«SE MORÍA POR VERLA»

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  La primera semana había transcurrido muy lentamente. Justin iba a la escuela, donde se aburría hasta la muerte. Las Douze, salvo su demonio, seguían asistiendo, así que pasaba el almuerzo con ellas. Reían, compartían un buen rato, y los últimos veinte minutos antes de regresar a las aulas la pasaban platicando con _________ en el teléfono. Pero veinte minutos no eran suficientes para Justin, de modo que en las clases se dedicaba a mandarle mensajes. Y así transcurría el día, hasta culminar en la tarde, donde al salir de la escuela iba directamente a visitar a su demonio.
Estaciona el coche frente a la propiedad y en menos de dos minutos está frente a la habitación de su demonio. Tocó a la puerta solamente dos veces. Se moría por verla, pero si estaba dormida no quería despertarla.
— ¿__________? —llama bajito.
Él escucha un pequeño quejido. El corazón comienza a latirle a prisa, así que entra a la habitación.
— ¿__________? —vuelve a llamarla.
Justin ve a su demonio en la cama, cubierta con las sábanas.
—Oye, ¿te sientes bien?
La chica se aparta las sábanas hasta la cintura. Tiene las mejillas enrojecidas y los ojos dilatados.
—Cierra la puerta —suelta un gemido justo antes de cubrirse con las sábanas—. Oh, Dios.
Justin sonríe cuando consigue comprender lo que pasa. Da una mirada veloz al pasillo y, al encontrarlo vacío, cierra la puerta con llave. Se recuesta de ella y cruza los brazos. La chica, hecha un ovillo en la cama, se retuerce y deja escapar algunos gemidos ocasionales.
— ¿Ya descubriste lo que te provoca los orgasmos? —pregunta jocoso—. Porque, obviamente, no soy yo.
Su demonio vuelve a gimotear.
— ¿Te pasa cuando piensas en mí?
—No —gimotea.
—Mm. Auch.
Justin permanece en silencio, paciente.
— ¿Aún no has terminado? —le pregunta, usando nuevamente ese tono jocoso.
—No, maldita sea —gruñe.
— ¿Quieres que te ayude?
—Quédate ahí. Ay, Dios mío.
Justin sonríe, acercándose a la cama. Cuando se acomoda sobre ella, junto a su demonio, la nota temblorosa y agitada. Desliza su mano lentamente por su cintura, sosteniéndola con fuerza y así atrayéndola hasta él. No tuvo mucho que hacer, porque su demonio salta sobre él como gata en celo. Incluso aquellos besos tiernos y dulces que ella solía darle habían desaparecido, siendo sustituidos por un reguero de besos brutos y llenos de una pasión incontrolable. Pasó sus manos por su espalda, hacia arriba y hacia abajo, tocando su piel por encima de la tela.
—Justin —musita su demonio.
Él gruñe en respuesta. El calor de su piel contra la suya lo volvía loco. Justin no sabía que le estaba pasando. La cubrió con su cuerpo y fue desnudándola poco a poco. Esperaba que ________ lo detuviese, esperaba volverse loco porque ella no deseaba esto...pero su demonio no movió un solo músculo para hacer que se detuviera. Las caricias se volvieron más salvajes, más imponentes. Justin comenzó a experimentar una serie de sentimientos que se golpeaban entre sí una y otra vez. Él era una máquina de sexo, nada de sentimientos. Pero se topó con ________ y algo lo cambió. Algo que jamás imaginó.
Un gemido ronco de la chica lo hizo reaccionar. Ella estaba desnuda, siendo acariciada por Justin como una gata en celo buscando calor. Justin le mordisqueaba el cuello mientras le acariciaba las piernas. _______ mantuvo los ojos cerrados. La boca de Justin se deslizaba armoniosamente por sus pechos. Su nariz jugaba con la piel sensible, una y otra vez, sin clemencia.
Cuando Justin abre los ojos, en lugar de ver a su demonio, ve a una atractiva chica de cabellos dorados que le sonríe con burla.
—Él es mejor en la cama que tú, Justin.
Justin abre los ojos, apartándola de golpe. Parpadea un par de veces, todas las veces que son necesarias, hasta que el rostro confundido de su demonio aparece.
— ¿Justin?
Él deja caer su cabeza contra su pecho e hizo algo que a su demonio le partió el corazón.
Justin comenzó a llorar.
—Lo lamento —se disculpó él, ahogado en llanto.
La chica siente como su piel se pone fría por la sorpresa.
— ¿Qué tienes?
—No puedo, lo siento.
—Oye, está bien. No es nada.
Justin se aferra a ella, abrazándola.
—Estoy asustado, no puedo.
— ¿Asustado de qué?
—De descubrir que te quiero, que te quiero de verdad, que te quiero con locura.
Los ojos de la chica amenazan con expulsar lágrimas. Oh, como dolía.
—No me tienes que querer. No te lo estoy pidiendo. Si es por...
—Sh —le toma el rostro entre sus manos para besarla—. Yo no quiero lastimarte. No sé si estoy listo para querer a otra persona. No soportaría perderte, ¿entiendes?
— ¿Y por qué me perderías?
—Porque siempre que entrego mi corazón alguien lo hace pedazos.
La confesión deja helada a la chica.
—Me enamoré de alguien muy especial hace dos años —comienza a explicar Justin—. Ella era como el cielo. Me hacía sentir solo cosas buenas, pero todas esas cosas buenas se marcharon de ella cuando hicimos el amor por primera vez. Natasha comenzó a comportarse muy extraño. Se había apartado de mí, la relación no era la misma, hasta que un día la encontré haciendo el amor con alguien a quien yo consideraba mi hermano.
Justin suelta una maldición. Toma a la chica de la cintura y la coloca sobre la cama.
—No puedo dejar que eso pase. Pensar en hacerte el amor y perder toda tu dulzura... —agita la cabeza—. No puedo.
—Justin —le acaricia el pelo—. Eso no va a pasar.
— ¿Cómo lo sabes?
—Porque yo no cambio de la noche a la mañana así porque sí.
—Pero lo harás, conmigo lo harás.
—No, por supuesto que no.
Él agita la cabeza.
—Lo siento, no puedo. Yo... debo irme.
La chica observa como Justin se marcha sin poder detenerlo. Se cubre con las sábanas, sin saber qué demonios hacer.


Mis lindos lectores, ¡esto es todo por hoy!  

3 votos y la continuo pronto; espero que les halla gustado.

Ahora debo estudiar, espero que entiendan. ¡Deseenme Suerte Para Estos Jodidos Examenes! :/

No lo olviden, espero sus votos y comentarios. Gracias por leer, Los quiero. Besos!

Tenia Que Ser Una De Las Doce [Justin Bieber&Tn]Onde as histórias ganham vida. Descobre agora