaumont aplaude, espantando a ambos.
—Ya es tarde, muchacho. A casa. Tu madre te espera.
De mala gana, y sin más opciones, se aparta de ella. Le da un beso en la frente.
—Te avisaré cuando llegue a casa.
Ella le sonríe. Justin se despide rápidamente de Beaumont, evitando sostenerle la mirada, y luego se marcha escaleras abajo, donde Pattie lo espera.
Beaumont se sienta en la cama, observando a su pequeña, que está medio escondida bajo las sábanas.
—Tal vez debería irme a dormir.
Se echa las sábanas por encima de la cabeza. Beaumont, divertido, se las aparta.
—O tal vez podríamos hablar.
La chica gimotea.
—Sé de lo que quieres hablarme.
—La verdad lo suponía, pero creí que, no lo sé, optarías por la abstinencia.
Ella suspira.
—Los dos estábamos muy vulnerables. Justin estaba muy lastimado. Creía que yo iba a cambiar con él si se habría a mí. Todo pasó por el miedo de perdernos mutuamente.
—Pequeña, yo no estoy aquí junto a ti para juzgarte. Son un par de jovencitos. Supongo que iba a ser cuestión de tiempo antes de que comenzaran a sentir interés por la intimidad.
La chica se cubre con la sábana hasta la nariz.
—Aunque lo comprendo, no es que lo apruebe. El noviazgo no debe ser utilizado para exploración sexual. Debe ser utilizado para conocer a tu pareja.
Sus ojos verdes se cubren por una capa húmeda.
—¿Estás decepcionado de mí?
Beaumont cubre a su pequeña en un cálido abrazo.
—No, mi niña. Claro que no. Ni tú ni tus hermanas jamás podrán decepcionarme. Tú eres una chiquilla lista. Lo mejor de todo es que no has perdido ese encanto inocente y dulce que te caracteriza. Eso, mi pequeña, es algo que ningún hombre jamás se perdonaría arrebatar.
—Es más o menos lo que dice Justin.
—Entonces está perdonado —le da un beso en la frente—. A dormir, mi dulce angelito.
La chica le sonríe y su padre se marcha de la habitación, dejándola a solas.


¡Hola Linduras, Nuevos capítulos como dije ayer!

Ojala les guste. No olviden por favor dejarme su voto o comentario, Gracias***

XOXO

Tenia Que Ser Una De Las Doce [Justin Bieber&Tn]Where stories live. Discover now