Alessa: Día Uno

72 3 0
                                    

- ¡Alessa! ¡Despierta! ¡El desayuno está listo! -fue lo primero que escuché ese día, me estire aún acostada y talle mis ojos adormilada. Tomé el celular que descansaba en la mesa de noche junto a mi cama, 8:06, me senté en la cama mientras me ponía las pantuflas y caminaba con flojera hasta la cocina, me senté en la barra:

- Buenos días ¿como amaneciste?

- hmmm... bien -contesté sin darle importancia.

- Menos mal -continuó mientras servía un pancakes en el plato que paso seguido pondría cerca de mi. No dijo nada más y comenzó a lavar platos.

- Oye papá -dije finalmente.

- Oigo.

- ¿Eres feliz? -era una cuestión que desde hace algún tiempo había tenido, y aunque nunca antes me había atrevido a preguntárselo, era evidente que desde la partida de Erika hace 10 años no era el mismo; no me malentiendan, no es que se haya vuelto una mala persona o algo así, pero una cosa le faltaba y yo tenía una vaga idea de lo que era- quiero decir, si no crees que te falta algo o alguien.

- Pues... -tomó un par de segundos-  ...no, te tengo a ti y mi trabajo me da el dinero suficiente como para que tengamos una vida estable, creo que en ese sentido soy bastante feliz aunque claro, no se puede tener todo en la vida.

- Ya veo -comenté sin ganas de ahondar en el tema, sinceramente no esperaba otra respuesta, puesto que había pasado tanto tiempo ocultando el dolor, supongo que ya se había acostumbrado de una u otra forma.

- ¿Por qué?

- ¡¿eh?! ¡Ah! No, sólo por curiosidad -mentí esperando que su intriga no necesitara más información.

Por suerte así fue, y continué desayunando en silencio mientras daba vueltas ésa incógnita en mi cabeza, de pronto un flash de memoria llegó a mi semiadormilada mente.

- ¿Puedo salir con mis amigos? -interrumpi una vez más, casi nunca me negaba un permiso pero decidí usar mi arma secreta para estar segura. Él me miró de reojo y volvió con los platos.

- ¿A donde vas a ir? -preguntó despreocupadamente.

- Al Centro con Choa y Oliver, esque ella se muda mañana.

- hmmm... está bien, deseale suerte de mi parte.

- Gracias papá -concluí antes de terminar el último bocado y subir a arreglarme.

Cuando terminé un par de horas después, me despedí rápido de él y me puse en marcha a donde nos quedamos de ver.

No era un día especialmente caluroso, aunque eso no impedía wue un par de gotas de sudor escurrieran esporádicamente en mi piel, había sido la primera en llegar, así que me cobije en la sombra de el árbol más cercano. La segunda fue Choa, cuya presencia no pude notar hasta que me tlacleó en una de sus muy extrañas formas de demostrar afecto, platicamos un rato de trivialidades hasta que por fin apareció Oliver quejándose de lo mucho que odiaba el calor y los días así. Seguimos platicando un rato hasta que por fin decidimos ir por un helado, una vez ahí continuamos la conversación mientras comíamos nuestros postres.

- ...y entonces, ¿que vas a hacer? -preguntó Choa.

- pfff no lo sé -contesté.

- ¿hacer de qué? -intervino Oliver.

- ¡Pues de su papá genio! -Choa con un tono de obviedad.

- ¿Qué tiene? ¿Está enfermo? -dijo Oliver aún más confundido.

- Mejor déjalo Choa, éste no tiene remedio -comenté para terminar con su futil conversacion.

- Pero entonces ¿qué?

Cuentos de Princesas [Terminado]Onde as histórias ganham vida. Descobre agora