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Color de ojos: (c/o)
Color de pelo: (c/p)
Dónde vives: (d/v)

El cielo nublado en París, Francia, con los árboles y edificios cubiertos de nieve blanca y helada. Aunque todos dedicaban su tiempo en descansar, las calles estaban llenas de visitantes extranjeros al ser las vacaciones de invierno, por fin todos los estudiantes del Colegio Francoise Dupont tendrían sus días libres y sus paseos.

Pero los superhéroes no pueden dejar de mantenerse alerta.

— Genial. De nuevo, no pude hablar con Adrien — suspiró pesadamente la pelinegra, bajando la mirada mientras jugaba con sus dedos—. Y ahora tendremos que esperar hasta después de las vacaciones para volverlo a ver en clase, ¿qué me dices de eso? — fingió una sonrisa viendo de reojo a su mejor amiga .

— ¡No te preocupes! Mira el lado bueno.

— ¿Cuál, Alya? — contestó sin esperanzas.

— ¡Tendré más tiempo para dedicárselo a mi blog! Todo saldrá perfecto, es el momento — sonrió hacia su amiga, pero hizo una mueca al ver cómo se desmoronaba en su propia amargura y mala suerte—. Bueno, quién sabe si nos lo toparemos en el parque, como esa otra vez.

— ¿Hm? — levantó la mirada con curiosidad—. Oh, ese día... Cuando estuve tan cerca.

— Las cosas pasan Marinette. ¿Sabes? No todo es buena o mala suerte.

Las palabras de Alya resonaron en su cabeza.

— ¿Entonces, qué es? — preguntó, esperando deseosa la respuesta.

— Destino, supongo. O tal vez solamente tus decisiones — se encogió de hombros.

— Ya... Pues no ayuda mucho, la verdad — volvió a suspirar, encorvando la espalda. Su cuerpo se movió hacia adelante, chocando con aquel chico de ojos verdes y cabello rubio. Una vez que se giró a verla, las mejillas de la ojiazul se pintaron de rosa, terminando por colorear todo su rostro.

— Oh, Marinette ¿emocionada por las vacaciones?

— ¿E-Eh? — se enderezó inmediatamente, colocando su mano en su nuca, y rascando nerviosamente—. C-Claro que sí, además... A-Además — se volteó discretamente para ver a Alya levantando su pulgar con una sonrisa, a lo que le viene a la mente un tema de conversación—. Además, ahora que todos están fuera de ocupaciones, tal vez los héroes del lugar tendrán más responsabilidades.

"Espero que no" pensó ella "será más difícil salir a pasear con tantos Akumas al rededor" se quejó para sí misma.

— Oh, sí. Ladybug y Chat Noir — sonrío el rubio grandemente—. ¿Hacen un gran equipo, no lo crees?

— C-Claro, a-aunque ese gato a veces se porta algo raro, d-digo-- — se calló inmediatamente, cubriéndose la boca.

— ¿Huh? ¿Dijiste algo? — le preguntó Adrien, confundido. Ella negó repetidas veces.

— P-Para nada — sonrió de manera exagerada—. Bueno, y-yo... Tú, yo--.

Una limosina se estacionó frente a las escaleras del colegio, por lo que el semblante del chico se oscureció levemente.

— Bueno, Marinette — se dirigió a ella con amabilidad y un poco de desánimo—. Pásatela bien estas vacaciones ¿si?

— ¿E-Eh? ¡Ah! ¡C-Claro! — agitó su mano en forma de despedida mientras su compañero se alejaba con pasos tranquilos.

— Hasta luego — se despidió igualmente Adrien y se adentró a su limusina.

La limusina se alejó, desapareció del área. Marinette volvió a desesperarse consigo misma.

Not Chat Noir [Chat Noir y tú]Where stories live. Discover now